Tú y yo (Suerte #7)

20. Enojado

Perdón por la demora, pero aquí varios caps para compensar por la espera. Que los disfruten. 😁

Cap (1/4)

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Cinco días fue todo lo que Jasper pudo esperar antes de llegar a su límite de desesperación. Había sido paciente y trató de entender que Sebastian se sentía herido y traicionado. Por una vez decidió seguir los consejos de sus amigos y no presionar a Sebastian. Pero eso se volvía tan malditamente difícil cuando era blanco de las miradas resentidas de su adorado castaño.

Jasper estaba preocupado de que si dejaba pasar demasiado tiempo, Sebastian se cerraría en banda y no habría oportunidad de disculparse con él. Por eso aquel sábado después de ser prácticamente ignirado todo el día, Jasper decidió que era suficiente. Explicaría sus razones de haber ocultado la verdad y luego dejaría que Sebastian decidiera si quería seguir ignorándolo o quería darle una segunda oportunidad de ser amigos.

Espero hasta las siete, que era la hora que usualmente la tienda cerraba. Los nervios se habían acentado como una bola apretada en su estómago y le sudaban las manos. De hecho temía empezar a temblar como una hojita al viento. Se pasó las manos sobre sus pantalones tratando de calmarse mientras veía a Nathalie, Remi y Shara despedirse de Sebastian y luego pasaban junto a él diciéndole adiós.

Prácticamente eran solo ellos dos en la tienda, además del encargado, quien estaba en la oficina al fondo de la tienda. Jas fue por sus cosas, se cruzó la correa de su mochila de mensajero sobre el pecho y se anudo el suéter a la cintura.

Se paseaba de un lado a otro pensando en lo que le diría, la forma en la que empezaría la plática. Bueno que lo primero era lograr ser escuchado. Uh, jamás en su vida se había sentido tan presionado como en ese momento. Se mordisqueba su regordete labio inferior, mientras se pasaba una mano por el cabello alborotándolo todo.

Cuando vio a Sebastian salir con sus cosas al hombro, estuvó a punto de colapsar a causa de los nervios. Tomó una larga respiración y cuadró los hombros antes de pararse frente al castaño quien estaba colocándose los auriculares. Sebastian alzó la vista y arqueó una ceja de forma interrogativa, luego bufó y trató de pasar por su lado, pero Jas no se lo permitió colocando una mano sobre el fuerte brazo del castaño. 

—¿Qué quieres?— Preguntó irritado sacándose su mano de encima. Bueno, al menos le había dirigido la palabra lo que ya era un logro.

—Yo, uh...

—¿Hablarás en un momento cercano o debo sentarme?— el sarcasmo en esas palabras lo hicieron encogerse. Justo ahí en ese momento, Sebastian era muy parecido al chico que fue en la secundaria, el que lo molestaba en los pasillos y lo trataba como un bicho bajo su zapato. —¿Y bien?

—Solo quería hablar contigo sobre lo que sucedió el sábado pasado.

—No quiero oirlo. Simplemente déjalo correr. Agua pasada o lo que sea— De nuevo Sebastian intentó pasar por su lado, pero Jas se atraveso en su camino frenando su avance. —Escucha niño, solo olvidemoslo.

—No podemos— dijo desesperado. —Solo déjame explicarte que fue lo que pasó, porque sé que si no lo hago... vas a odiarme.

—Es que no quiero saber nada de excusas, me mentiste, me engañaste y eso es lo único que me importa.