58°

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Una delgada capa de llovizna empezó a cubrir la tierra húmeda. Las nubes grises se reunieron en el cielo, cubriendo en parcialidad el pentagrama del noveno círculo del infierno. Los cadáveres de los pecadores degollados por Velvet y Vox se enterraban en el fango a medida que pasaban los minutos, a pesar del inquietante escenario que quedó luego de una gran batalla.

Charlie se levantó del suelo y manchada en tierra y suciedad, caminó débilmente hacia donde se encontraban el cuerpo de Angel y Alastor. Ella escondió sus alas heridas hasta hacerlas desaparecer, pero sus enormes cuernos y ojos dorados con mezcla de rojo no se esfumaron. Sintió que el dolor de sus heridas iban a volver a hacerla caer, pero Vaggie la sostuvo de un lado y le sonrió algo triste porque sus condiciones tampoco eran las mejores. Entonces, ambas avanzaron hacia sus dos compañeros, mientras Charlie jadeaba de dolor ante cada paso y su pareja se convertía en su pilar más fuerte para ayudarla.

Angel aún no podía apartarse del pecho de su pareja sin dejar de sollozar con fuerza, pero levantó un poco su rostro lloroso al escuchar como Vaggie depositaba a Charlie a un lado del cuerpo del demonio radio. La rubia y la morena se miraron a los ojos por un momento, pero nadie habló, volvieron a observar el cuerpo de Alastor y Charlie tragó saliva ante sus graves heridas y su aspecto tan roto y demacrado. Se arrastró un poco hasta llegar a su lado y depositó una mano sobre la mejilla manchada de sangre del ciervo, los ojos de la princesa del infierno brillaron con intensidad, quiso encontrar al menos una mínima señal de que todas sus esperanzas no estaban perdidas.

Su alma no se ha extinguido. Debemos pasarle maná.

Apretó sus colmillos filosos y tomó entre ambas manos el rostro de Alastor, limpiando la suciedad y los manchones de sangre que provenían de la tajante y horrorosa herida de su cuenca, porque su globo ocultar había sido totalmente destrozado y los fluidos surgían en gran cantidad desde esa herida mortal.

Charlie supo que si podía brindarle la suficiente fuerza, sería capaz de regenerarse al menos para frenar el sangrado de sus heridas y cerrarlas. Sería una recuperación lenta a partir de ese paso, pero podría recobrar el conocimiento y su alma se restauraría un poco. La princesa se angustió, tapando su cuenca destrozada con su mano y cerró sus ojos haciendo grandes esfuerzos por no derrumbarse ante un cuerpo que había sido cruelmente malherido por los pecadores más inhumanos que pudo conocer alguna vez.

Está muriendo, morirá en muy poco.

Murmuró conteniendo sus lágrimas y temblando por la cruda inestabilidad de sus emociones. Angel tomó uno de los brazos de Charlie y la obligó a que lo mirara a los ojos, no había mucho tiempo y debían salvarlo a como diera lugar. Su desesperación era tan fuerte que ni siquiera controló la fuerza con la que la sujetaba.

Le voy a dar todo.

No, Angel.

Ella le sujetó ambas manos y sus pupilas doradas se enfocaron en aquellos ojos bicolor que estaban igual de preocupados y desesperados que los de ella. A pesar de que sabía que daría su vida entera por Alastor, ni siquiera eso sería suficiente en esa ocasión al tenerlo en un estado tan grave.

Alastor es una de las almas más fuertes del infierno. Y aunque entregues tu existencia a cambio y toda tu energía espiritual, no sería suficiente. Porque posees el alma de un pecador común. Yo... Puedo salvarlo.

Sus ojos brillaron pero su semblante se oscureció con seriedad, tanto Angel como Vaggie se alarmaron ante esa repentina expresión de decisión y se le quedaron mirando sin saber cómo podría proceder. La rubia volvió a enfocarse en el rostro inconsciente de Alastor y soltó poco a poco las temblorosas manos de Angel. Ella depositó sus dedos en el pecho del ciervo, mientras mechones de sus cabellos rubios caían sobre él y sus ojos rojizos empezaban a brillar cada vez más.

Don't call me angel [ RadioDust ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora