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Hee Chul se sentía impaciente y extremadamente caliente. Tal vez el embarazo era lo que le estaba afectando a que se sintiese de aquella manera. Apenas faltaban dos horas para que Hyuk Jae regresase del trabajo y sabía lo que eso significaba.

Además de que era San Valentín, también se cumplían cuatro años de que ellos estaban juntos. Aquella velada era muy especial y lo tenía todo preparado. Quería sorprenderle con la lencería más sexy que pudo encontrar, y a pesar de que fuese complicado por el volumen de su barriga, quería volver a bailarle.

Hee Chul se acariciaba la barriga mientras paseaba con impaciencia. En aquellos momentos estaba considerando un delito que tuviese que ir a trabajar el día de San Valentín. No paraba de pensar en todo lo que harían juntos, y eso hacía que su excitación aumentase.

No pudo resistirse y se sentó en el sofá para poder aliviarse un poco. Se acarició su miembro de arriba a abajo, quería ir poco a poco, de la manera en la que él lo hacía. Poco después, lamió sus dedos y comenzó a frotarse la punta con mucho detenimiento.

Tan pronto como empezó a masturbarse sus gemidos fueron lo único que inundaron la sala. Sus mejillas rojas y su caliente cuerpo temblaron sin parar cuando llegó a su orgasmo. Esa era la única pega que le ponía a estar embarazada, llegaba demasiado rápido.

Hyuk Jae le mandó un mensaje tiempo después pasa avisarle de que ya estaba por llegar a casa. Hee Chul se dio una ducha rápida y limpió lo que había manchado. Se vistió con la lencería que había comprado para la ocasión y espero con mucha impaciencia.

Cuando escuchó la puerta abrirse, apagó las luces de golpe. Hyuk Jae se sorprendió, porque pensaba que Hee Chul no estaba en casa, pero al entrar al salón, una luz de un foco se encendió. Al mismo tiempo música de ambiente empezó a sonar.

Hee Chul estaba esperándole en el centro de la sala con una sonrisa llena de malicia y vestido con una capa negra que le cubría todo el cuerpo. Mientras se relamía el labio, le indicó que se sentase en la única silla que había en la sala. Hyuk Jae lo hizo sin rechistar, impaciente de ver lo que tenía preparado.

Subió un poco el volumen de la música y comenzó a moverse con sensualidad. Al mismo ritmo que sus movimientos, empezó a quitarse esa capa que llevaba y dejó que cayese por su cuerpo. Casi parecía que esa capa caía mientras le acariciaba su blanca y fina piel.

Los movimientos de su cuerpo eran lentos y la forma en la que sus caderas se movían también. Hee Chul le miraba con un poco de intensidad y rozándose el cuerpo. Sabía que había algunas cosas que le serían un poco más difíciles de hacer, pero a pesar de eso pudo bailar tanto como quiso.

Se acercó a él y se posicionó detrás de él. Su mano recorrió su pecho de arriba a abajo lentamente y abrió la chaqueta del traje que llevaba. Hyuk Jae se dejaba hacer en silencio mientras poco a poco dejaba que su cuerpo reaccionase a lo que estaba viendo.

Hee Chul jadeó calientemente contra su oído y mordió su oreja antes de separarse y arrancarle la camisa blanca y la corbata roja. Antes de separarse de él le dio un azote con la corbata que llevaba en su bulto que comenzaba a crecer.

Hyuk Jae gruñó e intentó darle un azote, pero Hee Chul fue más ágil que él y pudo esquivarlo. Con el dedo le indicó que aún no era el momento de aquello y se colocó una vez más en el centro de la sala.

La música cambió al igual que los movimientos de él. Esta vez con la corbata en la mano empezó a rozarse el cuerpo con ella al mismo tiempo que continuaba con su baile. Se la colocó sobre los hombros mientras giraba para darle la espalda y fue bajándola despacio. Cuando llegó a su culo, se azotó con ella.

—¿Cuánto más tiempo piensas... Castigarnos de esta manera...? —gruñó Hyuk Jae, que no le quitaba la vista.

—Hasta que vengas a por mi y me cojas... —ronroneó coqueto.

Como si tuviese un resorte en el culo, se levantó de golpe de la silla y fue a por él. Le cargó en brazos y le besó con mucha impaciencia. Hee Chul le apresó la cintura con las piernas y Hyuk Jae caminó como pudo hasta la habitación.

Quería tirarle a la cama y ser duro, brusco, hacerle gritar por esos bailes tan sensuales que había hecho, pero su marido estaba embarazado y no podía hacer eso.

Le acomodó en la cama y poco a poco fue profundizando y ralentizando el beso. Dejó de ser tan intenso para convertirse en uno más apasionado y lento. Con mucho cuidado comenzó a desnudarle y a acariciar su piel. Le miró con mimo y mucho amor. Ambos jadeaban sonriendo.

Hyuk Jae se separó para desnudarse del todo y volver con él. Hee Chul abrió las piernas y con el máximo cuidado de no aplastar al regalo que llevaba dentro, se colocó entre ellas.

—Feliz San Valentín, mi vida... —jadeó Hee Chul a la vez que le rodeaba el cuello con los brazos para acercarle más.

—Feliz San Valentín, cariño...

—Te amo... —dijeron al unísono antes de juntar sus labios de nuevo en un profundo beso.


Feliz San Valentín ☺️💕💕

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