cuarenta y siete

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Un tono. Dos. Tres. Puerta.

–Gorda, ¿mi teléfono está acá?- Dijo y me miró. Corté lo más rápido que pude y ella levantó una caja.

–Usalo tranquila, me asusté porque creí que lo había perdido

–No, no es nada

Me maldije por dentro. No sé en que pensamos cuando nos habíamos comprado el mismo teléfono. No era la primera vez que lo agarraba creyendo que era el mío, pero en ese momento ni recordé que no lo tenía más.

Se acercó a la cama y lo tomó. Miró un rato la pantalla, hizo un par de gestos y se fue.

Me acosté a pensar, y pensando me dormí.

.

Cuando me levanté no entendía nada. Eran un poco más de las diez de la noche y hacía bastante frio. Me abrigué y abrí la puerta de la habitación, para encontrarme a Sol comiendo sobre la mesa ratona del living. Busqué con mi mirada pero no, Tomás no estaba por ninguna parte.

– ¿Todo bien?- Pregunté y ella asistió con una porción de pizza en la boca.

– ¿Alguna novedad?

–Ninguna- Respondió rápidamente y me senté a su lado.

–Supongo que, que haya venido Ignacio asustado por la llamada perdida y que Tomás se haya ido con una cara de culo bárbara no es una novedad- Habló y yo la miré sorprendida. Se encogió de hombros.

Largué un suspiro y tapé mi rostro con las manos.

– ¿A qué estas jugando, amiga?

–A nada- Le dije aclarando todo. –A nada. Solo...quería llamarlo para agradecerle el gesto que tuvo, no tuve tiempo de hacerlo y creo que fue de buena leche

–Entonces...esperaste a estar sola para llamarlo

–Sí, no iba a ser muy lindo llamarlo frente a Tomás

–Entonces estas escondiendo algo- Me interrumpió.

La miré extrañada.

– ¿Qué decís?

–Dale, nos conocemos bastante- Dijo en un tono de burla. Suspiré.

–No sé, creí que iba a ser una buena idea volver a hablar después del verano. Nos conocemos hace mucho y tenemos mucha confianza pero...creo que es imposible ser amigos. Es...raro

–Entonces, creíste que ibas a poder entablar una conversación en tono de amistad con la persona con la que te acostaste en los últimos tres años.

La miré.

–No es tan así, hay más cosas que eso

–Por eso, esas "más cosas" lo único que hacen es empeorarlo

La odie. ¿Por qué siempre tenía la razón?

– ¿Y Tomi?

–Mmh, Tomi se viene bancando bastantes en el último tiempo.

Asentí clavando mis ojos en los suyos.

–Creo que vas a tener que hablar con Nacho si no querés nada. Soy su amiga y no quiero que le haga mal toda esta situación.

–Yo tampoco quiero hacerle mal- Le dije subiendo mi voz. Ella se limpió la boca con una servilleta y miró su teléfono masticando.

–Me voy a tomar algo con H. Si necesitas algo comunicate con el teléfono del edificio.

Me dijo y yo asistí mirándola cruzar la puerta. Me tiró un beso y me quedé quieta, sin saber que hacer.

Estaba oscuro y la luz del televisor iluminaba todo el living. No tenía como comunicarme con nadie así que lo único que iba a hacer era quedarme allí comiendo, sola.

Bufé cuando escuché el ruido del ascensor. Sol probablemente se había olvidado algo.

Me levanté antes de que suene el timbre pero cuando abrí la puerta me sorprendí.

No era mi amiga, no.

Era él.

cambios | c.r.oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora