Capítulo 40

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-Advertencia: Este capítulo contiene violencia sexual. Se recomienda discreción- 

Viernes.
Volvió a la escuela, aún se sentía algo mareado y deshidratado pero no era algo que no pudiera superar.
Durante el trayecto a la escuela vio a Alice esperando en una esquina, pensó en pasarla de largo pero sería de mala educación no saludar.
-Buenos días- la saludó y paró su marcha.
-Buenos días, Kazuto- lo miró- ¿Tienes frío?- 
Por instinto se llevó la mano al cuello, su escuela permitía llevar llevar accesorios  pero no modificar el uniforme. No estaba usando la venda solo un pequeño parche en la herida aún así no quería preocupar a nadie.
-Si, me duele un poco la garganta- dijo desviando la mirada.
-¿Te sientes bien? Pareces algo tenso- lo miró de pies a cabeza como si fuera un escaner láser o algo así- Estas ocultando algo ¿Verdad?- 
-Por supuesto que no- contestó a la defensiva, no podía creer que ella se hubiera dado cuenta de que algo andaba mal- ¿Por qué dices eso?-
-Bueno además de que soy mujer tengo un gran conocimiento en relaciones como la tuya- se le acercó- Si algo te molesta puedes decir a Eugeo, parece un idiota pero haría lo que fuera para ayudar a alguien que lo necesita- lo miró con seriedad- Es un chico imprudente, si hace una conclusión equivocada o descubre algo por su cuenta hará cosas sin consultarle a nadie. No quiero que le pase nada- 
-Tranquila- le sonrió- No pasa nada- 
Miraron hacía la calle y vieron al rubio caminando como si nada pasará, iban a llegar con un elegante retraso de 5 minutos a la escuela y no le importaba.
-Buenos días- se les acercó- Kirigaya-kun que sorpresa- le sonrió y pasó el brazo por encima de los hombros- ¿Te sientes mejor?- 
-Si, gracias- se sonrojó un poco.
-No me ignoren- se quejó la rubia y los tres empezaron a caminar.
Cada quien se fue a su salón, Lizbeth se sorprendió de que llegará tarde y estaba feliz por verlo.
Durante la clases se puso a pensar en las palabras de Alice ¿Cómo es que ella se había dado cuenta de que ocultaba algo? Eso definitivamente era aterrador. ¿Sería prudente contarle a su amigo? Quizá era lo mejor, juntos podrían encontrar una solución pero no sabría como contarle lo que le había hecho. Con el dato que le había dado la rubia le preocupaba su reacción.
Suspiró y escuchaba las palabras de su profesora, decía algo de haberle dado sus trabajos al consejero estudiantil y que él se encargaría de entregárselos; recordaba ese trabajo, tuvo que escribir que era el amor para él ¿Habría cambiado su perspectiva del amor ahora que tenía pareja? Probablemente un poco considerando el papel que tenía en la relación.
No se dio cuenta que era hora del descanso, se quedó hablando un poco con su amiga castaña.
-Tengo miedo que no resulte ser la persona que dice ser- comentó ella apoyando su cabeza en la banca.
-Sabes todo de ella y ella sabe todo de ti ¿Importa la apariencia?- se encogió de hombros.
-¿Qué tal si no le gusto? ¿Nunca has conocido a una persona de Internet?-
-Si, pero creo que no es lo mismo- reflexionó- Mira, Sinon es una gran chica y se que no te juzgará- 
-Tienes razón- se levantó- No puedo ir hacía atrás- le sonrió- Gracias- 
-Suerte con tu confesión- miró hacía la puerta y se encontró con los ojos verdes de su vecino- Debo irme, hablamos luego- 
Salió del salón y se dirigieron a su lugar, soplaba un viento agradable que les movía ligeramente el cabello. 
-¿Qué tanto hablabas con  Lizbeth-chan?-
-Mañana va a reunirse con Sinon y esta asustada porque va a confesarle sus sentimientos- se encogió de hombros y siguió comiendo- Confió que todo saldrá bien- 
-¿Crees que sus padres lo acepten?- bajó su mirada, debía decirle.
-No lo se, no las conozco lo suficiente- llevó su mano a la barbilla- Supongo que no todos son como mi madre- 
-Tengo algo que decirte- lo miró pero cuando vio sus ojos no quería que le brillo desapareciera, simplemente no podía hacerlo.
-¿Qué ocurre?-
-¿Estás libre el sábado?- desvió la mirada- Podríamos ir al cine, hay una nueva película y Alice dijo que era buena ¿Qué dices?- 
-¿El sábado?- hizo memoria, según la agenda que le había impuesto Eiji tenía libre ese día pero no estaba seguro si era bueno hacer planes. No sabía que cosas le haría esa tarde- ¿Puedo decirte por medio de las cortinas? No se si mi madre tenga planes- 
-Claro- sonó algo desanimado.
-Haré todo lo posible para estar disponible para ti- se le acercó y le besó lo cien.
-Te amo- lo abrazó, y pasaron el resto del descanso.
Le dolía el corazón por no poder hablar con él, ¿Quién querría a alguien después de dejarse usar? Solo debía resistir dos días y entonces Eiji se iría de regreso a Tokio y terminaría su problema. 
Cuando terminaron las clases caminaba con Lizbeth hacía la salida, la chica estaba muy nerviosa por su encuentro pero el pelinegro trataba de animarla. Ella prometió contarle todo el domingo temprano por GGO y se separaron. Encontró a los rubios en la puerta de la escuela, Alice salió corriendo a su club, era su último día de actividades y el fin del mundo estaba cerca para ellos. 
-Buen trabajo Kirito- le sonrió.
-Igualmente- le respondió- Vamos a casa- 
-Si- 
Caminaban en paz, rezaban para no toparse con seres indeseables en el trayecto y gracias a todo lo santo así fue. Llegaron hasta su calle sin contratiempos; se despidieron con la mano y entraron cada uno a su hogar correspondiente. 


Kazuto subió a su habitación, cerró sus cortinas, se cambió de ropa, preparó un rápido bocadillo, le dejó una nota a su hermana y salió de la casa.
Las calles se sentían tan solas y el nudo en su garganta empezaba a dificultarle respirar, se plantó frente a la puerta  con todo el coraje que reunió tocó el timbre. 
-Bienvenido- dijo el castaño con un tono de burla- Adelante- 
Entró y fue guiado hasta la habitación donde sería su siguiente tortura. Se sentó el la cama, esperaba a que el contrario le mostrará esa nueva cosa que había comprado.
-Aquí esta- se le acercó con una bolsa- Mira- 
Le enseñó el contenido, se trataba de un dildo común y corriente. Sintió asco, podía adivinar sus intenciones; quería huir de ese lugar pero sabía que si lo intentaba pasaría lo mismo que la última vez.
-Se que dije que lo próximo que tendrías dentro sería a mi pero vi esto en una tienda y pensé en ti automáticamente- lo miró con lujuria- Será mejor empezar- 
Lo tumbo en la cama y por instinto comenzó a resistirse, a empujarlo; esto molestó al mayor, se quitó la camiseta y la usó para atar las manos de chico nuevamente en la cabecera. 
-No lo hagas- suplicó, de ante mano sabría que no se detendría pero quería usar todos sus recursos para evitar que pasará- Por favor- 
-Esos ojos llorosos solo me provocan- respondió.
Le arrancó los pantalones y la ropa interior, se metió entre sus piernas y las levantó para tener un mejor acceso. Sacó su celular y empezó a documentar sus acciones, tomó el objeto y lo metió de un solo golpe. El grito que salió de la garganta del pelinegro fue de verdadero dolor, las lágrimas brotaron de sus ojos, era horrible. El castaño lo movía de adentro a afuera con violencia.
Cuando lo hizo con Eugeo había sido una sensación agradable, se movían en conjunto, se sintió completo; ahora mismo se sentía invadido y asqueado, quería terminar con eso. El acto continuo por algunos momentos más. Eiji hizo que se corriera y sacó el objeto de un tirón.
Le acercó el objeto a la cara.
-Limpialo- le ordenó.
-No quiero- susurró con miedo.
-No era pregunta- 
Le abrió la boca con dificultad e introdujo el consolador en la boca del chico. Sentía que se ahogaba, no tuvo más opción que hacer lo que le pidieron. 
-Perfecto- decía el universitario- Mira a la cámara Kazy-
Cuando se sintió satisfecho separó el objeto de su boca y lo arrojó a algún lugar del cuarto, se quedó mirando su creación un momento y sonrió con maldad. 
-Puedes irte- le desató las manos- Nos vemos el domingo- 
Se puso su ropa y salió de ahí, hizo una parada rápida en un bote de basura para vomitar, se sentía mal; no sabía si le dolía más el cuerpo o el alma. 
Al llegar a casa se encontró con Suguha y su madre en la sala, se veían algo preocupadas. 
-Estoy en casa- dijo sin ganas, quería subir y darse un baño para lavar un poco su conciencia.
-Bienvenido- contestó su hermana.
-¿Dónde estabas?- cuestionó su madre un tanto molesto- ¿Por qué no me habías dicho que tu celular esta destrozado?-
-No quería que te preocuparás por eso- desvió su mirada- Pensé que si te decía te exigirías más para comprar otro- 
-Debiste decirme, así podrías decirnos donde estas y no solo dejar una nota que dice que saliste- le reclamó- ¿Dónde estabas?-
-Sugu siempre deja notas- se defendió.
-Pero ella especifica donde estará- suspiró- No me cambies el tema ¿Dónde estabas?- 
-Fui a dar un paseo- mintió.
-No es verdad- dijo la mujer- ¿Por qué me mientes?- 
-No lo hago- 
-Si lo haces, soy tu madre- subió la voz.
-¡No me importa!- gritó- Es mi maldito problema-
-¡Hermano!- se sorprendió la pequeña, sabía que Kazuto no era el tipo de persona que le gritaba a su familia.
-Estoy harto- subió a su a cuarto y azotó la puerta.
Se tiró en su cama y se puso llorar ¿Qué sucedía con él? ¿Por qué no era capaz de pedir ayudar? ¿Por qué se sentía tan miserable? ¿Por qué le pasa todo eso a él? 
En algún momento se quedó dormido, tenía la esperanza de que todo terminara el domingo.
Ese día sería decisivo para todos.

Hola gente, se que les dije que el sábado pero no pude resistir.

Ya terminé las tareas más pesadas, espero que los profes me dejen descansar este fin de semana y poderles dar otro capítulo.

Vota y comenta ¿Qué crees que pase el domingo?

Otra pregunta ¿Creen que la advertencia este de más? 

En fin, los quiero mucho, cuídense y nos leemos el próximo capítulo.


Enamorando al gamerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora