Academía Carmesí (Carmesí I)

Capítulo XXI. Familia reunida

En esos momentos, Ángela no se encontraba en la academia, sino en su casa, estaba bien acompañada en su habitación. La morena estaba de nuevo en brazos de su hermano mayor, estaban sobre la cama, besándose de forma apasionada y correspondida. Sentada sobre las piernas de su hermano con su uniforme puesto, lo estaba abrazando por el cuello mientras él la sujetaba por la espalda atrayéndola. Ángela no tardó en mover las piernas para rodear el tronco de su hermano con las mismas. Dorian se rio de ello y no quiso quedarse atrás. Dejando de besarla, la apartó un poco para poder desabrocharle la camisa blanca de la academia.

-Dorian, je, je... -nombró ella encantada, dejándole hacer inclinada hacia atrás. -No puedes esperar a la noche, ¿verdad?

-Ni tú tampoco. -añadió él mirándola desde abajo, terminando de abrirle la camisa y quitársela por los brazos.

Al terminar de hablar volvieron a besarse, pero con más ganas. Deseaban hacerlo en ese momento, pero la suerte no estaba con ellos. En ese mismo momento, picaron a la puerta del dormitorio, la pareja rugió bajo por la interrupción.

-¿Quién es? -preguntó Ángela.

-Jon, Lady Ángela -Anunció el mayordomo tras la puerta. La morena suspiró molesta-. Tiene visita.

-¿Ah sí? ¿Quién? Estoy ocupada. -se excusó ella pasiva de esa visita.

-Sus padres, Lady Ángela. El señor Víctor y la señora Angelina quieren hablar con usted y su hermano. -informó Jon.

Como una carrera a contrarreloj, la pareja se incorporó de un salto y se arregló las ropas...

estaban nerviosos y apresurados, ninguno se esperó que sus padres vendrían a la casa a verles y mucho menos para hablar. Una vez listos salieron al pasillo y se cruzaron con James, que estaba muy bien vestido y arreglado, cosa poco habitual en él.

-Vaya James, que bien plantado -halagó Ángela mirándolo de arriba abajo algo burlona-. ¿Qué, ya has sentado cabeza?

-¡Cállate! -exclamó él molesto y algo ruborizado-, Nuestros padres han venido, y no quería darles mala impresión... Nada más.

-Claro, claro...

Con James, ya estaban los tres hermanos al completo, solo faltaban los padres que esperaban en el Salón donde Jon los llevó. Una vez allí, Ángela vio a sus dos padres que se pusieron de pie al verles entrar a la sala. Su madre, Angelina, no había cambiado un ápice, tan hermosa y elegante como siempre, sin dejar esos aires de mujer guerrera y libre. En cambio, su padre seguía como siempre, con uno de sus trajes de director y con esa expresión de padre amable y cariñoso con su hija favorita.

-Padre, madre...

-Cuanto tiempo sin verte, hija mía. -saludó Angelina con una sonrisa sincera, tierna y soñolienta-, Estás... muy guapa.

-Lo mismo digo -dijo Ángela caminando hacia ella. Ambas no dudaron en darse un abrazo gentil y suave-. Te echaba de menos.

-Y yo a ti.

Mientras las dos estaban en lo suyo, Víctor saludó a su hijo mayor y menor con un apretón de manos y palmada en la espalda, como hombres adultos... A su hijo menor, James, no lo veía muy a menudo, y también le sorprendió verle vestido tan elegante, casi como él, pero más juvenil... En cambio, su hijo mayor Dorian, no lo veía desde hace mucho tiempo al igual que a su esposa.

-Siento mucho no haber venido antes a verte con Dorian -se disculpó Angelina con su hija-, Hubo... un asunto que tratar.

-¿Ese asunto es el que te ha traído aquí, madre? -preguntó la morena. La madre quedó muda-, ¿Me lo vais a decir o no? -preguntó a los demás, ninguno dijo nada- ¿Qué ha pasado en la academia? Tengo derecho a saberlo.

-Debes aprender a no estar siempre en medio de los asuntos de otros, Ángela. -le aconsejó su padre, más bien la regañó.

-¡¿Cómo dices?! -exclamó ella ofendida y enojada, entonces se plantó ante él-, ¡Quedamos que nunca jamás habría secretos entre nosotros por ser una familia! ¡Tú mismo lo dijiste y juraste!

-Lo sé muy bien -aseguró él cabizbajo, evitando mirarla a la cara-, pero hay excepciones que no se puede contar.

-¡¿Y qué demonios significa eso?

-¡Ángela! -Dorian llamó a la morena haciéndola estremecer por como sonó su voz. Ella lo mira y ve que está molesto por cómo trata a su padre.

-Hija -llamó ahora su madre, sonando dolida y comprensiva-, tienes razón en una cosa; tienes derecho a enterarte de esto... Pero también, debo decirte algo mucho más importante que tiene relación con lo ocurrido.

-¿Eh? ¿Qué quieres decir? -preguntó Ángela más calmada pero confusa.

Antes de responder, la madre pidió con la mano que se sentará en el sofá con ella. Ángela se sienta y su padre y sus hermanos lo hacen también, quedando todos sentados en los dos sofás del Salón; Ángela y su madre en uno, Víctor y sus hijos en el otro. La joven vampira notó que la atmósfera estaba algo cargada por sus padres y su hermano Dorian, James no sabía nada de lo que estaba pasando, como era de esperar de alguien que vive a su: "aire".

-¿Qué está pasando, madre? Preguntó ella harta de ese ambiente tan tenso. -¡Por favor, dime que pasa!

-Tranquilízate, hija -pidió la mujer vampira, con las manos sobre las manos de Ángela-. Esto que voy a contarte no te gustará.

-Habla, madre. Te lo ruego. -suplicó la chica inquieta pero ansiosa de saber que pasaba. La madre así lo hizo.

-Como bien sabes, ha ocurrido una desgracia en la academia. Los estudiantes no saben la verdad, pero empiezan a sospechar.

-¿Qué ha ocurrido?

-Una estudiante ha sido asesinada, una de 4to año llamada Jessica, conocida como Jessy -explicó Angelina. Ángela quedó de piedra. Conocía ese nombre, fue una compañera en la clase de Gina-. Fue asesinada... por una vampira que tú conoces.

-¿Qué? -exclamó Ángela sorprendida y desconcertada- ¿Una vampira que conozco? Pero, ¿Quién haría una cosa así?

Ángela quedó de piedra cuando el nombre de una vampira se le vino a la mente... hacía siglos había ocurrido algo entre ella y una vampira, quiso pensar que no era ella, pero el rostro de su madre era totalmente claro y sin decir nada, Ángela confirmo que era exactamente la vampira en la que estaba pensando.

-No puede ser verdad...

-Sí, Ángela -afirmó su madre muy a su pesar-, Nicole Van Karmila sigue con vida. Ha venido a buscarte.