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El culazo redondo, blanco y blandito del humano que yacía dormido con mucha tranquilidad y sumido en un profundo sueño que estaba situado a su lado se había quedado con una expresión de paz y de relajación. Se había destapado ya que mientras dormía daba muchas vueltas. La tenue luz de los rayos de sol caían sobre su robusta y ancha espalda. Su acompañante solo se dedicaba a mirar por el momento las vistas de su chico.

Pocos sabían que no hacía falta lucir ser un dios para lucir como uno de ellos. Para Hyuk Jae, Hee Chul era la definición y la prueba viva de lo que sería ser alguien perfecto, hablando de rasgos estéticos puesto que en la antigüedad lo bueno era bello, lo bello verdad y lo que era verdad era bueno. Su piel era tan blanca y suave como el terciopelo, limpia de impurezas. Sus labios rosados y gruesos, con un tacto sedoso. Su voz suave era como música celestial para sus oídos, independientemente de si hablaba o gemía.

Con mucho sigilo, Hyuk Jae se acercó a él pegando su erección matutina al culo de Hee Chul, restregándose también sin ninguna tela encima. Un pequeño gruñido salió por sus labios y se juntó un poco más a él. Hyuk Jae comenzó a recorrer su cuerpo con la misma rutina de siempre para despertarle. Empezó por sus hombros, masajeandolos con cuidado. Cuando sintió que se removía y lentamente comenzaba a salir del trance, arañó toda su espalda con suavidad.

Hee Chul murmuró algo que Hyuk Jae no entendió muy bien y este se acercó a su cuello para dejarle un húmedo beso. Al llegar a su culo lo amasó mientras presionaba su miembro duro. Un jadeo pequeño se escapó de sus labios.

Hyuk Jae agarró sus nalgas para separarlas e introdujo su miembro entre ellas para empezar a frotarse contra su entrada. Al sentir aquello Hee Chul tensó su culo para apretarle el miembro y giró la cabeza.

—Menuda Energía que tenemos algunos por la mañana —jadeó acercándose a sus labios para besarle.

—Tu cuerpo al desnudo Siempre es una gran tentación Y si supieses lo bonito que te veías con solo la suave luz del alba iluminándote Entenderías porque siempre me despierto con esto ya grande

—No es justo que siempre te despiertes antes que yo Yo también quiero disfrutar de esas vistas tan increíbles que debes de tener —protestó un poco entre jadeos.

—Eres un dormilón —besó su cuello una vez más, pero empezó a subir hasta su oreja para lamerla por detrás y gruñir contra su oído—. Ya es Hora de seguir con lo de ayer

Hee Chul se giró con cuidado y Hyuk Jae posó las manos en sus caderas para dar un tirón de ellas y pegarles una vez más. Hyuk Jae empezó a jugar con sus pezones mientras le mordía los labios. Estiró, pellizcó y finalmente bajó para morderlos hasta que quedaron completamente endurecidos.

—Además —prosiguió Hyuk Jae deleitándose de los gemidos de su pareja—. Un pequeño castigo por provocarme de esa manera nada más despertar No vendría nada mal, ¿verdad que no?

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