Vive y deja volar

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/Narra Patapez/

  Había despertado luego de días de estar inconsciente. Estaba en una cueva humeda y oscura, apenas alumbrada por la luz de las antorchas.

???: Dinos todo lo que sabes de los dragones de Berk Patapez.

Patapez: No me obligaras a decirlo.

???: Yo creo que si.

  De repente las antorchas fueron apagadas con una pequeña brisa que entró de repente. Estaba tan asustado que pensé que me agarraría un ataque al corazón, así que dije todo lo que sabía.

Patapez: Astrid es la líder de la academia de dragones, es mala pero también muy linda, monta a Chimuelo un Furia Nocturna. Luego esta Hipo, monta a Tormenta que es un Mortifero Nadder. Es el novio inofensivo de Astrid y es un simple herrero. Luego esta Patán...

  Termine diciendo todo y al cabo de unos segundos las luces se volvierona a encender. Al parecer había fallado la prueba.

Hipo: Patapez, recuerda lo que hablamos. Tu nombre y en donde vives y nada mas.

Patapez: Pero Hipo, sabes que le temo a la oscuridad.

Hipo: Patapez, a Astrid la tuvieron encerrada, a Chimuelo lo ataron durante dias. Sabes que Alvin no es tan piadoso como para solo apagarte la luz.

  Todos se decepcionaron de mí y se fueron.

/Narra el autor/

  Astrid discutía con su padre ya que este había puesto una prohibición para los dragones. Luego de lo de Alvin, Estoico comenzó a preocuparse aún más por su hija y por Berk, lo único que se le ocurrió fue resguardar a todos los dragones y poner a todos los jinetes a salvo. Astrid discutió con su padre mientras Chimuelo estaba a su lado. Ella intentó e intentó pero no pudo convencerlo.

  Cuando fue a la academia le dijo a todos lo sucedido y la mayoria no aceptaba la situación pero Hipo la apoyó. Al final todos se rindieron y se fueron a sus casas.

  De camino a sus casas Astrid e Hipo hablaban mientras que sus dragones caminaban. Astrid no quería aceptar las cosas como estaban, así que intentó manipular mentalmente a Hipo para que este convenciera a su padre pero este se negó. Los chicos intercambiaron dragones y cada uno se fue a hacer lo suyo. Astrid fue hacia su casa para estar con Tormenta mientras que Hipo se fue a la herrería a hacer un nuevo proyecto que prometía mucho. El joven habló con su maestro hasta que este se fue y luego de mucha insistencia de parte de su dragón, tomó un pequeño vuelo nocturno.

  Astrid y Tormenta se estaban por ir a dormir cuando escucharon el rugido de un dragón, pero no cualquier dragón. La chica sabía que era lo que pasaba y montó a su dragón para perseguir al otro. Por suerte, Hipo había entrenado a Tormenta muy bien, tanto que pudo igualar la velocidad de un dragón camuflado por la noche, que era muy  rápido y ágil también. Pudo alcanzarlo por poquito cuando estaba con la guardia baja.

Astrid: ¿Creíste que escaparías de mi Hipo?

Hipo: *Nervioso* Oh, hola Astrid.

Astrid: Entonces ¿Pudiste convencer a mi padre?

Hipo: No, ese es tu trabajo. Yo solamente no podia verlo sufrir así.

Astrid: Lo sé, lo sé. No me parece justo que mi padre nos prohiba volar. Yo vi lo que los Marginados tratan de hacer y solo es cuestión de tiempo para que lo hagan.

Hipo: ¿Y que sugieres, Jefa?

Astrid: ¿Sabes? Eso duele.

Hipo: ¿Qué cosa?

Astrid: Nada.

  Estuvimos buscando la forma de poder volver a volar sin que el jefe se diera cuenta y fue ahí cuando se les ocurrio la idea de hacer un club secreto. Poco despues se lo dijeron a los demás y todos aceptaron.

  Al poco tiempo de aceptar, Hipo le dijo a Astrid lo que el tenía planeado y ella le dijo a la academia como si fuera su idea. Hipo y Astrid siempre organizaban planes en donde ella era quien terminaba ganando, aunque eso la incomodara o le desagradara.

  Todos montaron sus dragones y fueron hacia la isla de los Alacambiantes. Al principio solo observaron pero luego tuvieron que huir por sus vidas. Al final lograron salvarse y escabullirse sin que nadie los viera.

  Al dia siguiente, Bocon y el jefe discutían sobre algo sin importancia.

Bocon: La silla esta lista y puesta en Thornado. Es curioso que me pidas una silla de montar con eso de la prohibición.

Estoico: ¿Cual prohibición?

Bocon: La prohibición, Estoico. La prohibición de... - Ahí fue cuando Bocón se dio cuenta de lo que pasaba - Ahhh. La prohibición se aplica en todos menos en el jefe.

Estoico: Alguien debe patrullar.

  Esa noche los chicos salieron a entrenar y tuvieron un pequeño problema con un Typhoomerang. Huyeron de la isla y se encontraron con Estoico. Hicieron todo lo posible para que no los vieran pero algo, los gemelos, lo hizo difícil. Todos huyeron y se escondieron y a sus dragones. Todos lograron burlar a Estoico, todos excepto Patapez.

  Patapez fue interrogado pero no cedió ante nada, ni siquiera a la oscuridad.

  La noche siguiente, Hipo estaba analizando la situación cuando de repente llego Patán afirmando que vio barcos de Marginados. Astrid fue corrriendo junto con todos a avisarle al jefe. Astrid toco ligeramente a su padre y este reaccionó con su hacha y por poco hiere a su hija pero esta logró desarmarlo a tiempo.

Estoico: Hija. Ya te dije que no me despiertes asi, te pude lastimar.

Astrid: Muy gracioso padre - La chica tranquilizó a su padre y luego se acordó la razón para despertarlo - Esto es importante, barcos de Maginados se acercan a la isla de Berk.

Estoico: *Serio* ¿Y como sabes eso?

Astrid: *Nerviosa* Bueno....

Estoico: Rompiste la prohibición.

Astrid: Bueno si, pero... ¿Qué no la prohibicion se aplican a todos los dragons? No se digamos ¿Un Relámpago?

Estoico: *Nervioso* Luego hablamos. Ahora llama a los jinentes.

  Por suerte todos los jinetes estaban preparados para el ataque. Todos hicieron un largo viaje hasta que encontraron los barcos de los Marginados. Estoico organizó el plan de ataque y todos lo llevaron a cabo. Mientras él distraía a los Marginados, los demás atacaban los barcos. Astrid estaba sobre Chimuelo y junto con el atacaban con mayor precision y velocidad a los Marginados. Todo iba bien hasta que Alvin liberó a los Alacambiantes que tenía encerrados para que atacaran Berk. Astrid ordenó a sus amigos que los detuvieran y los llevaran a la isla de los Alacambiantes mientras que ella ayudaba a su padre. Con Hipo como conocedor de dragones y al mando en esa misión, la pandilla no tardó en completarla. Astrid y Estoico también pudieron ahuyentar a Alvin y a su gente. Todos fueron a Berk creyendo haber ganado mientras que debajo de la isla, en una cueva subterránea justo debajo de la aldea, los hombres de Alvin junto con Mildew ponían en marcha un horrible plan.

  Esa noche, mientras cenaban, Estoico admitió su error y decidió quitar la prohibición mienrtas hablaba alegremente con su hija acerca del club que ella creó.

CEATD (Otra Realidad) SerieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora