Dylan.
Otro día mas, otro bar.
No recuerdo el último día que estuve sobrio, me la he pasado bebiendo sentado en la barra de el mismo bar al que vine cuando la vi besando a Jason.
Como pudo hacerme esto?!, le di cariño, confianza y amor, ¿es que acaso eso no fue suficiente?.
Esa frase es la que ronda por mi alcoholizada cabeza todo el tiempo, quizás no debí haber hablado con ella desde un principio, después de todo solo es una chica del montón.
La chica del montón que se metió en mi corazón para nunca poder sacarla.
Maldito sea!, maldito sea el día en que la conocí!.
Comenzó a sonar mi teléfono pero no pude visualizar el nombre, todo estaba borroso.
-hola?
-tengo un par de llamadas perdidas tuyas- había olvidado que hace 2 horas comencé a llamarla como un maldito necesitado- pasó algo?
-n-no, fue un error- mi voz estaba temblorosa- fue un error haberte conocido, me arrepiento tanto de dejarte entrar en mi puta cabeza.
- dylan...yo- soltó con un hilo de voz.
-eres una maldita mentira, no me quisiste nunca- hice una pausa y sentí sus sollozos al otro lado- solo te gusté por ser popular, solo querías eso... eras una buena para nada sin amigos y estabas sedienta de popularidad... así que decidiste estar conmigo, me usaste!.
-nunca quise usarte! Y nunca lo hice, dylan yo te quiero mucho- mi corazón comenzó a latir mas rápido, quería escuchar eso, lo quería con todas mis fuerzas- pero ya no mas.
-así que huirás?!, sabes que es cierto, por eso me engañaste con otros- una lagrima comenzó a caer por mi mejilla- eres una zorra.
-y tu un estupido!, crees que no sé que hace unos días estuviste con Rose? Eres un maldito hipócrita!- exclamó enojada- ya no vuelvas a llamarme.
Colgó.
Fui hasta mi auto y conducí lo mas rápido que pude, no quería seguir en el bar, traté de mantenerme calmado pero no podía, sentía que mil sentimientos se apoderaban de mi, y el alcohol no me dejaba visualizar muy bien.
Sentí un impacto fuerte y de pronto ya todo era negro, solo escuchaba que alguien trataba de quitar la puerta destrozada del auto y a un hombre gritando "llamen rápido a la ambulancia!", al principio sentí dolor, mucho dolor, pero luego ese dolor se convirtió en frío, un frío inexplicable, algo parecido a estar acostado en la nieve sin ropa, de pronto comencé a sentir que alguien me gritaba "intenta abrir los ojos" "no te vayas" "eres muy joven para irte", intenté abrirlos pero pesaban mucho.
Sorry por el capítulo tan corto y aburrido, no me siento bien ☹️ me dio un resfriado horrible y no he tenido mucha inspiración, escribiré cuando me sienta un poquito mejor, les recompensaré esto se los juro.
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𝐂𝐚𝐢 𝐀𝐧𝐭𝐞 𝐓𝐢
RomanceSoy Sabrina, tengo 16 años y hace tres meses me mudé a San Francisco (California) mi vida a cambiado mucho, desde ser una chica nerd que pasa su vida en una biblioteca a ser la chica popular y enamoradiza que se emborracha en fiestas. Mi cambio no...