Epílogo

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Tres años antes...

La noche estaba a pocas horas de llegar a su fin. La claridad se hacía más evidente a medida que el sol se alzaba por el horizonte, ocultando el cielo nocturno y estrellado para dar paso al blanco azulado.

En otro tiempo y en otro lugar, un vampiro se ocultaría rápidamente a su guarida para protegerse y evitar que el sol lo abrazará hasta las cenizas, pero en la Academia Carmesí, que llevaba varias décadas abierta al público, tanto humano como vampiro, era seguro para un ser inmortal salir a pleno día, ya que se había creado una barrera especial para ellos.

A Ángela Martínez nada de eso le importaba, pero no podía evitar pensar en todo eso. Por ello estaba de pie ante la ventana de su habitación en la mansión privada de su familia en los terrenos de la academia, viendo como la claridad del sol se habría paso en el horizonte.

Sus padres eran los fundadores de esa academia; su padre era el actual director, de hecho lo era desde que se fundó, solo que cambiaba de nombre cada pocos años. Nadie sospechaba nada.

Su madre, por otra parte, dedica su existencia como actual reina de los vampiros a evitar que su gente siguiera cazando humanos de forma violenta. Ella y su marido querían la coexistencia pacífica con los humanos, pero no todos los vampiros pensaban igual, entre ellos Nicole Van Karmila.

«¡No! No pienses en esa zorra», pensó Ángela, molesta consigo misma.

Desde la noche en que esa vampira la violó ya habían pasado siglos, pero aún lo recordaba como si hubiera sido ayer. Y debido a aquello, Ángela había cambiado por completo. Había dejado de ser la chica amable y dulce con los humanos que pensaba como sus padres, que estaba de acuerdo con la paz con los humanos.

Ahora vivía según sus propias reglas, aunque sin pasar el límite de las creencias de sus padres. Por ello acabó aceptando la propuesta de su padre de asistir a la Academia Carmesí, para cambiar de aires, y también, para desesperación de sus padres, para que volviera a ser la de antes.

«Eso nunca pasará», pensó ella tajante. «Es imposible volver al pasado sin sufrir de nuevo».

Con eso en mente, Ángela dejó de pensar en la academia y en su pasado. Con una sonrisa pícara en los labios, se volteó sobre sus pies hasta girarse hasta su cama, donde en ese momento había una joven estudiante, humana, en ropa interior, cubierto de mordeduras y restos de sangre.

Esa chica, de la cual desconocía su nombre, era de último curso, y la miraba con sumo terror y miedo. Relamiéndose con los labios, Ángela procedió a acercarse a ella paso a paso.

-Bueno, ¿preparada para otro asalto?

La chica intentó arrastrarse por la cama, queriendo escapar. Pero Ángela no se lo permitió. Sonriendo divertida la agarró por el tobillo y tiró de él para arrastrarla de nuevo a su lugar.

-No... -suplicó la chica. Ángela no la escuchó y se echó sobre ella-. ¡Nooo!

* * *

Horas después...

A un par de horas de que los autocares llegarán a la academia con los alumnos y profesores humanos, entre ellos los nuevo de primer curso, Ángela estaba de camino al despacho de su padre.

Él le había pedido a través de Jon, el mayordomo a su disposición, que le hiciera saber que deseaba verla allí a esa hora. Ella desconocía el motivo, pero tenía alguna ligera idea de porque.

Al pocos de estar satisfecha con la humana y empezar a vestirse con el uniforme de la academia, Ángela le ordenó a Jon que llevará a la chica de regreso a su habitación. Le había manipulado la memoria de antemano, así que no habría problemas con ella en el futuro.

Academía Carmesí (Carmesí I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora