29°

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Su visión se nubló y la interferencia constante logró hacer que las paredes crujieran a su alrededor. La estructura retumbó un poco, estaba al límite de su control y pensaba que lo manejaba bien, con calma. Tal vez estaba algo ansioso e impaciente, pero siempre con el control en sus manos.

Sonrió a grandes rasgos mientras sus ojos se ponían negros y sus manos tomaban el cuello frágil y delgado del contrario. En su cabeza solo se repetía una y otra vez que tenía el control y que la distorsión solo sonaba dentro de su cuerpo, que nada estaba pasando en la habitación. Que la forma en como estaba estrangulando con ambas manos a Angel era normal y que podía medir su fuerza física. Su vista desde su perspectiva se volvió completamente roja opaca y sus cuernos empezaron a crecer y ramificarse, rio sin poder parar mientras los símbolos vudú nublaron el campo y se manifestaron a su alrededor.

Más... Necesitaba más... Necesitaba todo. Lo embistió con tanta fuerza, lo penetró duro y violento y su líbido se disparó muy alto, dejando su mente en una constante distorsión que rayaba a la locura momentánea. Todo estaba correcto dentro de él, todo bajo su control. Eso creía, que no podía perder la razón mientras cogían y su nivel de excitación estuviera medido por sí mismo.

Pero algo oscuro dentro de él lo estaba consumiendo, dejándolo ciego y presa de sus instintos más primitivos y animales.

Reaccionó tarde.

Alastor se apartó del cuerpo que tenía debajo de él y retrocedió.

¿Qué... acababa de...? ¿Fue... una pesadilla?

Angel...

Murmuró tratando de recuperar la consciencia en menos tiempo del que podía. Contempló su cuerpo inconsciente en frente de él, regado en la cama, desnudo y sin moverse, inerte.

Alastor bajó su cabeza, volviendo su rostro oscuro. Los flashbacks de cuando era humano lo golpearon como si se trataran de puñaladas en sus memorias. Tembló y formó puños contra las sábanas, recordaba toda la sangre entre sus manos. Como amó tanto... Tanto que no pudo retener su juicio hasta degollar a cada una de ellas, hasta cercenar y arrancar las pieles y musculos, hasta poder devorar sus corazones con sus dientes y cortar sus extremidades con armas blancas, destrozar su carne con sus dedos. Degustar el sabor, delicioso, fresco, puro...

Despierta.

Se sostuvo la cabeza con ambas manos y jadeó sin dejar de temblar, se estaba excitando cuando esos recuerdos empezaron a torturarlo de manera horrorosa, fueron un sueño lejano. ¿Sucedieron? ¿Él causó todo eso? Lo hizo. Pero no... podía perder el control, la calma, la cordura. Ya no era el plano terrenal, ya no era débil. ¿Eran sus sombras? ¿Sus sombras estaban logrando hacer que enloqueciera? ¿Su líbido? ¿Su sed de muerte humana? Jadeó aún más afectado porque, a diferencia de Angel, sus recuerdos y emociones humanas sufrían un conflicto tan grande, tan contradictorio y tan difícil de controlar. Podían hacer que su poder lo arruinara todo y perder el control significaba la perdición total para al menos la mitad del círculo del infierno que habitaban. No podía permitírselo, pero esos recuerdos...

El cariño, la pasión, el sexo, la carne humana y la sangre. Torció su cuello sonriendo como si estuviera roto y demente, pero la emoción que predominaba en su cabeza era una mezcla inexplicable.

Angel...

Enterró sus uñas nuevamente sobre las sábanas y agachó su cabeza, dejando que sus cabellos cubrieran sus ojos por completo. Dejó de jadear y de hablar tratando de despertarlo. Algo iba tan mal, sus sombras estaban deambulando dentro de su cabeza provocando caos y memorias que ya no distinguía como reales o no.

Un gemido se escuchó luego de tanto silencio, Angel abrió sus ojos y sonrió astuto y confiado, se rio un poco y le dirigió una mirada divertida y perversa a su ciervo, quien permanecía estático sin poder moverse. Aún no era consciente de lo que estaba pasando y siguió sonriendo hacia él.

Don't call me angel [ RadioDust ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora