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Sus largos dedos recorrían la piel de su fuerte pecho como si estuviese hecho de suave terciopelo. Era tan firme que finalmente tocarlo fue adictivo. La risa ronca de Hee Chul rebotó contra sus pectorales al esconderse un poco.

Hee Chul alzó la mirada para encontrarse con los preciosos labios de Hyuk Jae. Después de acariciarle el pelo Hyuk Jae se agachó para besarle profundamente. Sus lenguas no tardaron en encontrarse y acariciarse entre ellas. Al igual que sus manos tampoco tardaron mucho en acariciarse sus cuerpos.

Cuando los dos se separaron jadeando, Hyuk Jae procedió a besarle el cuello. Hee Chul levantó la cabeza cuando le empezó a morder el cuello. Este ahogó un gemido y se mordió el labio inferior.

Hee Chul apretaba sus muslos y clavaba las uñas también. Poco a poco fue moviendo esas manos hasta su ingle y hasta su entrepierna. Sus gemidos habían hecho que él se excitase también.

Con una mirada llena de malicia, Hee Chul le sugirió cambiar de posiciones para marcarle él también. Hyuk Jae se mordió el labio asintiendo y le dejó que le tumbase.

Hee Chul empezó a frotarse despacio mientras le mordía, chupaba, lamía y besaba a el cuello. Se acercó por unos segundos a su oreja para soltar una caliente respiración y mordisquearle el lóbulo.

Hyuk Jae se removió y se estremeció, apretándole la cintura con los muslos. Subió desde su espalda hasta su cabeza para enredar los dedos en sus largos mechones negros. Sus piernas temblaron más al sentir su húmeda lengua por la zona de su mandíbula.

—¿Te gusta cuando te lamo ahí...? —preguntó Hee Chul relamiendo esta vez su labio inferior.

—Me encanta... —asintió Hyuk Jae alzando la cabeza para enseñarle más esa zona.

—¿Sí...? —Hee Chul se giró para colocarle encima de él y morderse el labio inferior—. En ese caso quiero probarlo yo ahora...

ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora