Una carta llegó al buzón del hotel medio mes atrás. Y a pesar de que la leyó incontables veces de mala gana, se negaba a responderla. Esa pésima ortografía, esa caligrafía espantosa y esas palabras que no eran agradables y que más bien parecían una invitación hostil...
Angel Dust suspiró agotado y guardó la carta arrugada dentro de un cajón de su escritorio, en su correspondiente habitación del Hazbin Hotel. Habían pasado algunos meses desde los últimos incidentes, increíblemente habían llegado más residentes y las habitaciones casi no daban abasto. Alastor siempre le ofrecía que se quedara en su hogar, pero... Había cierta nostalgia que lo invadía cuando se encontraba en su habitación del hotel. Su historia con él había comenzado ahí despues de todo.
—¿Estás listo, bebé?
El demonio radio se apareció detrás de su prometido casi de la nada misma y abrazó su cintura con mucho cuidado, depositando su mentón sobre su hombro y sonriendo con entusiasmo. Había logrado sanar sus heridas por completo y gracias a esa poderosa magia restauradora, pudo curar sin problemas la grave herida de su rostro. Angel se giró para enredar sus brazos sobre su cuerpo y sonreírle de la misma forma. Se veía tan elegante como siempre y el arácnido no se quedaba atrás, se había arreglado mucho para la ocasión especial.
—Claro. Te estaba esperando, lindo.
Unió sus labios con los de él por breves segundos, Alastor correspondió y mientras sujetaba su cuerpo, chasqueó sus dedos para que su propia oscuridad los envolviera y fuesen transportados inmediatamente hacia un lugar muy distante de aquel círculo del infierno. Cuando sus cuerpos se materializaron frente a una gran calle principal y los polvos negros se dispersaron hasta quedar en la nada, Angel se separó un poco de su querido demonio radio. Habían acordado tener una cita, una cita de verdad. Porque se merecían un enorme descanso luego de enfrentar tantos problemas.
Se trataba del sexto círculo y a pocos metros de su ubicación, un enorme cartel adornado por huesos de demonios muertos y algún que otro cráneo colgando recibía a los nuevos visitantes. El letrero presumía con letras negras y góticas el nombre de "Villa Caníbal".
—Nunca había estado en este círculo.
Angel observó su alrededor, todo parecía como un cuento de hadas muy tétrico, como si una porción del siglo pasado hubiera sido arrastrado y transportado directamente al infierno. Había flores negras en los extensos jardines que adornaban las calles y decoraciones antiguas. Y por aquellos lugares tan lujosos y amplios, se paseaban pecadores vestidos con ropas tradicionales de la época victoriana o de la cultura inglesa de al menos unos tres siglos atrás.
La alta sociedad. La araña empezó a darse cuenta como un grupo de mujeres, que llevaban esos elegantes vestidos de la antigüedad, pasaban a su lado y le sonreían muy cordial a Alastor. Era normal, el demonio radio era reconocido por todo el infierno.
A pesar de eso, todo ese grupo mostró un brillo rojizo y amenazador en sus ojos, una mirada hostil y celosa hacia Angel Dust. Los rumores se habían divulgado por todo el infierno, sobre la escándalosa reputación del prometido de Alastor y los orígenes de su estrellato en los barrios bajos. Apenas Angel notó esas miradas despectivas, les sonrió con crueldad y pasó a abrazar a su prometido y levantar su dedo medio hacia todo ese grupo que se escandalizó por su falta de modales. El conjunto de ancianas chismosas eran de las muchas que habían querido ligar a Alastor, pero nadie se había llevado el premio mayor.
—Esas viejas no son más que arpías. No sé cómo toleras que te miren, quieren ligarte.
La araña lo apretó refunfuñando con celos y mordió el cuello de Alastor, porque era enteramente suyo y detestaba que cualquier zorra lo mirara con deseo. El ciervo solo se rio un poco tomando el comentario con gracia, para separarlo y tomar su mano, dedicándole una mirada llena de ternura hacia él.
ESTÁS LEYENDO
Don't call me angel [ RadioDust ]
FanfictionNo me digas que soy un ángel cuando soy un desastre. No lo digas cuando me quito la ropa. Sabes que a mí, no me gusta eso. Yo gano mi propio dinero y extiendo los cheques. Así que dí mi nombre con respeto. No puedes pagar mi precio. Estás estudiando...