Capítulo 36

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Sabía el camino, lo había hecho muchas veces durante la secundaría pero justo ahora no quería llegar a ese lugar. Cuando estaba frente a la puerta sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo, tardó en tocar el timbre, ¿Cuáles eran sus opciones? Si se iba era probable que esas fotos quedarán esparcidas por todo Japón pero si entraba no sabía que pasaría, era una delgada linea que debía cruzar.
Por fin se decidió y espero pacientemente a que abrieran la puerta, se encontró con Eiji mirándolo de pies a cabeza, se sintió un poco incómodo y entró a aquella casa. Estaba en la sala sentado en una silla, esperaba que le dijera algo porque él no quería iniciar una conversación.
-¿Qué traes en ese sobre?- preguntó el castaño de pronto, se quedó de pie cerca de la entrada.
-No se, creo que son facturas de mi mamá- dejó aquel sobre en un sillón cerca de la silla- Lo traje para disimular-
-Ya veo- sonrió- Es cierto, ahora que recuerdo tu llevabas los gastos del hogar y tu hermana se encargaba de las tareas domesticas, tus padres siempre están ausentes, pobres niños-
Ese comentario lo había dicho con todo de burla, y no le gustó para nada al pelinegro, así que se levantó e intentó golpear al contrario pero este lo vio venir y lo tomó del brazo, lo puso en su espalda y lo empujó contra la pared.
-No te enojes, te invité para conversar un poco- le susurró al oído- Te voy a soltar pero a cambio debes escuchar mi historia, ¿De acuerdo?- el chico asintió y fue soltado, se dio la vuelta lentamente, aún estaba contra la pared pero tenía la mirada agachada- Verás, tuve que mudarme con un amigo de mi padre porque mi madre planeo una vacaciones con sus hermanas y mi papá tenía un viaje de negocios. Este hombre era buena persona, me enseñó el valor del trabajo duro y que podía conseguir lo que yo quisiera con este; cuando entré en la preparatoria fui en mejor, destacaba en todo así que rápidamente conseguí una novia- suspiró- Yuuna Shigemura, era una hermosa chica de cabello castaño y ojos cafés, era la mujer más perfecta y pura del mundo así que naturalmente quise protegerla, estuvimos juntos toda la preparatoria y prometimos ir juntos a la universidad pero de un día a otro se volvió distante y peleábamos mucho, terminamos nuestra relación, ella se cambió de casa y dejo los estudios para trabajar en una tienda del centro, se pintó el cabello y usa pupilentes- se tensó- La cosa es que con ella hice todo tipo de cosas pero no estoy satisfecho y por arte de magia apareciste frente a mi, así que te propongo un trato-
-¿Qué clase de trato?- preguntó alarmado, no tenía un buen presentimiento.
-Tu harás lo que yo te pida sin decirle a nadie o tus fotos podrías llegar a lugares interesantes como páginas para adultos o a todos tus conocidos- el ojinegro se volteó hacía la derecha- Y si le dices a alguien sobre esto yo podría negarlo todo, ah, y me preguntó ¿Cuanto quieres a tu hermana?-
-¿A qué te refieres?- lo miró.
-Si tratas de denunciarme podría pasarle algo a tu hermana, es buena en kendo pero ¿Podría defenderse en un callejón? O ¿Tu cansada madre tendrá un buen tiempo de reacción? O ¿Tu novio sabría que golpeó? Piénsalo ¿Qué decides? Kazy- 
Estaba metido en un gran problema, justo ahora no había nadie que pudiera ayudarlo, estaba consciente de que las cosas que iba a pedirle no eran como en el pasado, ahora Eiji era un adulto y no tendría vergüenza de cumplir sus caprichos con él. Quería huir pero si lo hacía pondría en peligro a todos los que le importaban, tendría que hacerlo, no le quedaba otra opción.
-Lo haré- tragó saliva pero sentía seca su garganta.
-Genial, verás solo estaré por aquí hasta el domingo, debo volver a Tokio para empezar con mi trabajo de invierno así que vamos a divertirnos juntos el resto de la semana- sonrió de una manera tan horrible que hizo que se le erizaran los vellos- Bueno ya que estás aquí podemos empezar- lo tomó del brazo y lo llevó a su habitación- Las fotos que tengo de ti son buenas pero quiero unas del presente- sacó de su armario varios cambios de ropa, todos de mujer- Usa esto, te espero para hacer nuevos recuerdos- salió y se dirigió a la sala.
Cada uno de los vestuarios era peor al anterior, cada que salía de aquella habitación quería llorar, se sentía usado y humillado pero no le daría la satisfacción de verlo llorar. El último traje era de colegiala con una mini falda, trataba de jalarla hacía abajo pero lo hacía en vano, se paró frente al castaño.
-Suelta la falda, quiero ver todo- este obedeció y le tomó varias fotos- Creo que ese era el último atuendo- de pronto un gran trueno se escuchó en toda la cuadra y la lluvia empezó a caer como si no hubiera un mañana- Es una lástima que este lloviendo, no creo que puedas irte-
-Esta bien, correré a casa- entró a la habitación y se puso su ropa- Ya me voy-
-Antes de eso- fue detenido mientras se ponía su zapato izquierdo- Procura contestar mis mensajes- 
Corría desesperado, aún conservaba la condición física que adquirió cuando huía de Eugeo, la lluvia esta haciendo difícil su labor de respirar así que paró bajo un kiosko para leer sus mensajes, la mayoría eran de su hermana preguntando donde estaba, uno era de su vecino preguntando si estaba bien, decidió contestar con un simple si; retomó su carrera hasta llegar a casa donde fue recibido por los regaños de Suguha.
-Ve a darte un baño caliente, prepararé algo de sopa, espero que no te enfermes- lo reprendió en la entrada.
Se metió en la tina, le envió algunos mensajes a su pareja pero no contestó, supuso que estaba estudiando para sus exámenes, recargó su cabeza en la pared, ¿Qué podía hacer? Eiji no le dio muchas opciones, de hecho lo obligó a aceptar el trato y esto lo tenía muy preocupado, por otro lado solo sería por el resto de la semana ¿No? A menos de que tuviera planeado arruinarle las vacaciones de invierno. ¿Le podría pedir ayuda a alguien? Quizá pero ¿A quién? No tenía amigos, y el mayor ya los había amenazado pero aún le quedaba una opción: Klain. Él era una persona de confianza y mayor que el castaño, eso podía ser de ayuda ¿Verdad? Lo pensó un poco más pero no tenía sentido. 
Hacía mucho tiempo que no habían hablado, desde una vez que se vídeo llamaron para presentarle a Eugeo y que les diera algunos consejos de higiene; no habían coincidido en horario por lo que tenían mucho tiempo sin hablar.
Hundió un poco la cabeza en el agua, se sentía devastado pero al día siguiente debía hacerle frente a su vecino y fingir que todo estaba bien. Salió de la tina y bajó a comer con su hermana, le preguntó sobre su día y esperaron juntos a su madre. Esta los mandó a dormir en cuanto los vio despiertos pero antes de que Kazuto subiera a su cuarto lo detuvo.
-Oye hijo, ¿Viste un sobre que estaba sobre la mesa?- 
-No, ¿era algo importante?- preguntó con temor, ya que sabía perfectamente que ese sobre se había quedado en el sillón de Eiji.
-Son unas facturas del trabajo que debo entregarle a mi jefe el viernes- 
-Mañana te ayudó a buscarlas, será mejor dormir- sugirió para que su madre dejará el tema.
-Tienes razón, buenas noches-
-Buenas noches- 
En la soledad de su cuarto pensaba como recuperar aquel sobre pero algo en su interior le dijo que no tardaría mucho en volver a esa casa. Decidió dormir, necesitaba energía para lidiar con todo en lo que se había metido.
Esperaba que la semana terminará rápido.

Hola otra vez, es bueno subir doble capitulo.

Vota y comenta ¿Algún día dejaran de ocultarse cosas nuestros amigos?

Acabo de leer el final de kimetsu no yaiba y me quede medio decepcionada pero me esperaba algo así, para mi debió terminar cuando mataron a Muzan pero bueno, ya no les digo más.

No olvide cuidarse, y tomar agua para estar bien hidratados, me estoy volviendo loca por el encierro pero mi querido México tercermundista esta lleno de idiotas que se forman afuera del oxxo para comprar alcohol.

Los quiero mucho, hasta el próximo capitulo.

 

Enamorando al gamerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora