Hee Chul saltaba sobre el grueso dildo mientras disfrutaba de mirada dolida de Hyuk Jae que se encontraba con las manos atadas al borde de la cama y sin poder tocarle. Su cuerpo estaba completamente desnudo y su miembro duro como una roca.
—Pero mira qué encantador... —dijo Hee Chul mientras sentía el juguete dentro de él vibrar sin parar—. Mi querido novio está muy excitado por verme jugar... —murmuró conteniendo sus gemidos— Qué lastima que no puedas... Liberarte de las cuerdas, cariño...
—Por favor, Hee Chul... Suéltame... —jadeó Hyuk Jae con la voz rota mientras se acomodaba en la cama y con algunas lágrimas empezando a brotar por sus ojos— Déjame... Hacerte sentir bien...
—¿Te lo mereces acaso...? —murmuró él levantándose de donde estaba y acercándose hacia el cuerpo de Hyuk Jae. Le miró juguetonamente a la vez que se mordía el labio inferior—. Que yo recuerde... No
Hee Chul agarró su pene con ambas manos delante de él y le empezó a masturbar despacio a la vez que le miraba con detenimiento. Sus intenciones eran simples, complacer a Hyuk Jae, era tan divertido jugar con su cordura y llevarle al límite que no podía evitar hacer que se desesperase.
—Si lo que quieres es tenerme... Tendrás que pedir por ello, cariño.
—Te ruego que haré lo que sea... Solo déjame tenerte y así poder llenarte completamente... Quiero... Quiero demostrarte que soy mucho mejor que esos juguetes que tienes... —respondió rápidamente y con la necesidad inmediata. Las manos de Hee Chul se sentían bien, pero eso no era suficiente.
Hee Chul le miró dubitativo antes de asentir despacio.
—Está bien, pero no podrás tocarme... Al menos no por ahora...
Un leve llanto se pudo oír en la habitación, pero no hubo queja alguna. Hee Chul sonrío con malicia y se subió despacio a la cama para después sentarse en su regazo y poder agarrar su miembro de nuevo. Esta vez, lo dirigió hacia su entrada, que ya estaba estimulada por el previo juego. De un rápido movimiento los unió en uno.
Hee Chul empezó a montarle lentamente, para ir poco a poco subiendo la intensidad y moverse más duro, más brusco, más rápido. Aquella sensación era increíble para los dos, pero aún más por Hyuk Jae, que no había podido correrse por varias horas. En cualquier momento se dejaría llegar en el interior de Hee Chul y eso lo tenía jadeante.
Siguieron un rato más, Hee Chul tenía el control de todo y eso hacia a Hyuk Jae hacerle sentir un poco débil, además de que la situación le tenía encendido hasta el límite. Solo pensaba en poder agarrarle por las caderas y embestirle con tanta fuerza que le hiciese terminar, manchando tanto sus cuerpos como las sábanas de la cama.
Hee Chul sabía que eso era lo que quería, podía notarlo en su expresión facial. Por lo que hizo lo que él siempre hacía antes de terminar, se agarró a sus hombros para salir despacio y después se sentó con fuerza, golpeando su próstata.
Repitió esa acción varías veces más hasta que sus cuerpos sudorosos y tensos por el orgasmo quedaron manchados por ese líquido blanquecino que indicaba el fin.
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