Como escoger a tu dragón

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/Narra Astrid/

  Ya pasó un día desde lo de Alvin y estábamos recuperándonos del ataque. Los dragones volvieron a ser aceptados y ahí marcó otra diferencia entre las viejas costumbres y las nuevas.

  Berk siempre se manejó de la manera vikinga, y desde la llegada de los dragones, esa manera se volvió la difícil. Mi padre es uno de aquellas personas que se rehusan a cambiar.

  Llegué al puerto en donde estaba el con un problema. Llegué en Tormenta y antes de poder hablar con él, me dijo algo inesperado.

Estoico: ¿Qué te dije, hija? Luces mucho mejor en el Furia Nocturna del muchacho. Además, capturé a ese dragón para tí.

Astrid: Pero papá, Tormenta y yo...

Estoico: Escucha hija, ahora representas a todo Berk. La gente debe verte y tenerte respeto. Sólo con el Furia lo lograrás.

  Luego mí padre se quejó del porque no llegó a tiempo al barco y traté de convencerlo de que montara un dragón pero él escuchó más a Bocón que a mi.

  Al día siguiente, Hipo tuvo que hacer un pedal especial para mí padre y me prestó su dragón.

  Trate de enseñarle lo básico pero no hacía mucho caso.

  Hicimos ejercicios básicos de vuelo pero el perdió el control y lo hizo todo mal. Culpaba al dragón, me interrumpía y no me escuchaba. Aterrizamos forzosamente en la playa y se rindió. Al ver lo mucho que le tomaría volver a Berk, me pidió que lo llevara. Por suerte, Hipo me enseñó a montar a su dragón y Chimuelo ya confía en mi, por lo que ya tenemos un lazo de confianza formada, aunque sea un poco.

  Llevé a mi padre por toda la isla y hicimos algunas tareas, luego le mostré lo hermoso que es Berk desde el cielo. Quedó maravillado.

Astrid: Es hermoso ¿No?

Estoico: No, es mucho más que eso. Mira a toda mi gente, sintiéndose segura. Es una bonita sensación

  Esa noche, Chimuelo volvió a dormir en mi casa. Y al día siguiente, para cuando desperté, el dragón ya no estaba ahí y lo busqué por toda la casa.

Astrid: Ay no. Hipo me va a matar.

  Escuché su rugido y salí corriendo para buscarlo. Resultó que mi padre lo estaba montando sin mi permiso e hizo un montón de cosas. Chimuelo se veía agotado y bastante lastimado. Ser montado por un hombre grotesco debe lastimarte la espalda.

  Mi padre resolvió un problema con los jabalíes, ayudó a un hombre con sus barriles y patruyo por la isla. Mientras Hipo y yo lo veíamos.

Hipo: Pobre Chimuelo.

Astrid: Prometo que lo resolveré.

Hipo: ¿Que podemos hacer? Tu padre no es malo, sólo quiere proteger a su pueblo. Pero no se bajará de Chimuelo hasta que...

Astrid: Ya sé. Usaré la vieja "Miel y hacha".

Hipo: ¿"Miel y hacha"?

Astrid: Le diré algo que le agrade, esa es la miel, y luego lo golpeo con algo que no le guste, esa es el hacha.

Hipo: Como se nota que eres hija de Estoico.

  Al día siguiente, mi padre buscaba a Chimuelo y él se escondía de él.

Astrid: Hola papá. Te ves muy bien. Creo que hoy lo harás muy bien como jefe.

Estoico: Oh, gracias hija, yo... *Se da cuenta* Ok ya me diste la miel, ahora el hacha.

  Le expliqué las cosas lo mejor que pude. Tardé en convencerlo pero aceptó, con la condición de que le mostrara un dragón que se compare a su grandeza o al de un Furia Nocturna.

  Al día siguiente, los chicos estaban en el ruedo para mostrarle a mi padre las habilidades de sus dragones. Patán fue el primero y terminó quemando el trasero de Estoico. El siguiente fue Hipo, le explicó y le mostró lo hábil que era Tormenta, pero papá lo arruinó golpeandola un poco, lo que hizo que arrojara espinas. Luego fueron los gemelos y su discusión hizo que el dragón peleara contra su mismo. Por último fue Patapez y terminó volviendolo cursi.

Estoico: *Susurro* Lo lamento, pero estoy buscando un dragón, no una madre.

  Mi padre se negó a todos lo dragones.

  En eso, llego Bocón advirtiendo el ataque del dragón que amenazaba nuestros barcos. Intenté cerrarle el paso pero él fue primero. Fuimos hasta el barco y ahí había un Relámpago atacando a nuestros pescadores.

Astrid: Es un Relámpago, dicen que saca su fuerza del mismo Thor.

  Chimuelo logró ahuyentarlo pero volvió y atacó a mi padre. Cuando salió del agua, ambos pelearon con ferocidad hasta que él lo atrapó.

Estoico: Este es hija. Tiene el poder y el espíritu, este es mi dragón. Ahora sólo falta que lo entrenes.

  Logramos atraparlo e hicimos lo posible para entrenarlo pero escapó y con mi padre en su lomo.

  Fui a la herrería para hablar con Bocón e Hipo. Hipo estaba aprendiendo de su maestro nuevas lecciones acerca de los dragones que aún desconocía.

Astrid: *Queja* Sólo porque soy mujer, no me escucha. Me ignora y hace todo por su cuenta.

Hipo: *Distraido* Que mal.

Astrid: Gracias.

Hipo: No, me refiero a esto. *Saca un diente feo lleno de caries* Pobre chico ¿Qué me decías?

Astrid: Él no me escucha.

  Luego de un sabio consejo de Bocón mi padre llegó algo lastimado y me pidió que reuniera a los chicos para buscar a su dragón.

  Buscamos por todas partes y nos separamos. En un momento estábamos viendo la parte sur de la isla hasta que los vimos. Trate de acercarme a el mientras que mi padre sacaba su martillo.

  El dragón estaba a la defensiva y en eso noté que estaba protegiendo a otro de los suyos.

  Mi padre me ordenó a ir por los demás y avisarle a Bocón para que se preparara. No tuve más opción que hacerle caso.

  Cuándo volví, el estaba sobre el dragón como si nada y el dragón se lo permitía.

Astrid: *Sorprendida* ¿Qué pasó aquí?

Estoico: Ah nada. Derrotamos a unos cuantos jabalíes, hice un nuevo amigo. Todo está en la confianza.

  Mí padre si me escuchaba y eso me puso muy feliz.

Estoico: Joven Hofferson. Hay algunas cosas que me gustaría arreglar contigo y con tus padres con respecto a tu dragón.

Hipo: *Con desgano* Ta tará. Perfecto.

  Llevamos al amigo del Relámpago para que Bocón lo atendiera. Al día siguiente, mi padre estaba sobre su dragón y junto a él protegían Berk. Había demostrado que la manera vikinga, también podía ser la manera dragón.

CEATD (Otra Realidad) SerieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora