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Solo se lo habia contado a Dinah, despues de haberle arrancado una promesa de silencio absoluto, y jamás volveria a hablar de eso con nadie. No podia casarse con Michael. Estaba segura de que el no queria tener hijos, pero¿y si cambiaba de opinion y quisiera formar una familia? Eso era algo que ella no podria darle.

-¿Alguna vez te he defraudado?-le pregunto el, como si hubiera adivinado su desasosiego interno.

-No.

-Y nunca lo hare.

Tal vez, pero si se casaba con elseria ella quien lo defraudara.

-Me duele un poco la cabeza- mintio- Creo que me ire a la cama.  

-No te molestare.¿Quieres que te lleve un vaso de agua y una aspirina?

-No, gracias. Te preparo el sofa cama.

-Ya lo hago yo-alargo un brazo y le acarico la mejilla- Te vere mañana, Camz. Que duermas bien.

Fiel a su palabra, Michael no la molesto. Y cuando Camila se levanto a la mañana siguente el ya habia plegado el sofa cama y habia hecho cafe.

-Buenos dias. ¿Como esta tu cabeza?

-Mejor, gracias- la mentira habia acabado  siendo cierta y no le habia quedado mas remedio que tomarse una aspirina.

-Toma-le paso una taza de cafe caliente, caragdo y con leche, como a ella le gustaba- ¿Tostadas?

-Si, por favor- se sento en la pequena mesa de cocina. Aquel era el Michael de siempre. Un amigo que la conocia tan bien que casi podia leerle el pensamiento. Aunque normalmente era ella la que hacia las tostadas y el quien se las robaba del plato.

-¿Que vas hacer hoy?

-Cocinas romanas- respondio ella- ¿Y tu?

Michael se sento en la mesa tras encender la tostadora.

-Un poco de investigacion- a juzgar por el tono, no debia de ser nada interesante. Y cuando ella se marcho al trabajo el seguia apagado y aburrido.

Michael necesitaba un nuevo desafio. Como el trabajo del que  le habia hablado el dia anterior. Sus ojos brillaban de emocion al describirselo, pero ella seguia sin comprender porque necesitaba  casarse para conseguir el trabajo, y no sentia el menor remordimiento por haberlo rechazado. Habia hecho lo mejor para ambos. 

Pero no pudo dejar de pensar en el en todo el dia. Y cuando volvio a casa por la noche y la recibio un delicioso olor procedente de la cocina sintio una punzada de culpa.

-Michael, no esperaba que cocinaras para mi.

-Es tan facil cocinar para dos como para uno solo-repuso el.

-¿Tan aburrido estabas?

El le tendio una copa de vino.

-Largate y dejame a solas con mi crisis existencial. 

-Es mi casa. No voy a irme a ninguna parte-se sento en la mesa-¿Que crisis existencial,Lolo? tienes treinta y cinco años, Ni siquiera has llegado a la madurez. Y no tienes un trabajo de oficina, asi que no puedes tomarte un ano sabatico, dejarte crecer el pelo y recorrerte el mundo en moto. ¡Asi es como te ganas la vida, por amor a Dios!

-No tengo moto.

-No seas tan quisquilloso. Lo que quiero decir es que para hacer lo contrario de lo que normalmente haces tendrias que  cortarte el pelo, conseguirte un trabajo de oficina y llevar traje y corbata para ver  a la misma persona mas de tres dias seguidos. Para la mayoria de la gente tu vida es una aventura-lo miro fijamente- ¿De que crisis estas hablando?

El arrugo la nariz y se aparto para servirse otra copa de vino.

-Olvida lo que he dicho, Camila.

Ella nego con el dedo.

-Esta mañana estabas muy callado. Sientate conmigo y cuentame que es lo que te preocupa.

-Tengo que preparar la cena.

Camila olisqueo el aire.

-¿Guiso de pollo al vino tinto, patatas al horno y ensalada?

-Esta bien, la cena esta casi hecha-admitio el con una media sonrisa- Y si he estado callado es porque tengo demasiado tiempo libre. Empiezo a pensar y eso es peligroso. 

-Cuentamelo, Lolo. ¿Que ocurre?

-Te parecera una locura.

-No importa.

El suspiro y se sento en la mesa.

-Tengo treinta y cinco años, Camz. Mis hermanas estan casadas y tienen una famalia, igual que todos mis companeros de universidad. Algunos ya van por su segundo matrimonio. Me encanta lo que hago, pero empiezo a preguntarme si es esta la vida que realmente quiero.

-¿Insinuas que quieres echar raices y tener hijos?-le pregunto ella con cautela.

-Si. No. Tal vez.- tomo un sorbo de vino- Digamos que empiezo a pensar en mi futuro. Me gusta lo que hago, pero ¿realmente quiero hacerlo el resto de mi vida? ¿Quiero ser uno de esos eternos solteros que siguen comportandose como si tuvieran veinte anos cuando han pasado de los sesenta?

Camila sonrio.

-No te imagino asi, Lolo-seguiria siendo igual de encantador a cualquier edad, pero su dignidad le impediria fingir que seguia siendo joven.

-El tiempo pasa muy rapido, Camz. Antes de darme cuenta tendre cuarenta y cinco años  y sere el soltero desemparejado al que invitan a cenas y fiestas para cuadras los numeros y que se sienta junto a la mujer recien divorciada que odia a los hombres o que necesita compania desesperadamente. 

Camila fruncio el ceno.

-No te reconozco, Michael. Y todo esto de pensar en el futuro...-de repente la asalto una terrible sospecha- ¿Hay algo que estes ocultando?

-¿Como que?

Muy bien, si el no queria decirlo, lo haria ella.

-¿Estas enfermo?

La expresion de Michael se nublo y Camila sintio un escalofrio en la espalda.

-No. Estoy perfectamente. Pero cuando estaba en la excavacion recibi malas noticias de un amigo.

Camila respiro con alivio al saber que no se trataba de Michael, pero enseguida se sintio culpable.

-Espero que tu amigo ya este bien.

El nego con la cabeza.

-Ha muerto. El primero de mis amigos que muere. Y cuando estaba junto a su feretro, en la misma iglesia donde se caso hace dos anos, me di cuenta de lo corta e impredecible que puede ser la vida. De modo que empece a pensar en que quizas sea el momento de echar raices. Es uno de los requisitos que me gustan de este nuevo trabajo: hay que viajar bastante,pero no tanto como para no poder llevar una vida familiar.

Una vida familiar. De modo que queria tener hijos. Y para eso tendria que casarse con una mujer que pudiera darselos, no alguien como ella. Despues de sus dos abortos el medico le habia asegurado que podia concebir hijos sanos y que no habia motivos para preocuparse hasta que se abortara una tercera vez, pero Shawn no habia querido arriesgarse. Y aunque Michael no era como Shawn y jamas la abandonaria, queria una familia y era casi imposible que ella pudiera darsela. No podia decirle la verdad. Si lo hacia, el se compadeceria de ella y dejaria de verla como a una igual. Pero si no se lo decia, si Michael iba en serio y volvia a pedirselo, ella no tendria mas remedio que rechazarlo. Porque si se casaban y resultaba que ella no podia tener hijos, su matrimonio se acabaria igual que habia ocurrido con Shawn.

Aparto aquellos pensamientos. No se trataba de ella, sino de Michael.

-Eres el candidato idoneo para ese trabajo. Y cuando te quedes mas de tres minutos en un mismo lugar, encontraras a la mujer adecuada-le dijo alegremente, sofocando la consternacion por no poder ser ella.

Un Brote De Esperanza (Camren Gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora