Los calambres se hicieron más fuertes de camino al hospital. Al cruzar las puertas Camila vio su nombre escrito en la pizarra blanca, bajo la palabra <emergencia>
Dejo que la tumbaran en la camilla y le desnudaran el vientre para aplicarle el gel. Demi le sostenía la mano y le hablaba, pero Camila no podía articular palabra.
Y entonces vio compasión en el rostro del médico.
-Lo siento mucho, señora Jauregui, pero no hay latidos-le dijo amablemente- Me temo que ha sufrido un aborto.
Todo se volvió borroso a su alrededor.
-¿Señora Jauregui?
-Lo siento-ahogo un gemido.
-No tiene que disculparse. Es difícil asimilar algo asi- el médico se sentó a su lado- Esta de nueve semanas; lo más aconsejable sería dejar que la naturaleza siga su curso en vez de efectuarle un legrado. ¿Puede quedarse alguien con usted los próximos días?
-Mi marido está de viaje por trabajo.
-Si quiere pasar la noche aquí, podemos arreglarlo.
-Prefiero irme a casa. Por favor.
-Yo te llevaré-se ofreció Demi, e Camila consiguió conservar la compostura todo el camino de vuelta a casa- ¿Quieres que llame a Michael por ti?
-No, gracias. Ya has hecho demasiado por mi. No es justo que te robe más tiempo.
-Me quedaré contigo hasta que consigas hablar con Michael.
Camila le dedicó una sonrisa cansada.
-Estare bien, Demi. Sabia que esto podía suceder. Pero gracias por tu comprensión.
Mantuvo la sonrisa hasta que la puerta se cerró. Y entonces fue al baño, se desnudó y se metió bajo la ducha. Al salir, se envolvió con una toalla y saco ropa limpia.
No supo el tiempo que transcurrió hasta que sonó el teléfono.
-¿Camz? ¿ Ya estás de vuelta?
-¿De vuelta?
-Llame antes y no respondiste, así que imagine que estarías fuera con tus colegas. Tampoco respondiste el móvil.
Era como si la lengua se le hubiera pegado al paladar.
-No. Me estaba duchando y no he oído el teléfono.
-¿Estas bien?
-Cansada, nada más.
Eso al menos era cierto. Pero no podía contarle lo ocurrido, porque si lo hacía Michael regresaría inmediatamente a casa. Seguramente había estado trabajando hasta aquel mismo momento. Estaba a cuatro horas de camino. Si se subía al coche y se quedaba dormido al volante.... No podía perder también a Michael.
-Si-por más que lo intentaba no podía fingir un entusiasmo que no sentía.
-¿De verdad que estás bien?
- Si, solo cansada.
-Date un baño caliente y acuéstate- le aconsejo el- Que tengas dulces sueños. Te llamaré mañana.
-Buenas noches- se despidió ella, reprimiendo las lágrimas a duras penas.
Cuando colgó, se hizo un ovillo y rezó por sobrevivir a los próximos días.
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Un Brote De Esperanza (Camren Gip)
AcakLJ Gip Michael Jauregui era el típico mujeriego al que solo le interesaban las relaciones pasajeras con mujeres despampanantes, por eso su amiga Camila se quedó de piedra cuando le propuso matrimonio. ¿Que podía ver en ella, bajita y aburrida, un ho...