Se rió.
–No puedo creerlo. Después de la última vez jamás creí que volverías.
Me acosté en su cama mirándola.
– ¿Cómo pudiste mudarte acá, amiga?- Le pregunté algo confundía: no me entraba en la cabeza.
–Bueno, después de tantos veranos de estar de visita en la casa de mis abuelos, mis padres creyeron que era lo mejor y más seguro para que Fran crezca acá- Se encogió de hombros.
–Quiero bañarme, camine como diez cuadras y soy todo tierra.
– ¿Cómo llegaste?
–¿En colectivo? No sabía ni donde estaba, fui hasta una estación de servicios a intentar llamarte por teléfono público. Se ve que los celulares no llegaron a este pueblo aún...- Le dije divertida y ella se rió.
–¿Funciona?
–No, no sé. Me tragó todas las monedas, un chico con su moto me indicó como llegar a "la calle del árbol en el medio"
–Basta con eso
–Es que, es imposible amiga
Reímos juntas.
–Así que, ¿te quedas tres meses?
–Si aguanto, sí
–No seas mala, ¿qué otra cosa podes hacer?
–Ahora, nada- Me encogí de hombros y me miró.
–¿Cómo estas con eso?
–¿Cómo voy a estar? Perfecta. Tengo 18 años y mi novio de dos años y medio, o sea, toda mi adolescencia, me cagó. Conclusión: perdí mi adolescencia con un pelotudo- Suspire.
–Pero vine a divertirme un poco- Le guiñé el ojo y se rió.
–Esa es mi amiga
.
El colectivo había llegado a las 8PM. Y había pasado el día volando, recordé que era verano al ver que oscureció tan tarde. Me duché y cene junto a toda la familia de Sol, sus padres y su hermanito, Fran.
Después de cenar estaba acostada en el sillón del living con mi amiga.
– ¿Vamos a salir?
No tenía muchas ganas y mi cuerpo estaba agotado. Pero, ¿qué otra cosa iba a hacer acá?
-Sí, ¿para qué vine?
Tome un ibuprofeno para calmar mi dolor de cabeza, y luego de cambiarme estaba en el mismo lugar que antes, esperando a mi amiga. La vi bajar las escaleras y le pregunté:
–¿Por qué hay tantas motos acá? Es el único ruido que se escucha
–Todos a nuestra edad se compran motos, en el pueblo es tan seguro como un auto y más barato
–Entiendo...
–¿A dónde vamos?
–A lo de Homer
–Wow, al fin voy a verlo al infumable
Sol había estado saliendo con el hace, ¿un año? La única vez que lo había visto había sido en mi casa, cuando ambos vinieron a pasar un fin de semana a la ciudad. Sin embargo, creo que tengo tanta confianza con el como con mi amiga. Siempre que tenían una discusión, me hablaba por Whatsapp o facebook y me había nombrado como su psicóloga. Incluso a veces me llamaba por teléfono, cosa que Sol hacía muy poco.
–¿Y qué vamos a hacer hasta que sea la hora de salir?
–Hace una previa en su casa, Male
–NO, ESPERA. ¿Llegó la previa también al pueblo? No puedo creerlo, que descubrimiento
Se rió a carcajadas. Lo bueno de insultar al pueblo es que mi amiga era igual que yo y no se lo tomaba mal.
–Bueno, ¿y en qué vamos?
– ¿Caminando?
– ¿Vos me estas cargando?