Capítulo 39

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Jueves, por fin concluían los exámenes, se acababa la presión de tener que estudiar y el estrés de no poder concentrarse aun quedaba la pequeña incertidumbre si estabas por el encima del promedio pero no era la gran cosa.
Los rubios terminaban su trabajo final para la clase de artes, hablaban de cosas triviales, de Eldrie, de el vídeo juego y de las vacaciones de invierno.
-¿Qué tienes planeado para tus vacaciones románticas?- preguntó la rubia mientras agregaba sombra a su dibujo- ¿Otra escapada a Tokio?- 
-Ni loco- respondió horrorizado, no quería volver a ese lugar en un par de años- Quizá pasar los ratos en su casa o salir a dar un paseo- sonrió.
-Pero ya no tienes una coartada para salir-
-Inventaré algo- se encogió de hombros.
-Tu plazo de una semana termina el lunes, será mejor que no lo olvides- se molestó chica- Deberías ser un hombre y decirle todo a tu madre-
-Ya lo sé- suspiró- El fin de semana hablaré con Kirigaya-kun para explicarle la situación y luego con ella, si voy a morir quiero irme sin secretos-
-No seas exagerado-
Terminaron su trabajo en tiempo récord, la hora del descanso había comenzado así que fue a la azotea pero estaba vacía, espero un rato pero no llegaba, bajó al salón de clases del chico; una vez ahí no pudo verlo por ningún lado, la castaña se dio cuenta y fue a saludar.
-Hola Eugeo-kun-
-Lizbeth-chan, ¿Has visto a Kirigaya-kun?- volvió a echar un vistazo.
-No se presentó hoy, lo bueno es que nosotros ya terminamos los exámenes- comentó- Quizá se sentía enfermo o algo por el estilo- 
-Gracias- 
Se fue y caminó a las escaleras olvidadas por Dios, le llamó por teléfono pero lo enviaba directo al buzón, estaba comenzando a preocuparse ¿Y si algo malo le había pasado? Empezó a preocuparse y su imaginación le estaba jugando una mala pasada, sin poder resistir más la desesperación se escapó de la escuela y corrió a la casa de su amigo, el aire frío le impedía respirar con normalidad y por falta de calentamiento le empezaban a doler los músculos de las piernas, algunas personas lo miraban mal porque era un estudiante corriendo como loco. Llegó a su cuadra y se recuperó el aliento, empezó a caminar el resto del camino, sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo. Cuando estuvo a punto de tocar la puerta salió alguien de esa casa, alguien que no quería ver, alguien que no tenía (a su parecer) motivos para estar ahí. 
-¿Nochizawa-san?- 
-Ah, hola Eugeo-kun ¿Qué te trae por aquí?- lo analizó de pies a cabeza- ¿No deberías estar en la escuela?- 
-Lo mismo pregunto- respondió enojado y el contrario sonrió.
-Vine a arreglar unos pendientes con Kazy- retomó su andar pasando al lado del rubio- Yo no entraría si fuera tu, te llevarías una sorpresa- 
Apretó los puños pero antes de poder decir cualquier cosa el otro subió a su auto y se marchó, trató de clamarse y entró. Subió a la habitación del pelinegro y tocó aquella puerta.
-¿Kirito? Soy yo- esperó respuesta pero no la obtuvo- Voy a pasar- 
Se encontró con una escena bastante normal, el dueño de la casa estaba sentado frente a su computador con los cascos puesto, estaba usando bufanda y una chamarra cuyas mangas le cubrían hasta la mitad de la mano. Se le acercó y le tocó el hombro para llamar su atención, el ojinegro se tensó y volteó lentamente.
-¿Qué haces aquí?- se quitó la diadema.
-No contestabas las llamadas y pensé que podría haberte pasado algo- le sonrió, sentía que llevaba años sin verlo pero el otro volteó la mirada y le dio la vuelta a su silla dándole la espalda.      
-Estoy bien, anoche tuve algunos problemas y se me cayó el celular- 
-¿Problemas? ¿Por eso estaba Nochizawa-san aquí?- observó como su compañero se tensaba aún más, como si estuviera ocultando algo- Oye Kirito, mira para acá-
Esas palabras le habían traído malos recuerdos, lo único que pudo hacer fue correr al baño para vomitar, había perdido la cuenta de cuantas veces ha vomitado desde que volvió de casa de Eiji hasta ese momento. El rubio se alarmó y lo acompañó, le trajo un poco de agua y le sostenía el cabello para que no se le metiera en los ojos, notó como sudaba frío.
-¿No sería mejor quitarte la bufanda?- sugirió.
-Tengo frío- dijo como pudo, aún tenía la cabeza agachada por si volvía a vomitar- Perdón- empezó a llorar, se sentía demasiado mal.
-Esta bien, estoy aquí para ti- no entendía porque se disculpaba o porque lloraba, pensó que quizá estaba sentimental por la situación- ¿Terminaste? Toma más agua- volvió a acercarle el vaso, después usó toda la fuerza que tenía para levantar a Kazuto y llevarlo a recostar- ¿Te sientes un poco mejor?- 
-Si, gracias- se tapó con una cobija- Y respecto a Eiji...
-Esta bien, no tengo motivos para desconfiar de ti- le sonrió y lo besó en la frente- Es cierto que me enojé un poco pero fue algo irracional- 
-Él estaba aquí porque vino a entregarme algo- continuó- No pienses mal- 
-Confió en ti- se recostó a su lado- Voy a quedarme hasta que llegué Suguha así que descansa- 
Se quedaron dormidos, estaban abrazados pasando un buen momento, tal vez así se sentía estar en el paraíso; les gustaría poder pasar los días así: sin preocupaciones, sin gente a su alrededor, sin molestias ni problemas. El primero en despertar fue Eugeo que bajó a la cocina para preparar algo de comida. El olor de la comida despertó al pelinegro, entró al baño para lavarse la cara, pensó el lo peligroso que había sido dormir con la bufanda puesta (No lo hagan, podrías ahorcarse) pero era un riesgo que debía tomar. Se la quitó para valorar el daño.
Antes de que Suguha se fuera a la escuela le informó que él se quedaría en casa, se la había pasado vomitando cuando recordaba el horrible rostro de Eiji, se tranquilizó un poco jugando Sword Art Online pero escuchó la puerta, pensó que sería un paquete que ordenó hace unos días pero se equivocó; la persona parada fuera de su casa era el universitario, la última persona que quería ver.
-No contestas mis llamadas- le reclamó y entró a la casa como si fuera el dueño.
-Mi teléfono se rompió- comentó con miedo.
-Te ves bastante mal- se le acercó- ¿Te pasa algo?- 
-Me siento algo mareado, es todo- se alejó- ¿Necesitas algo?- 
-Bueno si pero viéndote en ese estado lo dejaré pasar por ahora- le sonrió de una forma bastante maliciosa- Aunque ya no me tomé el tiempo de venir hasta acá- lo sujetó del brazo y lo acercó- Se me ocurre una idea-
-¿Cuál?- preguntó aterrado.
-Esto-
Se le acercó al cuello y lo mordió, fue tan fuerte que incluso lo hizo sangrar. El dolor lo hizo sacar un par de lágrimas traicioneras y el sentimiento de ser usado volvió a nacer en su pecho.
-Eso solo fue para que recuerde que de ahora en adelante- le susurró en el oído- Me perteneces-
No pudo contestar, solo estaba temblando del miedo y quería escupir lo que había desayunado.
-Ya no que no tienes celular te informaré el programa- caminó al cuarto del chico e hizo que lo siguiera- Viernes: Necesito que vayas a mi casa, compré un nuevo juguete que quiero probar contigo- sonrió- Sábado: Te daré el día libre, hay algo que debo hacer en Tokio y por último, el domingo será sorpresa. Procura estar libre- 
-Si- agachó la cabeza.
-Nos vemos mañana, Kazy- 
En cuanto Eiji dejó su habitación se puso una venda en el cuello pero era demasiado llamativa así que tomó una bufanda y la puso encima. Se tiró en su escritorio y se colocó los cascos, escuchaba los sonidos de Sao mientras traba de calmarse y en eso llegó Eugeo.
Volviendo al presente, luego de lavarse la herida y colocarse un vendaje nuevo y encima la bufanda, bajó a comer. Se encontró con la agradable escena de el rubio sirviendo un plato de comida mientras tarareaba una canción.
-Hola- lo saludó y se sentó.
-¿Te sientes mejor?- asintió- Genial, preparé algo ligero pero debes comer un poco de proteínas más tarde y tomar mucha agua- le puso el plato en frente y se sentó a su lado- Adelante, come-
-Gracias por la comida- estaba deliciosa, como siempre, se sentía un poco (mucho) mal por mentir pero debía hacerlo, solo debía resistir hasta el domingo y luego Eiji desaparecería de su vida ¿Cierto?
-Ya que te quedaste sin celular será un poco difícil estar en contacto, así que inventemos una clave- 
-¿Clave?- 
-Si- pensó por unos minutos- ¡Ya sé!, Si las cortinas están abiertas es porque estamos en casa, si están cerradas es porque aún no llegamos o salimos por algún motivo y si una esta cerrada y la otra abierta es porque estamos en casa pero estamos ocupados- le sonrió- ¿Qué opinas?-
-Tiene un poco de sentido pero mañana volveremos juntos de la escuela y también la próxima semana- 
-Si pero tuve unos problemas con mamá y quiere que después de la escuela vaya directo a casa así que no puedo quedarme ese rato extra contigo- señaló.
-¿Qué problemas tuviste?- 
-Buenos- lo pensó un poco, su madre estaba enojada con Alice y tenía la idea equivocada de que él estaba deprimido por eso así que quería hablar con él todos los días respecto a sus emociones y esas cosas- Ella se enojó porque estaba peleando con mi hermano así que nos castigo- 
-Entonces me parece bien lo de las cortinas- le sonrió de vuelta.
-Grandioso- se le acercó más y lo besó rápidamente- Te amo tanto Kirito- lo abrazó.
-Yo- sintió un gran nudo, quería corresponder esas palabras pero la situación en la que estaba lo hacía sentir mal.
-No tienes porque responder- se separó ligeramente- Dilo cuando estés listo- le sonrió.
Se quedaron juntos un rato más, hasta que Eugeo tuvo que volver a casa, si sus padres se enteraban que había perdido medio día escolar lo castigarían de verdad. Siempre podía confiar en pedirle los apuntes a Alice. Por otro lado Kazuto se había conectado a GGO para hablar con Lizbeth y preguntar por la escuela. Después de todo estaban a punto de concluir el ciclo escolar, podían descuidarse un poco.
Unos cuantos días los separaban de su meta final: las vacaciones. El rubio confiaba fuertemente en que sacaría valor de su interior para hablar con su madre y el pelinegro tenía fe en que su tortura acabaría el domingo.
Quizá estaban siendo muy ingenuos.

Hola, oficialmente terminan las actualizaciones diarias :c, perdón pero mis maestros quieren terminar ya el semestre así que es probable que vuelva el sábado con un nuevo capítulo.

Hice ese capítulo con un poquito más de amor, siento que muchos de nosotros necesitábamos a la pareja siendo pareja. Me encanta el rumbo que esta tomando, cada día disfruto más escribiendo esto.

Vota y comenta. Hoy no hay pregunta porque no se me ocurre nada, así que comenta lo que quieras: teorías, preguntas, criticas, comentarios. Hoy todo es bienvenido.

Los quiero mucho, cuídense y nos leemos en el próximo capítulo.

Enamorando al gamerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora