Se pusieron en marcha, caminaron algunas cuadras para llagar a su destino: la florería. Eugeo le había contado a Alice toda la charla de las rosas azules que tuvo con aquella chica y como lo único que le vino en mente era su vecino; luego de escucharlo lo arrastró a dicho lugar.
-Bienvenidos- saludó la chica.
-Hola, venimos por un ramo de rosas azules- habló la rubia muy emocionada.
-Las rosas azules tienen un gran significado- dijo mientras empezaba a hacer un pequeño ramo de cinco flores.
-Ya lo sabemos, tenemos algo de prisa- apresuró de nuevo.
-Lo lamento- terminó el ramo y se lo extendió- Aquí tienes-
-Gracias, Eugeo paga- le golpeó la espalda y salió de la tienda.
Una vez fuera caminaron a casa de los Kirigaya, el plan era llegar, darle las flores al chico, pedirle disculpas y empezar de nuevo.
Cuando por fin llegaron, tocó la puerta, espero algunos segundos pero no hubo respuesta, miró a su amiga y le alentó a tocar de nuevo; lo hizo una vez más pero con más fuerza hasta que abrieron.
-¿Qué?- la cara molesta de Suguha se hizo presente- Largo- volvió a cerrar la puerta pero el pie del rubio se interpuso.
-Necesito hablar con Kirigaya-kun-
-No-
Ambos comenzaron a tirar de la puerta, ninguno parecía darse por vencido.
-Vete antes de que comience a gritar- amenazó la chica.
-También puedo gritar- contestó jalando con más fuerza- Solo un segundo, quiero decirle algo importante-
-Ya te dije que no- empezaba a ceder, la fuerza del chico era superior- ¡AHHHHHH!- gritó con fuerza para llamar la atención de la gente que pasaba por ahí.
-Ya entendí, ya entendí- se separó de la puerta- Deja de gritar- suspiró cansado- Por lo menos dale esto- le paso las flores.
-Adiós- azotó la puerta.
Dentro de la casa caminó a la cocina, pensó en darle las flores a su hermano pero eso no le haría ningún bien en su recuperación así que las tiró a la basura y siguió con sus deberes.
Al otro lado de la calle estaban los rubios, Alice se burlaba del fracaso de su amigo.
-Eso fue muy gracioso- se reía- No puedo creerlo-
-Pensé que ibas a apoyarme- le arrojó un cojín- Ha sido igual desde la primera vez que lo intenté, ¿Crees que Kirigaya-kun le haya dicho a su hermana todo el asunto de la apuesta?-
-No lo creo- se calmó- No te preocupes, ya se nos ocurrirá algo- le restó importancia.
-No puedo esperar Alice- se acercó a su amiga quedando frente a frente- No puedo esperar-
En ese momento se escuchó la puerta de la habitación, la madre de Eugeo entró con unos bocadillos.
-¿Interrumpo algo?- preguntó luego de ver aquella escena.
-No- contestaron a la vez.
-Entiendo- dejó la bandeja y salió del cuarto con una extraña sonrisa.
-¿Qué haré? Suguha no me dejará acercarme por ningún motivo- se quejó tirándose en su cama- Me lo merezco por ser tan idiota, sabes que, merezco sufrir por el resto de mis días-
-¿Cuando te volviste tan dramático? Das asco-
-Lo lamento, hace días que pienso negativamente en extremo, podría decirse que es un pasatiempo que me mantiene ocupado-
-Dame un par de días para investigar algunas cosas, de momento sigue insistiendo con las flores y trata de hablar con él en la escuela-
-¿Un par de días? No creo resistir mucho- la chica sonrió- ¿A qué viene esa cara?-
-¿Lo extrañas al nivel de no poder estar sin él?- subió las cejas.
-¿Y qué si es así?- se volteó avergonzado- No quiero seguir sin él- Alice se levantó de la cama y corrió a la ventana, la abrió y sacó la cabeza- ¿Qué haces?-
-¡Kazuto! ¡KAZUTO!-
-¿Qué crees que haces?- la tomó de la cadera y la metió al cuarto- No molestes a los vecinos- la golpeó.
-Apuesto que escuchó eso y su hermana no tiene control sobre el sonido- sugirió- Es una gran idea pedirle disculpas desde aquí-
-Si me pongo a gritar como idiota mi madre se va a dar cuenta- volvió a golpearla- Me he fijado que desde que ocurrió todo esto no ha abierto las cortinas-
-Llámalo- le dio su celular.
-Ya lo intenté, bloqueo mi número- volvió a sentarse - Te daré dos días Alice, si para ese entonces no se nos ha ocurrido una buena idea me daré por vencido y tomaré la responsabilidad de ser tan tonto-
-No me gusta tu pesimismo- le reprendió- Dos días bastan y sobran- le sonrió.
La chica volvió a casa, Eugeo tomó su celular y buscó un servicio que repartiera flores a domicilio, se dio cuenta que la misma florería donde encontró las rosas repartía a toda la ciudad. Hizo un pedido para ese mismo día.
Cruzando la calle, recostado en su cama, había escuchado la pelea que tuvo su hermana, no quería salir de su habitación pero tuvo que hacerlo ya que moría de sed. Bajó, tomó un vaso y antes de servirse el agua vio que había algo en el basurero, lo sacó con cuidado: se trataba de un ramo de rosas con un peculiar color azul; empezó a tener memorias de una de sus salidas con su vecino donde el vestía de ese mismo tono de azul. Cerró los ojos y alejó la idea de su cerebro, llevaba días tratando de no pensar nada respecto a ese asunto.
Estaba por volver a su habitación cuando llamaron a la puerta, se tomó un minuto y decidió abrir. Se encontró con una chica castaña, parecía mayor.
-¿En qué puedo ayudarla?-
-¿Kazuto Kirigaya-san?- preguntó.
-Soy yo-
-Necesito que firme esto- le dio una tabla, firmó y regresó- Muchas gracias, aquí tiene- le dio un ramo de rosas, igual al que estaba en su basura- Tenga un buen día-
Se quedó mirando aquel arreglo, por inercia miró la ventana de enfrente y se topó con aquellos ojos verdes, se volteó inmediatamente y cerró la puerta. Descubrió una nota en el ramo:
~Lo Lamento, dame una oportunidad de arreglarlo
Suspiró cansado, estaba harto de sentir.
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Enamorando al gamer
ФанфикKazuto es un gamer solitario que prefiere pasarse las tardes jugando que hacer otra cosa-, por otro lado su vecino de enfrente, Eugeo, siempre lo observa desde su ventana preguntándose si ese chico puede tener sentimientos hacia algo que no sean los...