34. Exámenes.

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“No hay mentira que dure para siempre”


Corría por los pasillos en busca del salón dónde se aplicarán sus exámenes.

Apenas y le había dado tiempo de bañarse, ya que apestaba a pescado podrido.
Su cabello aún se encontraba húmedo, estaba despeinado, sus ojeras eran notables, parecía un zombie.
Su mente a duras penas recordaba lo que había estudiado, definitivamente este no era su día.

Llegó al salón un minuto antes, por poco la lía.

Mordía el lápiz durante el examen ya que con dificultad recordaba algo, estaba dudosa si sus respuestas eran correctas.

«¿A o B?»  Ni siquiera lo sabía, las opciones eran muy parecidas, sus conceptos y características eran casi iguales. Tenía que pensarlo cautelosamente, un paso en falso y le costará su universidad completa.

«Vamos, _____ ¡piensa

Y aún así no podía.

Encajo sus colmillos en la madera del lápiz, estaba alterada, desesperada y sobre todo... Somnolienta.

Quería dormir, pero en su examen no.

«Mierda, pondré

Así fue cómo lleno el óvalo que marcaba la letra "B".

«Ahora, siguiente pregunta»

Prosiguió con su examen. Leía las preguntas con detenimiento y trataba de hallar la lógica en ellas. Pero no la encontró, se dispuso como último plan recordar lo que había estudiado, —lo hubiera hecho desde el principio.— pero desgraciadamente, no recordó nada. Era como si en la noche anterior hubiera ido a una fiesta, hubiese tomado mucho alcohol y al otro día en la mañana no recordará nada por la resaca.

¿Tendrá amnesia? Quien sabe, además, ni siquiera conoce a detalle como se padece la amnesia.

Era una estúpida.

«Sólo necesitó terminar este puto examen...»

Pero apenas y lo pudo terminar antes de tiempo.

Sentía la frustración, las inmensas ganas de dormir y una tristeza infernal.

«Y si... ¿Repruebo...?»

Eso estaba en duda.

Se retiró del salón corriendo, en dirección al baño. Para desahogar sus penas. Estaba más que derrotada, sus esperanzas de aprobar fueron casi nulas.

Sabía que probablemente pase el año, pero no sería como lo esperaba.

Todo su esfuerzo fue en vano.

Que ni se diga el examen de la universidad, era caso perdido.
Era decepcionante el hecho de desafiar e insistir con uñas y dientes a tus padres para que no controlaran tu vida... Tus sueños y al final, terminaras perdiendo.

No quería pedir disculpas, su orgullo no sé lo permitiría. Pero, sin embargo tendrá que acatar las órdenes de sus padres sin objeción alguna ya que... Había perdido.

«Demonios...»

Sollozos y más sollozos. Un dolor tajante en la garganta. Su mejilla completamente húmeda.
Su nariz estaba rojiza por culpa del pequeño catarro que salió junto a sus lágrimas.

Una Bella Promesa. [ᴇᴅɪᴛᴀɴᴅᴏ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora