diecinueve

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Por alguna razón nos dividimos entre hombres y mujeres. Abril manejó el auto de las chicas, y Tomás el de ellos.

La fila de mujeres era exageradamente más larga que la fila de hombres, y por ese motivo los chicos entraron antes que nosotras. No nos hicimos mucho problema y estuvimos un par de horas solas hasta que encontramos a Alejo sentado en una escalera agarrándose la cabeza.

–Uh, cómo estamos- Le dijo Abril y el levantó la cabeza.

Divisé a Homer, Tomás y Mauro en la barra que estaba próxima a él. Sonreí y se acercaron a nosotros. El que menos borracho estaba era Tomás, increíble.

–Creo que tenemos que ir volviendo- Dijo Sol agarrando a H, no podía mantener el equilibrio.

–Sí, dividámonos- Asentí y me reí.

A Tomás se le trababa la lengua.

Manejé el auto en el que habíamos venido con Mauro, Alejo y Abril. H y Tomás iban recostados en el asiento trasero del otro, manejado por Sol.

–Al final, la noche fue una mierda- Me dijo Abril mirando a los chicos dormir.

–Sí, no tuvo grandes momentos.

Me encogí de hombros y señalé la tranquera. Abril amagó a salir del auto pero Tomás se le adelantó y abrió la barrera de madera.

Estacioné el auto atrás de mi amiga y juntas llevamos a los chicos a sus respectivas camas.

Tomás miraba divertido la escena mientras Abril y Sol desaparecían de la cabaña. Hice un gesto con la mano en señal de despedida y rápidamente me tomó del brazo.

–Agarra la cámara y vení conmigo

Su actitud de posesión no me dejó hacer más nada que asistir con la cabeza. Caminé rápidamente hacia la cabaña y cuando entré me escabullí en mis cosas. Las chicas me miraron.

–En un rato vuelvo- Les dije antes de salir.

Sol chitó y yo giré a mirarla.

–Ojo- Me dijo y sonreí.

Salí de la cabaña y lo vi esperándome unos metros adelante. Aproveché para mirarlo un rato y lo confirmé: Sí, me volvía loca su camisa blanca.
Se dio vuelta en cuanto hice ruido y sonrió.

– ¿Qué querés? ¿Qué te saque fotos?- Le dije divertida. En realidad no veía la hora de capturarlo y guardar para siempre esa imagen de él con esa maldita camisa.

–No precisamente- Me dijo acercándose y justo cuando creí que iba a besarme, tomó mi mano.

–¿A dónde vamos?

El hecho de continuar caminando agarrada a su mano por mucho tiempo me ponía...nerviosa.

–A ver las estrellas- Noté su tono de burla y rápidamente lo solté. El pasó su brazo por mi cuello y me sostuvo a su lado.

–Estas helada, tonta.

Nuevamente me soltó y amagó a sacarse su buzo para dármelo.

–No- Exclamé y el me miro extrañado. No podía dejar que arruine lo lindo que estaba vestido.

–No tengo tanto frío- Expliqué un poco dudosa y el volvió a abrazarme.

–No sé porque se visten así si después se cagan de frío- Dijo algo molesto y yo me reí. –Igual estas...

Lo miré esperando su respuesta. ¿Linda? ¿Fea? ¿Baqueteada?

–Hermosa- Me dijo con su estúpido tono de ternura.

Deje de hacerme la histérica un rato y lo abracé por la cintura. Me dio un beso en la frente y cerré los ojos para disfrutarlo. Mierda, cómo me gustaba.

Seguimos caminando por un par de segundos, y aunque los pies me dolían y estaba cansada para seguir caminando, no hablé mucho porque estar con él era lo mejor que me había pasado en la noche.
Cuando pasamos la tranquera caminamos unos 500 metros y se detuvo para mirarme.

–Llegamos.

❣️
PERDONNN por desaparecer ahre
che les esta gustando la historia? porque siento que ayññ no se ahre
bueno las amo COMENTEN

cambios | c.r.oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora