•• Familia

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Yo no quería venir.

Expresó su arrepentimiento a pocos metros de la puerta. Ni siquiera estaba de ánimos para sobrellevar una conversación falsa con su familia, pero luego de que Alastor lo animara y alentara a qué se presentaran aquella noche en una acogedora cena familiar, no pudo oponer demasiada resistencia.

Ansiaba ver a su hermana porque era la única que lo apreciaba de cualquier forma y siempre se mantuvieron en contacto por mensajes o llamadas, pero no le hacía gracia cruzarce con el imbécil de su padre y de su hermano. Suspiró frustrado y tocó el timbre de la puerta, esa casa tenía al menos tres pisos y era prácticamente una mansión, por supuesto que consiguieron ese lugar para vivir con todo el dinero de su tráfico de armas y drogas. El barrio estaba oculto y no había muchos vecinos cercanos. A pesar de que estaban en el infierno, debían cuidarse de las demás familias criminales que estaban en contra de la suya por problemas de territorio o poder.

¡Quiero caerles bien!

Alastor no estaba escuchando las quejas que manifestaba Angel desde hace dos horas, estaba tan emocionado de conocer a su familia y causar una buena impresión. Nunca tuvo vínculos familiares sanos o normales, nunca fue parte de nada así en su vida de humano o demonio, establecerlos le hizo entusiasmarse. Quería saber si todo lo que siempre vio, escuchó y leyó sobre las familias era verdad y quería causar la mejor impresión de todas. De hecho estaba seguro de que lo haría, tenía mucha confianza en si mismo. Peeo Angel pensaba muy diferente y le repitió más de una vez que su familia no era precisamente el modelo más normal de vínculos y cariño familiar... Todo lo contrario. La araña rodó los ojos con molestia, solo accedió para hacer feliz a Alastor porque en serio se veía muy alegre por conocerlos, pero él no estaba ni un poco emocionado por esa reunión.

Pero yo no les caigo bien. Solo están interesados en ti. Apenas notaron mi existencia porque saben que les conviene que seas parte de la familia... Alastor, ¿Me estás escuchando al menos?

Replicó con disgusto porque el ciervo seguía soñando despierto. Giró hacia él y le sonrió confiado, se sujeto sus mejillas con ambas manos y se rio como si todo lo que dijera Angel no tuviera sentido. No le estaba prestando atención a sus advertencias y solo imaginaba lo agradable que sería compartir y crear momentos con aquellas personas que habían sido parte de la vida de Angel, parte de su vida humana.

¡Nunca fui parte de una familia de verdad! Puede ser muy entretenido.

Pero... ellos no son una familia de verdad. Son criminales y... Mejor olvídalo.

No tenía caso. Lo mejor era que se chocara con la verdad por si mismo para que se diera cuenta de que no había nada más alejado de la realidad que sus fantasías. La puerta se abrió luego de un par de minutos y la mujer que los recibió, apenas los tuvo en frente, mostró una amplia y jovial sonrisa de alegría y sobre todo emoción. Se lanzó a los brazos de Angel y aferró sus cuatro brazos alrededor de su cuerpo. Por supuesto que la araña se emocionó de la misma forma y correspondió el abrazo con mucha felicidad, su hermana era lo único que valía la pena en esa casa después de todo.

—¡ANGEL!

¡Linda! ¡Te extrañé mucho!

Molly era una especie de araña con una apariencia casi idéntica a la de Angel, su cabello largo y blanquecino era brillante y sus ojos desprendían amabilidad y ternura, un brillo único que marcaba la pureza de su alma. Alastor le sonrió apenas la vio, reconocía cuando un pecador tenía pureza adentro de su corazón y no estaba repleto de malos sentimientos o intenciones malignas. Era extraño de ver, pero esa mujer no era como el resto de todos los habitantes del infierno.

Don't call me angel [ RadioDust ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora