Capítulo 47

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Salió de la sala de interrogación y se topó con tu familia esperándolo, por otro lado vio a las chicas Kirigaya hablando con un oficial de policía y lo que parecía un abogado. Supuso que su hermano salió antes del interrogatorio.
Luego de escuchar a las patrullas todos fueron a la comisaría donde fueron separados, a Alice, Eolyne y él se los llevaron a interrogar, a Eiji no supo a donde lo llevaron pero no le importaba y a Kirito lo llevaron al laboratorio para tomarle muestras y curarle algunas heridas.
Tuvo que contarle al policía todo desde el principio, desde que se fueron a Tokio a escondidas; notó la cara de asco que hizo cuando le dijo que estaba saliendo con el pelinegro pero decidió ignorarlo y seguir con su relato, básicamente confesó todo: el comportamiento de Kazuto, lo que le dijo Asuna, la llave maestra (que fue confiscada), esconder su celular en el auto, Yuuna, y su improvisado ataque. Le dieron las gracias y lo dejaron ir, le avisarían a sus padres si los Nochizawa levantaban cargos por allanamiento de hogar pero no le puso atención.
-Eugeo- su madre lo abrazó- No vuelvas a irte de esa manera- lo regañó.
-Estoy bien ¿Dónde esta Alice?- 
-Sus padre vinieron por ella, tiene rato que se fue- contestó su padre- Y nosotros deberíamos hacer lo mismo, ya no tenemos nada que hacer aquí-
-¿Qué? Pero Kirigaya-kun aún no sale- se quejó el rubio- Quiero esperarlo- 
-Midori-san debe arreglar muchas cosas ahora mismo, lo más probable es que pasen la noche aquí- explicó el hombre- Dijeron que lo único que podemos hacer es esperar que los Nochizawa no levantaran cargos contra ustedes y esperar al juicio para que testifiquen en contra del chico- 
-Pero...
-Nada de peros, hijo- lo reprimió su madre- Vamos a casa, necesitan descansar-
El caminó en auto fue silencioso, ahora el auto de su hermano estaba como evidencia. No podía imaginarse la decepción que se llevarían los padres de Eiji al descubrir que su hijo era un maldito enfermo, era probable que ya se encontraran de camino a la estación también o buscando un abogado. Lo sentía mucho por ellos pero parte de la culpa era suya, quizá si le hubieran puesto un limite cuando pequeño o le hubieran prestado más atención la historia sería diferente. Confiaba fielmente en que Yuuna cumpliría su parte del trato y confesaría todo lo que ocurrió en su relación. Estaba cansado, lo único que quería era dormir al lado de su pareja para asegurarse que no se volvería a ir pero de momento eso era imposible y aún le faltaba hacer algo importante.
Llegaron a su hogar, su madre lo mandó a darse un baño mientras ella cocinaba algo ligero para todos; lo hizo y antes de salir de su habitación tomó su mochila y la puso cerca de la entrada de la casa para luego pasar al comedor.  La cena trascurría de forma "normal", era obvio que el tema de conversación eran sus vecinos.
-Espero que Kirigaya-san pueda resolver todo, necesita un poco de paz- habló su madre.
-Tienes razón, deberíamos invitarlos a nuestro viaje de invierno- sugirió su padre- Les haría bien despejarse en esa bella montaña- 
-Pero primero debe pasar el juicio, no creo que ella pueda relajarse hasta ver a ese chico tras las rejas- se metió su hermano.
-Si- afirmó el hombre- Por cierto Eolyne ¿De dónde sacaste una llave maestra?-
-Era de un amigo que la usaba para meterse al vestidor de las chicas así que se la confisque pero ahora no podré regresarla nunca- contestó riendo un poco.
-Me alegra que le hayan dado un buen uso- sonrió la mujer- Es bueno que mis hijos sean tan justos y responsables- miró a Eugeo que todo este tiempo esperaba en silencio su momento- Pero hijo, la próxima que vez que tengas problemas debes decirnos- 
-Tu madre tiene razón, fue muy arriesgado lo que hiciste por tu amigo- agregó su padre.
-Si el fuera mi amigo eso no hubiera pasado- declaró.
-¿A qué te refieres?- preguntó su madre.
-Si Alice hubiera tenido un problema así me hubiera dado cuenta desde el principio pero no lo note con Kirigaya-kun porque estaba preocupado por otro tema- 
-¿De qué hablas?- esta vez su padre el que preguntó- ¿De qué estabas preocupado?-
-Del que dirían mis padres si supieran- suspiró- Yo le he mentido a mucha gente últimamente y un idiota me dijo una vez que si tejía una red de mentiras podía quedar atrapado en ella. Lo que quiero decir es que hice lo que hice porque quería salvar a la persona que amo- se puso de pie- Mamá, papá, Eolyne, estoy enamorado de Kazuto Kirigaya y también tengo una relación con él desde hace tiempo- 
Miró a los nombrados, su hermano sonreía con orgullo, su padre había dejado sus palillos en la mesa y puso las manos sobre esta; su madre parecía que explotaría en cualquier momento, era como si quisiera conservar la calma pero se le estaba saliendo de control.
-No es momento de bromas Eugeo- dijo ella con un tonó que le erizó la piel.
-No lo es, y el motivo por el que no me di cuenta de lo que le pasaba a Kirito era porque estaba bastante ocupado escondiendo nuestra relación de ustedes pero ahora no pienso hacerlo, quiero estar con él- 
La mujer golpeó la mesa y también se puso de pie, respiraba profundamente, parecía que un instinto asesino despertaba de su interior pero ya se había enfrentado contra un loco secuestrador, enfrentarse a su madre no le importaba, lo haría.
-No es verdad, tu estabas con Alice-chan, ¡Solo estas mintiendo!- gritó.
-Era mentira mamá, por eso "cortamos" de un momento a otro, ella tenía a alguien en su vida y quería estar a su lado- suspiró- Se lo que opinas de ese tipo de relación y por eso mismo pasaba noches sin dormir por miedo a que los descubrieras e hicieras algo estúpido-
-No me hables así- lo reprendió- Si entendieras el asco que siento en este momento no te atreverías a abrir la boca- trató de relajarse- Aún puedes arreglar esto Eugeo ¡Deja de estar con ese chico! ¡Deja de ser un desperdicio de la naturaleza! ¡Estas enfermo! Te llevaré al doctor y entonces podremos ser una familia otra vez- caminó hasta él y lo tomó del brazo pero rápidamente se soltó del agarre.
-¡No! ¡No sabes por todo lo que he pasado! Por fin tengo a alguien en mi vida con quien quiero estar y no dejaré que tus prejuicios lo arruinen todo ¡Si arriesgue mi vida fue porque lo amo!- recibió una fuerte bofetada pero no le importó- No pienso dejarlo solo porque mi madre es una intolerante- 
-Entonces no eres mi hijo- dijo la mujer con dureza, esa frase había penetrado el corazón de Eugeo como si fuera una bala- ¡Lárgate de aquí!- lo empujó hasta la puerta.
-¡Espera!- gritó Eolyne y se puso de pie pero su padre lo detuvo- ¿Qué haces? Tenemos que ayudarlo- 
-Hijo, se que suena algo extraño pero debes dejar que lo haga, si Eugeo elije pelear le espera un camino difícil que debe aprender a superar por si mismo. Ahora mismo debe tomar una decisión: La familia o el amor. Lo único que podemos hacer, por ahora, es observar- contestó el hombre sin moverse.
Mientras la mujer continuó empujando al pobre chico, con algo de dificultad logró tomar su mochila y cuando estuvo afuera de la casa observó por última vez a su madre, no parecía humana, era más bien como un cordero asustado. Entendió que lo mejor que podía hacer por el momento era irse y esperar.
Le cerró la puerta en la cara y volvió a gritarle desde adentro.
-¡NO QUIERO SABER NADA DE TI!- 
Sin tener claro que debía hacer comenzó a caminar, miró su casa por última vez y sintió ganas de llorar, no pudo creer que después de todo su peor enemigo no era Eiji o las mentiras sino su propia madre. Luego observó la casa de su vecino, se notaba que aún no volvían de la comisaría así que reanudó sus pasos; no tenía celular así que no podía pedir ayuda por ese medio pero sabía que sería recibido en un lugar. 
Lanzó piedras a la ventana y unos segundo después pudo ver a su mejor amiga en pijama asomarse por esta. Lo dejo pasar y le preparó un té para que le contará todo.
-Eso es horrible- dijo ella triste luego de haber escuchado la historia de su amigo.
-De alguna u otra forma sabía que pasaría- suspiró- Pero no estaba preparado- 
-Fue muy valiente de tu parte decirles, ahora solo falta que enjuicien al psicópata y podrás ser feliz con Kazuto- trató de animarlo- Y puedes quedarte aquí por algún tiempo, bueno primero debemos decirle a mis padres pero no creo que haya problema- sonrió.
-Gracias- le dio un trago al té- Quiero verlo- 
-Supongo que si- se rió ligeramente- ¿Qué tanto crees que le haya hecho?- se puso seria.
-Planeó averiguarlo, el problema será superar todo- suspiró- Tu no viste las condiciones en las que estaba, fue tan horrible que solo pude llorar en ese momento- su voz se cortó un poco así que carraspeó- Voy a ayudarle en todo, ahora que lo encontré y que podemos estar juntos no planeó despegarme de su lado- 
-¿Te doy un consejo?- le sonrió.
-¿Cuál?-
-Escucha a tu corazón pero no ignores los corazones ajenos- 
Luego de recoger se fueron a dormir, aún le faltaba un poco de camino para llegar a su chico pero estaba dispuesto a recorrerlo; lo amaba demasiado y ahora que había escuchado que era correspondido no lo dejaría extinguirse.
Le daba las gracias a todo lo sagrado por haberle dado la oportunidad de estar a su lado. Se sentía bendecido.

Hola amixes ¿Cómo están? Yo feliz pero con dolor de espalda.

No puedo creer que beibi Eugeo le dijera, por fin, a sus padres.

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Sin más que decir, los quiero mucho, cuídense y nos leemos en el próximo capítulo. 

  

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