41°

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Cuando todos fueron transportados al hotel, el aura del fracaso y la amargura fue muy evidente entre la mayoría del grupo. Charlie fue la primera en caminar con la cabeza baja y una expresión devastada hacia uno de los sofá del mostrador y Vaggie, muy preocupada por ella, la siguió tomando su mano. Sería su compañía en un momento tan duro. Todo el espectáculo había sido en vano y era una pena porque se habían esforzado mucho para que las cosas salieran bien. En esa clase de momentos se preguntaba si realmente existían almas que pudieran tomar el buen camino, porque la mayoría ni siquiera lo consideraban una opción. Era tan angustiante, solo quería que Charlie fuera feliz y que su causa rindiera frutos. Lo único que podía hacer era abrazarla y sostenerla mientras lloraba, y se sentía impotente porque no sabía qué otra cosa hacer por ella.

Husk, por su parte, volvió a la barra con el peor mal humor de todos y, cuando se quedó del otro lado, abrió una botella de vino y casi se la bebió de un solo sorbo. Estaba furioso más que nada por la perdida de tiempo y su esfuerzo en vano. Niffty, casi igual de triste que las chicas, solo encontró refugio en intentar arreglar y limpiar los rincones del hotel, porque aunque había pensado que todo iba a fracasar, al final vio tanto carisma en ellos que tuvo la leve fantasía de que podría funcionar.

Alastor y Angel reposaron en los asientos del otro lado de la barra de bebidas. Husk no preguntó, les sirvió whisky a ambos y se retiró al rincón para seguir bebiendo su vino de alta graduación alcohólica. La araña suspiró con agotamiento, tomó su copa y miró su interior sin saber qué sentir en realidad. Dirigió su mirada hacia Alastor, quien estaba extrañamente callado pero sonriendo, degustando su bebida y tarareando un poco una canción.

Sabía que sería un fiasco.

Angel le tiró el comentario al azar. ¿Qué podían pretender de esos asquerosos pecadores? Quería quejarse, pero Alastor le dirigió una mirada simpática y le sonrió de buen humor, cosa que solo hizo que su pareja arqueara una ceja en muestra de su confusión.

Lo estás tomando muy tranquilo.

—Mn~ Para mí no fue un fiasco en lo absoluto.

Le contestó mostrando sus colmillos en forma de una gran sonrisa. Angel no lo comprendió, ¿Estaban hablando del mismo tema? Definitivamente eran unos fracasados y todos esos malditos animales habían destrozado el escenario y arrojado basura hacia ellos como si fueran escoria. Claro que fue un asco, sus esfuerzos y noches ensayando habían sido en vano y en ese momento nadie querría asistir al hotel porque habían quedado en ridículo.

¿Qué dices? Todos se burlaron y somos el hazmerreír del infierno.

—Oh, ¿Eso? No importa. El mensaje llegó bien fuerte y claro.

El demonio radio no dejó de sonreírle con un extraño buen humor, siguió tarareando una canción y eso desencajó todos los pensamientos de Angel. No estaban hablando el mismo idioma, otra vez. No entendía nada, se encogió de hombros y realizó un gesto indignado.

El mensaje, bueno si, pero todos lo tomaron como algo estúpido y pensé que sería diferente. Ah... ¿En qué estabamos pensando? ¿Por qué tenerle un mínimo de esperanza a todos esos pecadores sin cerebro?

Alastor le dirigió una mirada tan serena, entrecerró sus ojos confiados y no dejó de sonreírle. Pero eso fue suficiente para Angel, se alteró porque no entendía a qué venía tanto buen humor sabiendo que los ánimos de todos los demás estaban por los suelos.

¿En serio por qué te lo tomas con tanta calma? Fue mucho esfuerzo, en especial para ti. ¿No estás enojado? ¿No quieres ir a destruir medio infierno como siempre? Ahora sí estoy de acuerdo en que hagas un alboroto.

Don't call me angel [ RadioDust ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora