Eran las 6 de la mañana y mi mamá pasó a mi cuarto con una bandeja que llevaba el desayuno.
-Sabrina despierta, hoy es la mudanza- exclamó mientras me movía levemente.
Suspiré melancólica-no quiero irme.
Corrió un mechón de mi cara- lo sé, yo tampoco quiero, pero debemos hacerlo por tu papá.
-como sea, supongo que haré el gran esfuerzo.
Mi padre es el dueño de una compañía multimillonaria de autos por lo tanto le invierte bastante tiempo al trabajo, haciendo que ni siquiera le quede tiempo para estar con nosotras.
Así que él y mi madre idearon un plan para pasar mas tiempo en familia.
El plan consiste en que nos mudaremos a San Francisco (California) ya que allí se encuentra la oficina mas grande de mi padre y el podría trabajar desde casa, obviamente no sería así siempre, debe seguir viajando pero al menos pasara un poco mas de tiempo con nosotras.
Estoy feliz porque pasaré mas tiempo con mi padre ya que siempre he querido eso, pero al mismo tiempo no puedo evitar sentir un poco de tristeza por tener que dejar a mis amigos y mi ciudad.
Cuando me terminé el delicioso desayuno que preparó mi madre, procedí a arreglarme ya que la noche anterior lloré como si estuviera en un funeral y las ojeras se apoderaron de mi cara haciendo que literalmente parezca un zombie.
Al terminar de arreglarme bajé las escaleras y recorrí la casa, sentí una punzada en el corazón.
Realmente extrañaré este lugar, a pesar de que odio a los vecinos y su auto bullicioso, también los extrañaré a ellos.
Mi padre bajó las escaleras con un portafolio y una gran maleta azul.
Fingí emoción- Estoy lista.
-que bien hija!- exclamó con felicidad.
Mamá se acercó a mí y me abrazó-extrañaré esta casa.
No pude evitarlo, una lagrima rebelde corrió por mis mejillas, mi madre me miró con una sonrisa de boca cerrada.
Me tomó de la mano-sé que nuestra nueva casa también me encantará, y haremos nuevas amistades.
Sonreí- como no?, eres maravillosa y muy agradable, conseguirás amistades pronto- hice una pausa- tal vez a mi me cueste un poco más pero es normal.
Sentimos la bocina del auto.
Le dimos una última mirada a la casa y nos subimos.
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7 horas aproximadamente en avión y una en auto mas tarde....
Mi padre llama mi atención-Ese será tu nuevo instituto.
-es gigante!- exclamé sorprendida
-si, y es el mejor de toda la ciudad- dijo orgulloso.
Me quedé mirando por la ventana y esta ciudad me sorprendía cada vez mas, es hermosa y muy grande comparada con Wisconsin, no quiero decir que Wisconsin es feo, pero San Francisco sin duda es mucho mas grande.
A pesar de tener padres millonarios, nunca había querido viajar, supongo que no me gusta pasar mucho tiempo en el auto, y subir a aviones me aterra.
Cuando llegamos abrí mi boca formando una gran "o" y es que la casa es gigante, desde afuera se veía hermosa y moderna, me pregunto si mi padre se quedaba en esta casa cuando viajaba a esta ciudad.
Me adentré y me fijé en cada detalle.
-la persona que decoró esta casa debió tener un muy buen gusto- dije gustosa.
Mi madre sonrió- muchas gracias, me alagas.
Enarqué una ceja- en serio tu la decoraste?.
Se cruzó de brazos- claro que si, sabes que amo decorar casas.
Como lo olvidé?, mi madre es diseñadora de interiores, estudio eso en la una de las mejores universidades del país aunque no recuerdo muy bien el nombre.
Me intrigaba ver mi habitación así que subí las escaleras corriendo y abrí la puerta que tenía mi inicial grabada como mi antiguo cuarto, abrí la puerta y un olor a fresa me golpeó, odiaba que mi madre pusiera aromatizantes dulces en mi habitación. Dejando atrás el olor exagerado de fresa entré, estaba todo perfectamente decorado, por primera vez mi madre le dio al clavo en mis gustos.
Entré a mi vestidor y sin duda tendré que ir mucho de compra para lograr llenarlo, tomé la maleta y acomodé mi ropa.
Estaba realmente exhausta así que me fui a bañar y luego me quedé dormida, después de todo no tenía nada mas que hacer, y si seguía despierta mañana tendría unas ojeras del terror y definitivamente no quiero asustar a los que serían mis nuevos compañeros.
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𝐂𝐚𝐢 𝐀𝐧𝐭𝐞 𝐓𝐢
RomanceSoy Sabrina, tengo 16 años y hace tres meses me mudé a San Francisco (California) mi vida a cambiado mucho, desde ser una chica nerd que pasa su vida en una biblioteca a ser la chica popular y enamoradiza que se emborracha en fiestas. Mi cambio no...