Sabrina
No podía asimilar lo que acababa de pasar, las lágrimas caían como río por mis mejillas, y sentía que me derrumbaría en cualquier momento.
-señorita está bien?- preguntó la mesera.
-no, yo...lo siento... pagaré todo.
Mi cuerpo temblaba y una frase se repetía en mi cabeza.
-no digas nada!, eres una zorra!.
No quería hacerle daño, tampoco quería hacerlo sentir culpable es solo que yo... tenía miedo, si todo salía a la luz temía perderlo.
Pero la realidad cayó sobre mí, y me golpeó con fuerza. Dylan el chico que mas quiero, me dejó. Me dejó porque soy una idiota que no supo hacer las cosas bien.
Me odio.
Llamé a Camilo para que viniera a buscarme al restaurante, se preocupó mucho ya que yo no paraba de llorar y casi no se me entendían las palabras.
Esperé al menos 10 minutos y Alexandra bajo del auto, al verme llorando se preocupó mucho, se acercó y me abrazó.
-prima qué pasó?.
-llévame a casa- fue lo único que pude decir entre llanto.
Alexandra asintió y sin preguntar nada más, nos subimos al auto de Camilo.
De camino a casa me fui mirando por la ventana, quería que al llegar él estuviera ahí.
Salió muy alterado del restaurante y me da miedo de que le llegase a pasar algo.
Al llegar entre corriendo a la casa, busque por todas partes y al no encontrarlo me tire al piso y finalmente me derrumbé en llanto.
Camilo y Ale corrieron a mi y intentaron calmarme pero nada servía así que me levantaron cómo pudieron y me llevaron a mi habitación.
-hermosa tranquila todo estará bien te lo prometo- habló Camilo intentando tranquilizarme.
-no!, no estará nada bien!, quiero que esté conmigo- sentí una punzada en el pecho- lo necesito.
Camilo me miró y se le llenaron los ojos de lágrimas. No quería hacerlo sentir mal, pero nada podrá arreglar esto, acabo de perder al chico que mas quiero por mi estupido comportamiento inmaduro.
Tal vez merezco esto.
Alexandra me abrazó y me comenzó a acariciar el cabello.
-no seas tan dura contigo, no tienes la culpa.
No pude hablar, solo sentía dolor, mucho dolor por mi cuerpo.
Sentí la puerta de la casa y como rechinaban las escaleras, se abrió la puerta de mi habitación y él entró, tenía la mirada fría y fue directo a su maleta.
Me pare rápidamente y me aferré a el con un abrazo, pero el me empujaba para que lo soltara.
-Dylan por favor!, perdóname!.
No me miraba y tampoco me dirigió la palabra, lo besé pero él corrió su cara. Bajo las escaleras y fui tras el pero solo me ignoraba, parecía como si yo no existiera.
Tomó el taxi y yo me tiré al suelo helado nuevamente.
-SOY UNA ESTUPIDA!- grité en llanto.
Vi que alguien venía corriendo hacía mi, pero gracias a las lágrimas no podía ver nada, estaba todo borroso.
-Sabrina, qué pasa?!- era Bryan.
-DEJAME AQUÍ, QUIERO ESTAR SOLA!.
-no te dejaré sola...ven aquí.
-véte!
-sabes que no lo haré.
Bryan me tomo en sus brazos y me llevó a dentro de mi casa, intenté apartarlo pero fue imposible, mi fuerza comparada a la de él es como la de un gatito.
Camilo y Sabrina bajaron las escaleras corriendo, bryan me dejó en el sofá y se llevó a Alexandra a la cocina mientras Camilo me hacía compañía.
Alexandra llegó con un baso de agua y me pasó una pastilla.
-no quiero nada!- exclamé.
-no me importa!, bébela- le hice caso y la bebí.
estuve poco mas de media hora sentada ahí llorando hasta que comenzó a darme sueño y terminé por quedarme dormida.
Hola, hoy no tuve un buen día.
Estuve un poco triste por algunos asuntos familiares, así que no sé si mañana pueda actualizar, espero que me entiendan.
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𝐂𝐚𝐢 𝐀𝐧𝐭𝐞 𝐓𝐢
RomanceSoy Sabrina, tengo 16 años y hace tres meses me mudé a San Francisco (California) mi vida a cambiado mucho, desde ser una chica nerd que pasa su vida en una biblioteca a ser la chica popular y enamoradiza que se emborracha en fiestas. Mi cambio no...