Vision en el tunel

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/Narra Astrid/

  Chimuelo y yo lo ibamos persiguiendo por toda la aldea. Había escapado por mucho tiempo y sus acciones estan repercudiendo a la isla hoy más que nunca. Nadie podía frenarlo, ni siquiera Chimuelo. Jamás lo había visto correr así y la cosa se estaba volviendo molesta. Junto a Hipo, los chicos y los dragones, por fin logramos acorralarlo. Hipo cortó su escape, mi padre y yo lo estabamos presionando y Patán llegó para cerrar su última ruta de escape. Con una distracción, logramos tirarlo a la tina vacía y dejarlo inmobil, en lo que Patapez cargaba el balde con agua y se lo tiraba a Bocón. El olor del maestro de Hipo ha llegado a ser tal que apesta peor que los coles podridos de Mildew. Patapez dio media vuelta el balde y de este solo cayeron unas pocas gotas de agua.

Estoico: Patapez, necesitarás más que eso.

Patapez: Me gustaría pero no puedo señor, el pozo está seco.

  Los demás fuimos a ver y relamente estaba seco. Nadie sabía lo que había pasado, solo sabiamos que hoy no podriamos bañar a Bocon.

Hipo: Esto es raro, cavamos este pozo hace dos veranos. Ningún pozo se seca así de rápido.

Estoico: Ahora solo importa cavar otro pozo.

  Esa tarde, junto a mis amigos, estuvimos discutiendo sobre las medidas necesarias que debiamos tomar para poder ayudar. La aldea entera necesitaba de ese pozo y ahora que ya no esta, debemos ayudar o la gente morirá de sed.

  Hipo había sugerido separarnos y yo armé los grupos. Los gemelos cargarían agua en una bañera con sus dragones, Patapez e Hipo investigarían el pozo, y Patán y yo cargaríamos las cantiploras en la cala para ayudar a la gente.

Brutacio: Llevar la bañera sería difícil, es más pesado que el trasero de Brutilda.

  Obviamente Brutilda lo golpeó. Luego de perder mucho tiempo, nos dividimos y cada uno fue a hacer sus tareas. Yo fui con Patán a cargar las cantiploras y luego este comenzó a sugerir ponerles precio a estas. O sea, mi gente iba a sufrir un deshidratación inesperada por un vaciado repentino de nuestro pozo, de los cuales mujeres y niños sufrirían, y aún así tuvo el descaro de proponer una idea tan desvergonzada.

  Cuando terminamos, fuimos de nuevo a Berk y allí me enteré de algo inesperado.

/Narra Patapez/

  Hipo sugirió entrar mientras Albondiga lo bajaba lentamente y así averiguar lo que había pasado. Tenía cierta desconfianza de esta idea. Al principio todo iba bien y hasta nos enteramos de algo interesante. Resulta que si había agua y no fue hace mucho que el pozo se vació. Hipo quería seguir bajando pero yo me preocupé.

Hipo: Patapez, soy yo quien va a bajar. Apurate, tenemos que saber que fue lo que paso.

  Por un descuido mío y de Albondiga, la cuerda que sujetaba a Hipo se rompió y terminó cayendo. Por suerte, Hipo y Astrid intercambiaron dragones (conveniencia de guión). Chimuelo bajó ya que se preocupó por su amigo. Poco después llego el jefe Estoico, le conté lo sucedido y se preocupó también.

Estoioc: ¡¿Estas bien niño?!

Hipo: ¡Si jefe!

Estoico: Me alegro. Veremos la forma de subirlos a ti y a tu dragón.

Hipo: Gracias. Mientras continuaré investigando.

  Ya en privado hablé con el jefe para calmar la tensión.

Patapez: Veo que ya se lleva mejor con Hipo.

Estoico: No es que me lleve mal con él, solo tengo cuidado.

CEATD (Otra Realidad) SerieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora