26°

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Charlie y Vaggie se encontraban en una pequeña mesa lejos de la barra de alcohol del hotel. Intentaban tomar una taza de café cada una, pero de vez en cuando sus miradas curiosas se dirigían a la barra, ya que Alastor y Angel estaban allí, hablando y riéndose como si fueran amigos de toda la vida y jodiendo a Husk para que se pusiera de mal humor. Ambas chicas cruzaron un par de miradas cómplices sin entender demasiado lo que estaba pasando... La rubia arqueó una ceja hacia el demonio radio y finalmente decidió hacer la pregunta.

¿Desde cuándo Alastor viene tan seguido?

Le susurró a su pareja con miedo de ser escuchada, la morena parpadeó un par de veces. En realidad ella lo había notado desde hace algunos días, ese ambiente raro entre ambos demonios. No quería considerar una opción cursi, pero le respondió con la poca información que sabía.

Se queda con Angel Dust. Nunca nos cuenta nada.

Ante tal respuesta, Charlie se mostró algo sorprendida. ¿Se refería a quedarse compartiendo una habitación los dos solos? Era extraño por dónde lo mirara, pero eso explicaba esa atmósfera de comodidad antes ambos. Como si su barrera de confianza hubiera subido mucho, demasiado. En todo caso no estaría entendiendo bien la razón. La última conversación respecto al tema con Angel no fue demasiado productiva y no parecía como si su relación fuera a ser fructífera. Volvió a mirar a la barra y contemplar como reían juntos y Angel hacía contacto físico con el ciervo, eso era perturbador también aunque de a poco lo asimilaba.

Se ven tan felices... Y eso es tan raro.

—¡Lo sé! ¿Las emociones humanas no son super raras? ¡Desde que llegué al infierno no las recordaba con claridad!

Apareciendo de la nada misma y casi teletransportandose y desafiando las leyes de la física, Alastor rodeó el hombro de Charlie desde atrás y sonrió carismático y vivaz, como si hubiera escuchado toda la conversación desde un principio y fuera un ser omnipotente. Ambas dieron un pequeño salto por el susto, nunca se acostumbrarían a que saliera de la nada de esa forma. Por su parte, Angel también apareció al lado del demonio radio y colocó sus brazos inferiores sobre su cintura, con su estilo coqueto y sonriendo malicioso.

Ni yo. Bueno, solo la lujuria. Y el instinto de supervivencia asesino.

Presumió como hacía siempre riendo ante las chicas. Vaggie los miró a ambos más perturbada que antes, sabía que Charlie no sería tan directa así que se atrevió a avanzar con las preguntas incómodas.

Al punto. ¿Están saliendo? Cogiendo... ¿Las dos?

La rubia miró a ambos demonios y de pronto... Empezó a sonreír y tomó sus propias mejillas con emoción. ¿Estaban saliendo como tanto había leído sobre las parejas y almas humanas? ¿Ambos demonios tan diferentes podían llegar a sentir ese aprecio? ¡Estaban hablando de Angel Dust, el cual tenía una gran fama de promiscuo y Alastor quien era un total psicópata! ¿Tales emociones podían florecer en el infierno viniendo de ellos dos? ¿Sería un indicio de que REALMENTE las almas más oscuras y amargas poseían la suficiente pureza para poder rehabilitarse? ¡El amor era la pieza clave y por dónde deberían llevar el camino del hotel desde un primer lugar! Con respeto, amor, lealtad. Sentía su ideal y causa tan próxima que se emocionó y soltó un gritó de felicidad sin que ellos dos respondieran nada.

Si.

Sonrió Alastor de muy buen humor con sus ojos ardiendo en rojo fuego y con una gran sonrisa confiada. Angel rodeó sus hombros con sus brazos superiores y con los inferiores envolvió su torso, muy apegado a su cuerpo con un sentimiento de pertenencia. Les sonrió a las chicas mostrando sus dientes, como si estuviera marcando su territorio.

Don't call me angel [ RadioDust ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora