Capítulo 2

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Al día siguiente Eugeo salió volando de su casa, por ningún motivo quería parecer una especie de acosador aunque en teoría él y Alice se estaban convirtiendo en unos.
En el camino vio con su mejor amiga hablando con un chico mayor, le parecía recordar que su nombre es Eldrie. Siguió hasta la escuela, cuando iba a cambiarse los zapatos vio entrar a su vecino, al parecer su "casillero de zapatos" estaba a tres del suyo; Kazuto estaba a punto de pasar a su lado, el rubio trataba de parecer tranquilo pero le avergonzaba que lo hubiera pillado mirando.
-Buenos días- dijo el pelinegro cuando pasó a su lado.
-Buenos días- contestó el rubio, se sintió aliviado- ¿Hoy trajiste tus llaves?- preguntó mientras se ponía su tenis izquierdo.
-Claro que si- el chico le enseñó las llaves, tenía un llavero de dos espadas parecidas, una era totalmente negra y la otra era azul verde.
-Lindo llavero- Eugeo se acercó un poco a su vecino.
Era de las primeras veces que hablaban, ni siquiera de niños se habían hablado.
-Gracias- contestó con simpleza.
-¡Eugeo!- Alice entró corriendo y gritando, luego lo abrazó y dramáticamente fingía llorar- Eldrie se me declaró pero tuve que decirle que no, no quiero que me odie-
-Hasta luego- Kazuto se puso los tenis y se fue a clase, Eugeo no pudo responderle porque tenía a su mejor amiga aferrada a él como si su vida dependiera de ello.
-Alice ya suéltame- decía e intentaba quitarla- Eldrie no va a odiarte solo va a dejar de estar enamorado de ti- trataba de explicar.
-Okay okay- la rubia lo soltó y estaba totalmente feliz- Por cierto ¿qué haces aquí parado?-
El chico se palmeó la frente, la chica estaba tan metida en su drama que no había notado a su objetivo.
-Hablaba con Kirigaya-kun- dijo tranquilo pero preparado para el gran grito que sabía que su amiga pegaría.
-¿QUÉ? ¿POR QUÉ NO ME DIJISTE QUE YA ERAS SU AMIGO? LO MÁS IMPORTANTE ¿CÓMO TE HICISTE SU AMIGO DE LA NOCHE A LA MAÑANA?- gritaba enfadada por la desinformación.
-Resulta que ayer olvidó su llave así que tuve una mini conversación con él y esta mañana al llegar me saludó e íbamos a tener una conversación pero llegaste a interrumpir-
-AHHH, soy una tonta, y pensar que ayer me la pase toda la noche jugando Mario Kart- se quejó.
-Tranquila, es un paso más a la meta- se encogió de hombros y empezó a caminar a su clase.
Las clases fueron normales, los exámenes de inicio amenazaban a lo estudiantes, la hora del almuerzo llegó y con esto Alice quería correr hacia aquellas escaleras olvidadas por Dios.
-Vamos- insistió.
-Ya te dije que la clave con él son las casualidades, si nos lanzamos así como así perdemos todo- argumentaba el chico.
-Deberías de recordar que justo de esa forma nos hicimos amigos tu y yo-
Era cierto, Alice puede ser una chica muy insistente y molesta pero era una gran amiga, nunca te dejaría solo y siempre buscará hacer lo mejor para ti.
El rubio la conoció cuando estaban en secundaria, él era muy solitario, a diferencia de su vecino, el chico si tenía ganas de socializar pero no sabía cómo así que se marginaba esperando que alguien lo notará, y ahí es donde entra Alice, fue tan insistente con él que de inmediato se conocieron a fondo y se convirtieron en los mejores amigos, lo más curioso es que nunca ninguno de los dos se había enamorado del contrario.
-Si pero Kirigaya-kun es diferente, él no espera que alguien lo busque y se haga su amigo, a él le gustan los juegos-
-¿Cómo sabes?- dijo ella de forma acusatoria- No puedes estar seguro de ello, quizá él también busca eso pero no sabe cómo hacerlo y busca protección en los juegos, puedo apostar que en los juegos online es muy popular- señaló orgullosa.
-De acuerdo, entonces ve, te espero aquí- el chico señaló la puerta.
-Okay- ella se fue muy decidida.
En aquella escalera Kazuto se encontraba jugando en su celular, había terminado su almuerzo hace minutos y ahora podía jugar, ganó la partida multijugador y cuando iba a iniciar una nueva fue interrumpido.
-Hola- levantó la vista y se encontró con la misma rubia del día anterior- Me presenté ayer, mi nombre es Alice-
-Te recuerdo- contestó con simpleza, la chica se sentó junto a él obligándolo a moverse un poco.
-Esta escalera es un buen lugar para descansar- expresó-
-Si- el chico estaba siendo muy frío.
La verdad no lo hacía con la intención de herir a la chica, solo que le agradaba estar solo.
-Eres un gran jugador ¿cierto?, hablo de videojuegos-
-Tengo algo de experiencia- dijo con modestia y es que cuando la conversación se enfoca en ese tema él presta real atención.
-Ayer descargue Mario Kart y estoy segura de que puedo patear tu trasero gamer- dijo en forma de reto.
-Dame una hora y podré superarte- Kazuto era orgulloso, no le decía que no a un reto de tal magnitud.
-Te veo aquí mañana- Alice se levantó y se fue.
Kazuto descargó en automático el juego, nadie iba a declararse mejor que él sin dar pelea.
Una vez en el salón la chica estuvo presumiendo sin parar que era amiga de Kazuto.
-Alice no puedes decir que eres su amiga basándose en algo tan absurdo como Mario Kart-
-Estas celoso porque tengo más progreso que tú- se burló la rubia.
-Terminarás igual que Lizbeth-chan- sentenció.
-Vamos- Alice dio un saltó- Olvide que hoy iba a reunirme con Fanatio-san, te veo mañana perdedor- la chica salió volando a un lugar desconocido para su amigo.
Eugeo se estaba cambiando los tenis cuando escuchó una voz.
-Buen trabajo- reconoció la voz de su vecino.
-Igualmente- respondió. Alice tenía su forma y él la suya, no iba a dejar que la rubia se metiera en su mente e hiciera de eso una competencia- ¿Vas a casa?-
-Si- se cambió lo zapatos y comenzó a andar.
-¿Quieres que volvamos juntos?- propuso tras alcanzarlo.
-De acuerdo, después de todo somos vecinos-
Eugeo bailó de felicidad en su interior, le alegraba ver que su vecino no era del todo ajeno a su presencia, sabía que eran vecinos y eso era una buena señal.
Iban en silencio, el rubio quería iniciar una conversación pero no sabía cómo y el pelinegro pensaba en llegar y ponerse a jugar.
-Los exámenes empiezan en dos días- soltó para iniciar.
-Así es-
-¿Nervioso?-
-No- volvieron a quedarse en silencio pero a Kazuto le pareció incómodo así que continuó- ¿Y tú?-
La pregunta sorprendió a Eugeo, él ya había dejado morir la conversación.
-Un poco, algunas materias no se me dan bien como las matemáticas- dijo con honestidad y pasó su brazo atrás de su cabeza.
-Es fácil, puedo ayudarte si quieres- los ojos del rubio se abrieron con sorpresa.
-¿En serio? Claro, suena bien- dijo muy emocionado.
-¿Por qué tan sorprendido?- preguntó Kazuto un tanto molesto.
-Tu sabes, es porque no pensé que fueras del tipo de persona que hace esas cosas- contestó nervioso.
-¿Entonces qué tipo de persona creen los demás que soy?- susurró pero Eugeo alcanzó a escucharlo.
-Yo pienso- fue interrumpido.
-Llegamos-
Efectivamente habían llegado a su hogar, Eugeo estaba a punto de cruzar la calle.
-Nos vemos luego- se despidió.
-Hasta luego- contestó Kazuto- Mañana puedes venir a estudiar luego de la escuela si quieres- se dio la vuelta y abrió la puerta.
-Suena bien- sonrió.
Kazuto entró y Eugeo corrió a su casa, subió a su cuarto y con mucha cautela miró por la ventana.

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