Capitulo VI. La estancia y sus secretos

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Gina había acabado de poner sus libros sobre el escritorio ordenados y bien puestos. Ahora estaba sentada en la cama con las manos sobre sus piernas, esperando paciente el regreso de Ángela. Mientras, contempló la habitación, viendo que era una habitación digna de alguien rico y bien educado. Empezó a pensar que quizás Ángela era hija de una familia rica, ya que vivía en una lujosa y enorme mansión. Ella y el resto de estudiantes de la Academia, apenas sabían de Ángela, así como su origen y su familia.

El pensar eso, Gina se entristeció un poco. Era amiga de la chica que tanto amaba, pero apenas sabía cosas de ella. Le daba rabia. En ese momento tomó una decisión; conocer más a Ángela, y si era necesario, dejarse conocer también para estar a pares. Entonces, picaron a la puerta pillándola por sorpresa, pero se mostró calmada y fue a abrir. Quien estaba era Jon, el mayordomo.

-Oh... usted es el de antes... -recordó ella-. Esto... Jon, ¿verdad?

-Agradezco que recuerde mi nombre, Lady Gina. -dijo él con una reverencia educada. Gina se sonrojó de nuevo por ser llamada "Lady"-. Vengo para ver si necesita algo.

-¿Eh? Pues... no, ahora mismo no. -negó ella preguntando-: ¿Ángela tardará mucho en volver?

-Lady Ángela tiene un asunto que tratar en estos momentos. Mi lady, debería cambiarse de ropa para estar en casa. -informó el mayordomo con detalle-. Es posible que tenga que esperar un buen rato.

-Oh, vaya... Veo que empezaremos el repaso muy entrada a la noche. -dijo Gina fastidiada-. Que remedio, a esperar.

-Mientras espera, puede ponerse cómoda en esta habitación. -propuso Jon. Gina lo miró sorprendida-. Usted es una invitada importante de Lady Ángela, y como tal, debo estar a su servicio durante su ausencia.

-Sí, lo entiendo. -dijo Gina algo incomoda y sonrojada-. Pero... no creo que necesite acomodarme demasiado.

-Insisto Lady Gina, La señorita Ángela sueles tarda mucho en esas cosas. -dijo él-. ¿Por qué no se toma un baño caliente y se pone ropa cómoda?

-¿Darme un baño ahora? ¿Y ponerme ropa de Ángela? -preguntó Gina insegura-. No sé si eso es...

-No se preocupe. -tranquilizó el mayordomo y abrió el armario mostrándole diferentes conjuntos de ropa caras-. Lady Ángela ha dicho que puede usar esta habitación y el baño a su gusto. La casa de Lady Ángela es su casa.

Gina entendió que el mayordomo estaba insistiendo por órdenes de Ángela. No supo que más decir para negarse. En el fondo deseaba tomarse un baño y limpiarse un poco, además que la idea de ponerse ropa de Ángela era muy tentadora para ella.

-Está bien, haré lo que me propone. -dijo ella resignada-. Me tomaré ese baño caliente, y me pondré alguna de esas ropas.

-Sabia decisión Lady Gina. -dijo Jon con una sonrisa amable-. En ese caso la dejo sola, cualquier cosa que necesite solo tiene que usar la campanilla. -explicó señalando una campana de plata que estaba sobre la mesita de noche, campana que Gina ya había visto pero no sabía que su función era más que solo decorativa-. Con su permiso, le prepararé la bañera.

-Muchas gracias Jon, espero no molestar demasiado.

El mayordomo no tardó mucho en tener la bañera lista para ella y dejarla a solas en la habitación. Gina dejó la ropa que se pondría después del baño sobre la cama. Dando un suspiro de resignación se dirigió al baño de la habitación cerrando la puerta tras ella. Dentro pudo oler a rosas, no tardo en saber que era el perfume rociado en la bañera, todo un lujo. Gina se empezó a desnudar prenda por prenda para dejarla bien doblada sobre la silla de al lado de la bañera; con cuidado entró en ella, y enseguida notó que estaba muy caliente, pero al estar entera bajo el agua, se relajó.

Academía Carmesí (Carmesí I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora