Pantano Rompecuellos

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/Narra Astrid/
  Desde muy temprano, mi padre anduvo de un lugar para otro en los límites de Berk para buscar al Mercader Johan, ya que este se había tardado.

  Luego de que mi padre dijera por cuantas personas escuchó... algo, siguió buscando. Parecía muy deprimido al no ver a Johan y su mercadería.

  En secreto decidí prepararme con Chimuelo para salir a buscar a Johan. Todo estaba tranquilo, solo me faltaba organizar un par de cosas. Estaba prácticamente lista para irme hasta que escuché a Hipo.

Hipo: *Bajando de Tormenta* ¿Adónde vas?

Astrid: Voy a dar una vuelta por la isla.

Hipo: *Curioso* Con comida suficiente para alimentar a la familia de Patán *Sacando un pez del bolso*

Patán: *Le saca el pescado* Uy, que bien. Ya empezaba a tener hambre.

  Patán comía del pescado crudo mientras que Hipo me interrogaba. Ya harta tuve que confesar.

Astrid: El Mercader Johan tenía algo que mi padre quiere. Voy a ir sola.

Patán: ¿Sola? No pudes hacer nada sin nosotros *Se ahora con un poco de pescado*

  Tuve que ayudarlo para que no se axfisiara. Al final Hipo me convenció y le pedí a él y a Patán que guardarán el secreto.

  Al rato, todo el equipo estábamos volando.

Astrid: *Enojada* Patán, creo que haber dicho que no le dijeras a los otros.

Patán: Y yo creo que no te escuche.

  Volamos un tiempo hasta que encontramos a Johan en la deriva flotando con en un pedazo de madera.

  Cuando despertó, le preguntamos lo que había sucedido y el comenzó a divagar.

Johan: Estaba con atraso y quise ganar tiempo. Por desgracia, pase demasiado cerca.

Patapez: ¿Demasiado cerca de que?

Johan: Del Pantano Rompecuellos.

Todos: *Sorprendidos* Pantano Rompecuellos.

Patapez: Muchos barcos han navegado en sus aguas, pocos volvieron.

Hipo: Yo tenía un abuelo y él me dijo que ahí hay piratas.

Patán: Tonterías, todos saben que ahí hay un monstruo de niebla.

  Cuando le pregunté que había en el cofre, Johan me dijo que dentro había un objeto que era de mi madre. Era un obsequio para mi.

  Los gemelos empezaron a contar la historia del monstruo y de todo lo que se decía de él y eso hizo reaccionar al Mercader.

Johan: *Asustado* Si, si - Intente convencerlo de que nos llevará allí pero - *Asustado* No pueden obligarme, tengo un cuchillo en mi bota... *Rendido* No tengo un cuchillo en mi bota, pero por favor no me obliguen a ir allí de vuelta.

  Le pedí a Patán y los gemelos que lo llevarán de vuelta a Berk mientras que Hipo, Patapez y yo íbamos a la isla.

  Fuimos a la isla y los dragones comenzaron a estar en guardia apenas aterrizamos. En todo momento estuvieron alerta. Encontramos huesos, Hipo casi muere aplastado por un ancla y encontramos la nave de Johan. Los dragones sabían que el barco estaba en una posición peligrosa y arriesgada y prefirieron esperar abajo. Nosotros nos adentramos en el barco y buscamos por todas partes. Todo estaba de lo más normal hasta que comenzó a llover huesos. Nos adentramos en la parte inferior del barco y escuchamos sonidos raros. Buscamos por todas partes hasta que finalmente encontré el cofre. Patapez empezó a chillar de miedo y a gritar, pero no fue el único. Poco después de que empezara a asustarse, Hipo y yo también comenzamos a asustarnos. Tratamos de ocultarnos mientras tenía el cofre. Resultó ser una broma de Patán, quien ahora tenía un collar de oro, y de los gemelos. Le dí mi cofre a Hipo y salté hacia Brutacio para comenzar a golpearlo y por alguna razón, Brutilda también.

Hipo: Déjenme adivinar ¿Todo fueron ustedes?

Patán: Por supuesto. Eso fue en venganza por dejarnos al cobarde.

Hipo: ¿Y en donde lo dejaron?

Patán: Esta bien

  Hipo trató de calmarme mientras me devolvía mi cofre.

  De repente, el barco cayó del árbol en el que estaba y por milagro salimos con vida. Iba a marcharme con mi cofre hasta que apareció el monstruo de niebla y se lo llevó. Todos estaban asustados y salieron huyendo hacia sus dragones, todos menos Hipo. 

Astrid: Vayanse, yo buscaré el cofre.

Patán: Ahí te ves.

Hipo: Alto, tienen que quedarse a ayudarla. Pónganse en sus zapatos.

Patán: Zapato.

Hipo: Es un objeto preciado de su madre.

Patán: Uy que lástima.

Hipo: ¿Y si fuera de sus madres?

  Los chicos reaccionaron y tuvieron algo de empatía por mí.

Patán: *Señalando a Hipo* Te odio. *Señalando a Astrid* Y más te vale que sea rápido.

  Subimos a nuestros dragones y comenzamos a buscar al monstruo de niebla hasta que lo encontramos. Se terminó separando en dos y nos dividimos. Cuando nos volvimos a reunir, nos encontramos en un nido de dragones que nunca había visto.

Patapez: Dragones Extinguehumo

Astrid: *Enojada* ¿Sabías de ellos?

Patapez: Leí sobre ellos, pensé que no existían.

Astrid: *Aún más enojada* ¿Y decidiste creer en el monstruo de niebla en su lugar?

Hipo: Astrid, ahora no. Patapez, analisis.

Patapez: Expulsan humo, les gusta el metal... Y ya no recuerdo

  Como eran más que nosotros, decidimos retirarnos por el momento.

  Desde la distancia tratamos de buscar una forma de entrar en su nido. Resultó que robaban metal para hacer nidos y protegerse de otros dragones. Luego de armar un plan, usamos a Patán como anzuelo y fuimos por el cofre. Una vez que lo obtuvimos, nos fuimos lo más rápido posible, rescatamos a Patán y tratamos de huir. Los dragones nos seguían sin importar que.

Hipo: Rápido, tiren todo lo que sea de metal.

  Arrojamos todo lo de metal hacia los dragones y pudimos escapar hasta que uno me agarró del pie de metal e hizo que Chimuelo y yo cayéramos. Patapez y Albóndiga derribaron al dragón y nosotros pudimos recuperar altura.

  Una vez en Berk, mi padre se ofreció en ayudar a reparar el barco del mercader Johan y este pidió también hablar con los tres chiflados.

  Esa noche abrí el cofre y allí había un pequeño muñeco hecho a mano, era un peluche que mi madre hizo para mi. Lo recordaba con claridad. Eso trajo tan buenos recuerdos.

  Mi padre se fue a dormir, pero yo coloqué el muñeco en un lugar especial y fui a volar con Chimuelo.

CEATD (Otra Realidad) SerieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora