28. Autocine.

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Bryan.

Iba a comprar unos medicamentos para mi madre cuando sentí que mi móvil sonaba.

-hola?.

-Bryan soy Alexandra necesito que vengas a casa de Sabrina urgentemente- suspiró- no demores por favor.

-estaré ahí en cinco minutos.

Colgué, y subí a mi auto.

Sabrina me ha gustado desde que la vi por primera vez en la biblioteca, me sabía todos sus horarios y trataba de verla todos los días pero, nunca me atreví a hablarle.

Cuando se fue a San Francisco me sentí como un imbecil por nunca haberle dirigido la palabra. Siempre que me acordaba de ella y pensaba en sus labios rojos y suaves moviéndose levemente mientras desplazaba delicadamente las paginas del libro "y si quedamos como amigos", Su libro favorito.

Cuando llegué me estacioné y baje del auto, vi que Sabrina estaba en el suelo llorando, ver esa escena hizo que brotara la ira en mi interior, sabia porqué estaba así, ese hijo de puta no ha hecho mas que hacerle daño....

Fui corriendo hacia ella y la tomé en mis brazos, intentó zafarse pero no la solté, entre a su casa y la deje en el sofá.

Alexandra y Camilo bajaron las escaleras corriendo, Ale tenía una expresión de preocupación, la llevé a la cocina.

-que es lo que pasa?.

-es.... Dylan.- lo sabia, ese idiota le hizo daño otra vez- Sabrina le confesó que te besó a ti y que casi tuvo sexo con Cole y el se enfureció, así que volvió a San Francisco.

Espera.... entonces, estuvo aqui?.

-el la engañó con otra y se siente con el derecho de juzgarla?.

-bueno....- se aclara la garganta- Dylan no la engañó.... la imagen que le enviaron a Sabrina es de hace tres años.

Alexandra sacó una pastilla del botiquín y yo llené un baso de agua. Me destrozaba ver a la chica que amo, si, la amo, llorar por otro.

Después de media hora se quedó dormida, la tomé en mi brazos y la deposité suavemente en su cama, terminé de arroparla y me quedé mirándola unos segundos. Se veía tan tranquila y hermosa, siento el impulso de besarla y lo hice, posé mis labios en los de ella suavemente mientras dormía.

Salí de la habitación y bajé las escaleras, me despedí de las chicas y luego me fui.

———
He ido a verla todos los días, he intento hacerla reír, aunque sé que está triste, su mirada refleja mucha tristeza, hago lo que esta en mis manos por hacerla sentirse tan alegre como cuando leía la parte chistosa de una novela y sus ojos se achinaban para luego soltar una carcajada.

Cada una de sus expresiones son preciosas, adoraba cuando se sonrojaba por algunas escenas de sexo en los libros o cuando fruncía el ceño porque no le gustaba la actitud de algún personaje.

Volver a verla en esa fiesta hizo que los sentimientos por ella volvieran a surgir con intensidad, pero esta vez no la dejaría ir, le hablaría y saldría con ella, aunque mis esperanzas decayeron un poco cuando me dijo que tenía novio, y volvieron a levantarse cuando llegó ese mensaje, una foto.

Al verla con Cole (mi arrogante mejor amigo) en la cama sentí como la furia se apoderaba de mi cuerpo, pero me controlé, saqué a Cole de la habitación y la vestí, sé que estaba muy borracha así que no me importó, no influyó nada en lo que siento.

Dejé de verla algunos días cuando empezaron los exámenes, tenía que irme bien así que debía dejar las distracciones a un lado.

Para cuando volví a verla estaba hecha pedazos otra vez.

—————
Por fin el último día de clase para empezar las vacaciones de invierno. Salí del instituto y subí a mi auto, me dirigí rápidamente a una florería que quedaba cerca del café "hud hud", quería ir a verla y se me hizo buena idea llevarle algunas flores.

Sentí que alguien se acercaba rápidamente hacía mi, me agarró por el brazo y yo estaba decidido a golpearlo pero en cuanto me doy la vuelta veo sus hermosos ojos color miel-creí que eras un ladron, que haces aquí?

-bueno, quería salir de mi casa- la abracé.

Le di un pequeño beso en la frente-me alegro de que estés mejor.

-Gracias por preocuparte por mi estos días, siento haber sido tan llorona.

Sonreí-no hay nada que agradecer, me gusta pasar tiempo contigo, quieres ir a algún lugar? Tengo la tarde libre.

-estas seguro que tienes tiempo?.

-claro, tengo todo lo que queda del mes libre, y bien? A donde quieres ir?.

-sorpréndeme.

Entrelacé mi mano con la suya y la guié hasta mi auto, le abrí la puerta y ella entró.

Me quedé pensando unos segundos, para donde podría llevarla?, de inmediato se me vino a la cabeza un recuerdo de cuando era un niño y mi madre me llevó a un autocine.

Me quité mi abrigo y se lo di a Sabrina, hacía frío y no quería que se resfriase, prendí el auto y nos dirigimos a un lugar donde vendían muchos dulces, ¿quien va al cine sin llevar algo para comer?, exacto! Nadie. Bajé de mi auto y compré todo tipo de golosinas.

Al subirme Sabrina me miró confundida, aún no le he dicho a donde la llevaré- pasa algo?.

-adonde iremos?.

-es una sorpresa- dejé la bolsa llena de golosinas en el asiento trasero y partimos al autocine.

En el trayecto Sabrina no dejaba de hacer un sonido con sus uñas, se notaba ansiosa. En cuanto llegamos sus ojos se iluminaron.

-esto es....genial!- me dedico una sonrisa de oreja a oreja.

Avancé hasta un lado en donde podríamos ver la película mas cómodos.

Hola!, que creen que pasará en el autocine?! ❤️.

𝐂𝐚𝐢 𝐀𝐧𝐭𝐞 𝐓𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora