Vikingo a sueldo

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/Narra Astrid/

  Algunos vikingos nacen con su destino ya establecido, otros descubren su destino y otros forjan el suyo. Pero cuando el mundo cambia, también cambia todo lo que ya habían construido.

/Narra el autor/

  Los chicos estaban en la academia haciendo un juego de preguntas en equipos. Esto ayudaba a saber cuánto sabían de los dragones y cuánto más podían saber acerca de ellos. Si bien Astrid, la hija del jefe era "La domadora de dragones", quién seguía investigando más y más acerca de ellos era Hipo. A Hipo le gustaba mucho volar, investigar acerca de dragones y estudiar cosas nuevas, a parte de que era el segundo herrero de la isla.

  Durante la sesión de estudio de hoy. El juego de preguntas sobre dragones la iban ganado Patapez y Astrid mientras que los gemelos y Patán iban perdiendo por mucho. Quienes hacia las preguntas y hacia de referí era Hipo.

  Luego de una provocación de los gemelos y una respuesta de Astrid, Patán intentó contraatacar con Colmillo pero este enloqueció de repente, quemando así el trasero de Patán.

  Astrid se burló de él.

Hipo: *Serio* Jefa, creo que debería comportarse con un poco más de disciplina.

Astrid: *Juguetona* Pero todavía puedo seguir jugando.

  Hipo solamente la vio con una mirada seria y ella se calmó. Ambos se fueron a la plaza en donde encontraron a Bocón vendiendo muchas de sus armas. Era lamentable para ambos ya que él vikingo se había rebajado bastante solamente para darles un hogar a todas sus armas.

  Hipo y Astrid veían tristes esta escena. Para Hipo, Bocón era su maestro y alguien preciado para él. Para Astrid, él no solo era amigo de su padre, fue su niñero y amigo, era parte de la familia. De repente llegó Mildew y se burló de ellos culpándolos por la situación de Bocón.

  Esa noche, Astrid estaba pensando muchas formas en la que Bocón podría tener un lugar en el nuevo Berk, pero no se le ocurría nada. Luego llegó su padre y se notaba exhausto.

Astrid: Padre ¿Que te pasó?

Estoico: Estuve de un lado para otro solucionando los problemas de la gente - Agarra dos bloques de hielo y se los pone en las orejas - Desearía poder dividir mis tareas. Siento que no podré con esto todo yo solo.

  A Astrid se le ocurrió una idea y sugirió poner a Bocón a ayudar a su jefe. Estoico notó de inmediato que sería una buena idea.

  Al día siguiente, Bocón tuvo la mitad de la lista de deberes del jefe y se encargó de ellos... más o menos.

  Para resolver un problema de dos vikingos, sugirió que combatieran a muerte con mazos. Al momento de bautizar a una bebé con el poder que le entregó Estoico, le puso como nombre Magnus. Y para finalizar, "arregló" un barco cubriendo el agujero que tenía con metal. Terminó hundiendo el barco y generando muchas quejas.

  Esa noche, Estoico estaba al borde del colapso y solamente podía quejarse con su hija por lo sucedido. Ella seguía sintiendo lastima por Bocón y debido a eso, y a la presión de su padre, terminó reclutando a Bocón.

  Al día siguiente, Bocón hizo varias silla para montar para los dragones de los demás jinetes, ya que sentían incomodidad al montar a sus dragones con las escamas desnudas. El herrero hizo algunos diseños y al día siguiente presento las sillas a los jinetes. Estos estaban felices... hasta que los probaron. Notaron que no eran muy efectivos y solo alteraban, lastimaba y relentizaban a los dragones.

  Esa noche, ambos jóvenes todavía buscaban la manera de ayudar a su amigo hasta que...

Patán: *Agitado* Se... que no digo esto... pero... ¡Hipo! ¡¡Ayuda!!

/Narra Astrid/

  Colmillo se salió de control y comenzó a encenderse fuego y a escupirlo por todos lados. Hipo, Tormenta y yo fuimos a calmar a Colmillo pero no daba resultado. Seguía enloquecido y no parecía detenerse. Hipo comenzó a interrogar a Patán y nos dimos cuenta de que él no lo había alimentado durante días y luego le quiso dar de comer así nomás.

  Intentamos por todos los medios posibles calmar a Colmillo pero no hacía caso. Fui a pedirle ayuda a mi padre y el fue engañado por Mildew, otra vez. Papá le pidió ayuda a Bocón y el se armó con todo su arsenal. Estaba dispuesto a matar a Colmillo pero Hipo trataba de detenerlo. El Pesadilla Monstruosa les rugió a ambos, mostrándoles todos sus dientes. Hipo retrocedió y Bocón se abalanzó hacia Colmillo, se adentró a su boca y cuando salió, el dragón pareció calmarse de repente.

Patán: *Feliz* No lo mataste.

Bocón: *Mostrando un diente feo* ¿Por una caries? ¿Qué tan loco crees que estoy?

Hipo: No puedo creer que no se nos ocurriera eso. De verdad que no lo vimos.

Bocón: Aprendiz, te he enseñado todo lo que sabes, pero no te enseñe todo lo que Bocón sabe.

Hipo: Wow. Aún hay mucho que debo aprender de tí.

Bocón: Obviamente. Bueno, es hora ir a dormir a las niñas.

  Bocón recogió sus cosas mientras todos veían como Colmillo atrapó en su boca a su jinete y lo sacudía por la felicidad y el alivio que sentía. El jinete abrazó la mandíbula del dragón al saber que ya no lo iban a sacrificar.

  Hipo me dió un pequeño codazo y me señaló con la mirada la dirección de Bocón. Ahí fue cuando se me prendió el foco.

  Al día siguiente, Bocón tenía en su herrería, una imagen de un diente. A partir de ese momento, él se encargará del aseo y cuidado higiénico de los dragones.

  Volé con tormenta y pude ver con alegría, como Bocón forjaba su nuevo destino.

CEATD (Otra Realidad) SerieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora