veintiuno

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Me desperté con la misma sensación que días atrás. ¿Qué estaba haciendo? ¿Cómo debería sentirme?
En el último tiempo, después de haber sigo engañada por, quien yo creía, el amor de mi vida, mis prioridades habían cambiado. Me había puesto en primer lugar de ahí en más, pero cuando sentía los labios de Tomás sobre los míos, mis preferencias parecían variar.

Sin querer pensar mucho, me senté en la cama y vi a Abril con su celular.

–Hola, bella- Me dijo y le sonreí. –¿Cómo estas?

–Bien, supongo- Le dije e hizo una mueca. – ¿Sol?

Señaló el pasillo y supuse que estaría en la cocina. Me levanté y busqué un poco de ropa. Desde la ventana observé el día lluvioso y bufé. Opté por ponerme un jean muy ajustado y una remera corta, ¿qué importa que estemos en el campo? Agarré mis Vans negras y busqué un buzo liviano. Pasé al baño y después de higienizarme, fui a la cocina.

–Buen día, amiga- Le di un beso por detrás mientras preparaba café. Se dio vuelta para mirarme y yo sonreí.

Me senté en la mesa y agarré mi computadora y mi cámara.

Rápidamente introduje la memoria y bajé las fotos.

–Wow- Exclamó poniéndose detrás de mí. –Me había olvidado del talento que tenías.

Me encogí de hombros y me maldije cuando Tomás apareció en una foto. Moví mis dedos lo más rápido que pude pero fue en vano.

–Bueno, ¿de qué me perdí?

–Solo me llevó a ver las estrellas porque sabe que me gusta sacar fotos- Le dije restándole importancia y ella abrió los ojos.

– ¿Por qué mi novio nunca me llevó a ver las estrellas?

Reí.

–Voy a escribirle para que hoy vayamos- Me dijo mientras tomaba su celular y yo largué una carcajada.

Después de unos segundos, escuché la puerta de la cabaña de los chicos, que tenía todas sus ventanas cerradas y parecía un galpón. Corrieron tapados con un acolchado hasta la puerta de la nuestra y comenzaron a golpearla.

Riendo me paré para abrirla y apenas lo hice se me abalanzaron.

–Dale flaca, la lluvia está fría- Dijo Mauro y en lo único que propuse fijarme era en Tomás.

¿Por qué estaba en cuero en un día de lluvia? Su short era muy corto y agh.

–Hola, Male- Me dijo H y me dio un beso en la mejilla. Lo seguí con la mirada para ver como le daba un pequeño beso en los labios a Sol, sonreí por su naturalidad.

Me saludó Alejo con un abrazo y último él. Me sonrió y realmente envidiaba su poca preocupación por todo. Tomó mi cara para plantar un beso en mi mejilla y yo cerré los ojos para sentirlo.

Abril apareció en el pasillo y Ale la cargo hasta el sillón para tirarla sobre él. Se quedaron jugando un rato y luego se durmieron.

Homer y Sol fueron a comprar comida a la ciudad, supongo que algún día tendremos que cocinar. Mauro se fue derecho a la habitación, era temprano aún.

Tomás se sentó en el otro sillón envuelto en el acolchado y yo le sonreí. Me llamó con su cabeza y me senté a su lado, sin decir una palabra. Pasó su mano por mi hombro y me envolvió con la frazada también.

– ¿Tenes sueño?

–Un poco- Le dije lo más rápido que pude.

Cerré mis ojos y sin pensarlo me recorté un poco sobre él, apoyando mi cabeza en su pecho y pasando mis brazos para abrazar su cintura desnuda. Inmediatamente sentí como mis pelos se erizaban y suspiré. El me dio un beso en la cabeza sin moverse, estirando sus brazos en el sillón.

–Male- Me llamó y lo miré tímida. –No tenes que tener vergüenza conmigo.

Mierda. ¿Tanto se me notaba? Es que no, no sabía como comportarme en estas situaciones. Jamás me había ocurrido. Siempre estuve de novia y cuando no, solo besaba a chicos en los boliches. Salir a algún lugar o verlo "de día" significaba más que un beso. Bufé y el se tiró.

Sin muchas vueltas, agarré su mano y me dirigí al muelle poniéndome mi capucha.

El me siguió y pasó su brazo por mi hombro. Aquí vamos.

❣️
estoy triste y cuando estoy así escribo muchos capítulos así que van a tener para rato :(

cambios | c.r.oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora