Sabrina
-hija estas lista?!- grita mi madre desde la primera planta.
-si! Ya voy!.
Tomé mi maleta, mi movil y una mochila, y bajé las escaleras.
Papá estaba en el auto esperándonos y mamá estaba tomando un baso de agua.
Dejé las maletas en la cajuela y entré para decirle a mamá que ya estaba todo listo, mi madre asintió y cerró la puerta con llave.
-mamá, puedo ir a despedirme de Dylan?- me miró con cara picarona.
-está bien pero no tardes.
Corrí a casa de Dylan y este me abrió con cara de que recién había despertado.
-mi amor!- exclamó
Al escucharlo decirme así me sonrojé.
-vengo a despedirme- lo abracé.
-espero que te vaya bien, estaré extrañándote todo el tiempo- el tono de su voz se escuchó algo triste.
-yo también, te llamaré todos los días- intenté alegrarlo.
-esta bien hermosa- me besó tiernamente.
-adiós- le dije mientras lo miraba por última vez para por fin irme.
Cuando subí al auto mi madre me miró.
-y no lo ibas a perdonar- soltó una mini carcajada.
-quiero decirles algo... yo y Dylan- no acabé la frase y mi madre me interrumpió.
-SON NOVIOS?!- exclamó sorprendida.
-si- enrojecí.
Miré a mi padre pero este no tuvo reacción alguna.
-que piensas papá?
-nunca creí que mi pequeña tuviera novio, solo es eso..- me miró con una sonrisa y me tranquilice- pero ya eres una adolescente y bueno... esto es normal.
-Gracias por ser comprensivos, los amo.
-nosotros a ti hija.
El auto comenzó a andar y saqué mi movil de la mochila.
Dylan: te quiero mucho ❤️.
Me sonrojé, y sentí que mi corazón latía con fuerza.
Sabrina: yo también te quiero mucho 😘.
Apagué la pantalla del movil y me puse los audífonos para luego ponerle play a mi reproductor de música.
Cuando subimos al avión tenía muchos nervios, temía que se cayera en medio del mar y morir ahogada o quizás explotada en mil pedazos. Mi madre me miro y tomó con fuerza mi mano, notó mi nerviosismo y quizo darme seguridad para entrar a la maquina gigante que me daba un terror inexplicable.
Al llegar a Wisconsin el avión tuvo una turbulencia y yo estaba a punto de entrar en pánico.
La chica que atendía noto mi angustia y se acercó a mi.
-tranquila es solo una turbulencia, pasa siempre- me extendió un dulce.
-muchas gracias.
Me miró por última vez y se fue, a pesar de que estaba cómoda en mi asiento de primera clase me aterraba el avión.
A penas aterrizo salí de ahí, ya no soportaba más la idea de estar en esa cosa. Esperé a mis padres en la zona para recoger nuestras maletas, y cuando llegaron se rieron de mi.

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𝐂𝐚𝐢 𝐀𝐧𝐭𝐞 𝐓𝐢
RomanceSoy Sabrina, tengo 16 años y hace tres meses me mudé a San Francisco (California) mi vida a cambiado mucho, desde ser una chica nerd que pasa su vida en una biblioteca a ser la chica popular y enamoradiza que se emborracha en fiestas. Mi cambio no...