Prólogo

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Despertó listo para su primer día en segundo año de preparatoria, observó por su ventana como de costumbre y vio a su vecino, sabía que estaba en la misma escuela que él y que iban en el mismo grado, sin embargo su clase era la de enseguida; el apellido del chico era Kirigaya (estaba escrito en el buzón) sin embargo desconocía su nombre, otra cosa que sabía gracias a sus observaciones era que él chico de cabello negro no hacía otra cosa más que jugar videojuegos, siempre que veía por la ventana lo observaba sentado frente a su televisor o computador jugando algún nuevo juego de moda o alguno antiguo. Para él era frustrante ver esta situación ¿A caso ese chico hacía algo más en su vida?
Salió de casa y se dirigió a su escuela, en el camino se topó con su mejor amiga Alice.
-Eugeo- saludó con alegría y lo abrazó- Te extrañé, las vacaciones en casa de mis abuelos son de lo más aburridas, ni si quiera fui a ningún festival de verano- se quejó.
-Buenos días- contestó el chico- No hubo ninguno que valiera la pena- suspiró.
-¿Qué pasa contigo? Esos suspiros no son normales para un chico de tu edad- de vez en cuando a la chica le gustaba sonar mayor, incluso tenía par de amigos mayores.
-Es solo que pensaba respecto a mi vecino- la miró.
-¿Kirigaya-kun? Es un chico un tanto  cerrado, conozco a una chica, Lizbeth, esta en su clase y es de las únicas personas que le hablan- lo miró con interés- ¿Por qué el repentino interés en él?- 
-Me pregunto si ese chico tiene sentimientos, todo el día esta pegado a un ordenador y nunca lo he visto llevar a alguien a casa- volvió a suspirar.
-Tengo una idea- paró la rubia y se acercó- Conquistemos lo-
-¿Eh?-
-Probemos que tiene sentimientos, nos haremos sus amigos, no creo que eso sea malo para una persona introvertida- comentó desinteresada.
-Me parece algo extremo, uno no anda por ahí buscando conquistar a su vecino- 
-No lo veas como conquistar sino más bien como cambiar su vida un poco- el rubio parecía menos confundido- Vamos, si empezamos a meternos en un terreno peligroso nos retiramos y lo dejamos seguir con sus videojuegos- 
-¿Estas segura?- 
-Totalmente- 
-De acuerdo- se encogió de hombros.
Este es el comienzo de una historia llena de todo.

     

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