Bing! Bang! Boom!

64 5 6
                                    

/Narra el autor/

  Esa mañana, Hipo y Astrid estaban sobre uno de los tantos riscos de Berk. El chico estaba trabajando con mucho metal haciendo todos los arreglos para que el invento esté listo. Astrid, al no saber que más hacer solo se quedaba viendo mientras preguntaba que podía hacer.

  Luego de un largo rato, por fin llegó Estoico para ver que estaban haciendo.

Hipo: Hola jefe. Por fin esta todo listo.

Estoico: Bien... ¿Qué cosa?

Hipo: Con esto podremos escuchar claramente al Grito Mortal acercarse. Tal como lo pidió. Lo llamo, el Oido de trueno.

Estoico: ¿Funciona?

Hipo: Mi lady ¿Me harías el honor?

Astrid: Si.

  Astrid ordenó a Chimuelo disparar una bola de plasma al cielo y esto hizo que Patapez y Albondiga comenzaran a cantar. Estoico pensaba que estaban cerca, pero cuando vio a través de un catalejo, notó que realmente estaban lejos y los podía escuchar como si estuvieran a su lado.

Estoico: Bien hecho, Hipo. Esto es genial. No solo podemos escuchar a un dragón a la distancia. También podríamos escuchar si vienen enemigos cerca.

  En eso se escuchó una voz. Al otro lado de la isla, en el puerto, Bocón estaba hablando con un mercader mientras presumía de que era la mano derecha de Estoico y de lo mucho que lo necesitaba. El jefe y los chicos escucharon toda la conversación gracias al Oido de Trueno.

Hipo: *Incómodo* Bueno, Bocón dijo que saldría y me pidió que me hiciera cargo de la herrería. Asi que... me voy.

  El joven se fue corriendo, y casi al mismo tiempo que huía, se logró escuchar unos chirridos en el artefacto. Al principio Estoico y Astrid creyeron que se trataba de Patapez. Luego de un rato se dieron cuenta de que no eran ellos, montaron sus dragones y fueron a investigar.

  Volaron por un rato hasta que encontraron una pila de rocas en medio del mar. Sobre esta estaban 3 crías de Relámpagos. Estas crías eran muy jovenes y bastante juguetones. Astrid quería llevarselos a Berk para ver si podía encontrarles un hogar o una utilidad para la aldea, pero el jefe actual rechazó tal idea antes de que pudiera ser descrita en palabras.

Estoico: Ya es demasiado con tener a los gemelos en la isla. Perdón pero tendrán que quedarse.

Astrid: Creo que tienes razón. Quizás otro Relámpago venga por ellos.

  Padre e hija se fueron de nuevo a Berk. Una vez que llegaron, vieron a Bocón tratando de irse con su flauta de Pan.

Bocon: Oh, hola Estoico. Esoy a punto de ir al Gran Salón.

Estoico: Perdón, Bocón, pero tendrás que hacer vigilancia esta noche.

  Bocón intentó convencerlo, pero el jefe logro ganar la discusión con dos frases claves: "Garfio derecho" "No seria nada sin ti". El herrero no tuvo más opción que cerrar la boca mientras sentia ira por lo ocurrido.

  Al día siguiente, todo parecía tranquilo hasta que de repente hubo un fuerte temblor. Fue tan fuerte este que literalmente levanto a Chimuelo y tiro a Astrid de la cama.

  Padre e hija salieron corriendo para ver que era lo que causaba tanto escandalo y ambos se llevaron una sorpresa. Los Relámpagos que habían dejado abandonados terminaron llegando a Berk.

Astrid: ¿Cuándo? ¿Qué? ¿No estaba Bocón vigilando toda la noche? ¿Cómo llegaron sin que nos dieramos cuenta?

Estoico: Luego nos haremos esas preguntas, hija. Ahora debemos encargarnos de estos bebes dragones.

CEATD (Otra Realidad) SerieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora