25

45 6 0
                                    

Hyuk Jae se abrió paso por la habitación, sus dedos rozaban la pared de aquel espacio pequeño que era ajeno a su propiedad. Soltó un suspiro leve a la vez que se sentaba sobre el colchón y rozó la mano por la suavidad de las sábanas aspirando ese aroma tan profundo que tan conocido se le hacía. Aquel aroma le daba recuerdos de todas esas veces en las que fue partícipe de lujuriosas noches cubiertas de pecado sin ningún tipo de arrepentimiento.

El chico terminó por dejarse caer sobre el colchón, mirando hacía el techo. El aroma haciéndose mucho más tangible y al tener todas aquellas imágenes totalmente calientes, tentadoras pasándose por su cabeza no pudo evitar cerrar sus ojos, ahogando un suspiro mientras sus manos pasaban por el borde de su camisa, alzándola para delinear su abdomen con la yema de sus dedos imaginándose que eran aquellas manos que le hacían delirar.

Poco a poco bajando hasta el comienzo de su pantalón. Abrió el botón después de abrirse el cinturón y metió su mano palpándose por encima de sus calzoncillos. Se sintió ya duro jadeando por lo necesitado que se sentía. Hyuk Jae gimió su nombre cuando se apretó la punta y fue frotándose poco a poco bajando lentamente.

Su espalda comenzó a curvarse. Su mano libre se enterraba en las sábanas y gemía envuelto en un total éxtasis. No tardó mucho en volver a llamarle. Deseaba con todas sus fuerzas que esa persona, el protagonista de sus fantasías más oscuras llegase y le atendiese al verle tumbado en la cama.

ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora