Academía Carmesí (Carmesí I)

Capítulo XVIII. Preparación

Ángela se estaba abrochando la camisa de su uniforme, con calma y sin ninguna prisa, mientras que, tumbado en la cama totalmente desnudo pero cubierto por la sabana hasta la cintura, estaba Dorian, contemplando a su amante inmortal que se vestía a su lado. La morena se mostraba algo seria.

-¿Qué pasa, Ángela? -preguntó él, acomodado sobre su codo, tumbado de lado-. ¿Qué?, ¿Te arrepientes de lo que has hecho?

-¿Huh? ¿A qué te refieres con eso? -preguntó ella girándose a él extrañada- ¿A lo que he hecho contigo? ¿O a la humana?

-A las dos cosas, ya que formaba parte de tu plan contra ella ¿no?

La vampira miró fijamente a su hermano mayor, este la miraba calculador y sarcástico. No se equivocaba en nada; el plan de Ángela iba como una seda, sin ningún fallo, estaba segura de ello. Gracias a que pudo probar unas gotas de la sangre de Gina, podía estar al tanto de las emociones y pensamientos de la humana en todo momento. Hasta ahora Gina iba pensando y sintiendo lo que Ángela quería que sintiera. Con suerte acabaría en sus redes en poco tiempo, solo debía seguir todos los pasos planeados.

-¿Y bien? ¿Qué piensas hacer ahora? -preguntó Dorian, curioso y algo aburrido-, ¿Me lo vas a contar?

-¿Tanto te interesa lo que estoy planeando? ¿O es que no tienes nada mejor que hacer... aparte de acostarte conmigo?

-Je, je, je... Bueno, sí que tengo algo en mente para hacer. -confesó él irónico y divertido.

-¿En serio? -preguntó ella disimulando curiosidad-. ¿Y qué es?

-Esto.

Acto seguido, el vampiro agarró a la morena desde detrás, sujetándola por la barbilla con los dedos de una mano y el vientre rodeado por el otro brazo. Ángela quedó sorprendida de no haberlo visto venir, pero ya se imaginaba lo que pensaba hacer su hermano. Con los ojos cerrados, dejó que Dorian la mordiera en el cuello con fuerza y bebiera su sangre a placer.

-¡Ah! Ugh... -gimió ella por el dolor de la mordida, pero no tardó en relajarse y excitarse por ello.

Dorian la sujetó con firmeza para que no se moviera demasiado... mientras, la sangre de la vampira fluía de la herida y escapaba de los labios del vampiro, así como también de la herida oculta. Como rayas sobre la piel, la sangre se deslizo por el hombro hasta caer por la espalda y el pecho, donde goteó sobre las ropas y las sabanas.

Ángela iba perdiendo algo de fuerza, y sus mejillas se ruborizaron un poco por el regreso de la excitación ardiente al cuerpo. Mordiéndose el labio inferior aguantó hasta que su hermano terminó de beber de ella quedando sumamente satisfecho.

-Bueno... Ya estoy mejor -dijo él con los colmillos a la vista mientras se limpiaba la sangre con el brazo-. Sigue tan deliciosa como siempre, hermanita.

-Me alegra que te siga gustando, pero eso de morderme por sorpresa no me gusta nada -dijo ella tapándose la marca con la ropa, Ángela se sentía profundamente molesta y disgustada por ese acto-. Intenta avisarme la próxima vez.

-Hermanita, hermanita, que no ves que mi instinto será siempre poseerte, fue solo un impulso provocado por la excitación que me produce tu cuerpo.

-Tú también provocas todo eso en mí, pero ahora, si me disculpas... Tengo que irme a estudiar un poco. -dijo ella poniéndose en pie con la camisa blanca abrochada, solamente vestida con eso.

-¿A estudiar?, ¿Tú? -preguntó él sorprendido-. Si eres la vampiresa más lista e inteligente de todos los tiempos... No necesitas estudiar nada.

-Te equivocas, hermano. -contradijo ella mientras acababa de ponerse el resto del uniforme. Dorian la miró confuso-. En este mundo, sobre todo el mundo humano, siempre hay algo nuevo que aprender... Y agradezco ser inmortal para tener la ocasión de conocer esas cosas nuevas y aprender de ellas.

-Ju, nunca cambias... Eres un poco aburrida en ese aspecto.

-Pero... Tú no estás a mi lado por eso, ¿verdad que no? -insinuó ella mientras le seducía un poco con caricias sobre su cuerpo, sobretodo en su pecho y piernas. Dorian sonrió coqueto y divertido-. Venga, tomate un descanso hasta que se haga de noche. Yo tengo mucho trabajo hoy en la academia.

-Muy bien, de acuerdo. Diviértete con esa humana tuya de mi parte. -se despidió él resignado, tumbándose en la cama para dormir.

-Descuida. Lo haré.

El primer día de exámenes empezada con mucho nervio por parte de los estudiantes que sacaban notas mínimas en asignaturas como matemáticas y ciencias, pero muchos de ellos, de los que sacaban buena nota en todo estaban tranquilos y relajados. Gina era una de esas estudiantes, pero desde la mañana que se mostraba decaída y distraída durante las pausas entre clases. Aunque intentaba concentrarse en las pruebas finales, no podía quitarse a Ángela de la cabeza, ni tampoco aquella escena.

Cada vez que parecía verla o escuchar a alguien hablar de su persona, Gina evitaba como fuera ese tema alejándose. Pero no servía de mucho, en esa academia no se hablaba de otra cosa; la Reina Carmesí superaba a todos los estudiantes de la academia.