40. Una Bella Promesa.

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"La naturaleza de las promesas es que permanecen inmunes a los cambios según las circunstancias."






Los rayos del sol que eran reflejdos por la ventana iluminaban por completo la habitación en dónde se encontraba una pareja que rebosaba en felicidad.

Naruto fue quién despertó primero, su primera acción fue observar a su novia quién seguía adormilada.

Sonrió enternecido, se sentó en la orilla de la cama, suspiro y se levantó de está, dispuesto a darse un baño.

Al regresar su novia ya estaba despierta, se tallaba los ojos y bostezaba. Ella le sonrió y se aproximó a él para darle un abrazo.

—Buenos días. —dijo con un tono calmado.

—¿Cómo amaneciste? —preguntó el rubio, mientras acariciaba el cabello de la mujer.

—Me siento un poco adolorida, pero estoy bien... —____ río, ya que ella sabía perfectamente la causa del dolor que prevalecía en sus caderas y piernas.

El de iris azul también río y rasco su nuca en señal de vergüenza y a su vez culpabilidad.

—L-lo siento... —murmuró.

—No importa... —la joven beso la mejilla del chico y se adentro al baño para darse una ducha.

Minutos después la fémina salió de la reconfortante ducha.
Hoy es un día importante para la joven pareja. Los fuegos artificiales se realizaran hoy en la noche en el Tō-ji.

Ambos salieron de paseo nuevamente.

Fueron a comer, después volvieron al hotel, se divirtieron un poco y al final se alistaron para los juegos artificiales.

______ se puso el kimono que había comprado anteriormente, este era de color cían, el cuál combinaba con el color de sus ojos, ya que estos dos eran un tanto semejantes.
El peinado que se hizo fue una coleta un poco desalineada, la cuál era adornada con un listón color blanco.

Por parte del Uzumaki, el sólo portaba una yukata color negra, está era la más común entre los hombres.

Al dar las 9:00 en punto, ellos ya se encontraban en el Tō-ji. Había mucha gente ahí, de todas las edades, unos comían y otros jugaban con la gente que conocían. Pero ellos realmente sólo estaban para observar la función de fuegos artificiales que se presentará exclusivamente ahí.

—¿Quieres...? —preguntó el rubio mientras señalaba un puesto de dangos que estaba en frente de ellos.

La de hebras color marrón asintió con una sonrisa.

—Me parece bien, hace mucho que no como unos.

La pareja caminó y pidió una orden de aquel dulce tradicional japonés.

La primera mordida hizo que la fémina soltara un jadeo que significaba lo delicioso que sabia lo que en ese momento estaba disgustando.

—¡El aderezo es lo mejor...! —la chica sonrió aún más, para después darle otra mordida al dulce.

—¡Es verdad! —apoyo el moreno, que al igual que su novia, dio el siguiente mordisco.

Continuaron pacíficamente con su degustación de comida japonesa hasta que dieron las 10:00 pm, dónde comenzaron los tan aclamados fuegos artificiales.

La pareja que apenas empezaría una vida universitaria sonrieron mientras se tomaban de la mano. Avanzaron en busca de un lugar —lejos de la multitud—, en donde observarán con serenidad la función con pirotecnia.

Una Bella Promesa. [ᴇᴅɪᴛᴀɴᴅᴏ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora