No era propio de Camila molestarlo cuando estaba trabajando. Aunque últimamente el se pasaba muchas horas en la oficina. Hizo cálculos y maldijo en silencio. A Camila debía de haberle llegado el periodo y seguramente necesitaba apoyo y consuelo. Lo que el tenía entre manos no era urgente, de modo que guardo el archivo, cerró la oficina y compro una caja de pañuelos y tres grandes tablas de chocolates de camino a casa.
-¿Camz? Ya estoy en casa.
Ella salió de la cocina.
-No tenías que volver tan pronto.
A Michael le bastó una mirada para saber que había hecho bien en volver.
-Si, claro que sí-dejo la bolsa en el suelo y la abrazo-Has estado llorando. ¿Que sucede?
-Me...-ahogo un gemido- Me estoy comportando como una estúpida.
-No llores, cariño. Oye, no quiero presionarte, pero quizás sea el momento de acudir a un especialista. Nos haremos pruebas... los dos-enfatizo- y después veremos que opciones tenemos.
-No me ha venido el periodo, Michael.
-Lo volveremos a intentar el mes que viene. Podríamos pasar algún fin de semana en un sitio tranquilo, sin estres...
-He dicho que no me ha venido el periodo.
-¿Entonces de que se trata? ¿Tus padres están bien?
-Si. Es...¿Porque no te sientas, mejor?
Un escalofrío le recorrió la espalda. ¿Iba a decirle que todo se había acabado? Dejo que lo condujera a la cocina y se sentó en la mesa.
-¿Camz? Háblame. ¿Que ocurre?
-No sé cómo decirte esto...
Michael empezó a temblar.
-Sea lo que sea, me gustaría que me lo dijeras a las claras.
Ella le tendió algo que parecía un bolígrafo aplanado envuelto en un pañuelo.
-Echale un vistazo a esto.
Michael frunció el ceño y desenvolvió el objetivo mientras ella se sentaba al otro lado de la mesa.
Era una prueba de embarazo. Nunca había visto una de cerca. Nunca había necesitado verla. Y no sabía que estaba mirando exactamente.
-¿ Me estás diciendo que...?
Ella asintio.
-El periodo no me llegaba y siempre lo he tenido el mismo día del mes, incluso a la misma hora-trago saliva- Pensé que tenía un retraso por culpa de la tensión.
Y el habia estado tan absorto en su trabajo que no se había percatado de nada. Sintio el quemazón de la culpa en la nuca.
-Necesitaba estar segura- continúo ella- Así que me compre la prueba... y salió positivo.
Michael miró el test y luego a ella, completamente anonadado.
-Estas embarazada...
-Si.
Parecía angustiada, y no era de extrañar. Había sufrido dos abortos y Shawn no había sido precisamente comprensivo con ella. Seguramente tenía miedo de volver a abortar, y de que el la abandonara igual que había hecho Shawn.
¿O quizá temía que el hubiera cambiado de opinión y ya no quisiera tener hijos?
Por supuesto que no había cambiado de opinión.
Pero, aunque se esperaba que algo así sucediera, no estaba preparado para ello.
-Vamos a tener un hijo.
-Si.
-Voy a ser padre...-tenia un nudo en la garganta y una sensación desconocida le oprimía el pecho-Oh, Camz, vamos a tener un hijo.
-¿Te parece bien?
Michael se levanto, rodeo la mesa y la hizo ponerse en pie para abrazarla.
-¿Que si me parece bien? Me parece fantástico. Pero no debes estar levantada. Siéntate.
-No necesito-empezo ella, pero el desoyó sus protestas y se sentó en una silla para colocarsela en su regazo.
-Camz, estoy... estoy tan...-sacudio la cabeza-No encuentro la palabra. Pero es una sensación maravillosa.
-Creia que... que tu...
-¿ Que saldría corriendo? ¿ Que cambiaría de opinión?- vio una lágrima resbalando por su mejilla y se la beso- No llores, Camz. Todo va a salir bien.
-Lloro porque me siento feliz. E inmensamente aliviada. Creía que tenía algún problema.
El le puso un dedo en los labios.
-No tienes ningún problema. Hemos tenido que esperar un poco, pero ha merecido la pena-sonrio-¿A quien se lo decimos primero, a tu madre o a la mía?
Ella negó con la cabeza.
- No quiero decírselo a nadie hasta que pasen doce semanas, por si acaso.
Michael reconoció el miedo en sus ojos.
-Intenta no preocuparte-le acaricio la cara- Lo más probable es que esta vez todo salga bien, pero no debes correr ningún riesgo ni levantar nada más pesado que un pañuelo.
-¿No exageras un poco?
-Esta bien, pues nada más pesado que un libro. Y desde ahora, nada de tareas domésticas. Yo me encargaré de todo.
-Pero tú nunca estás en casa.
-Contrataremos una limpiadora. Como detesto planchar llevaremos la ropa a la lavandería. Y...
-Michael, estoy embarazada, no enferma.
-Estas embarazada y lo has pasado muy mal, así que no voy a arriesgarme. Eres demasiado importante para mí.
-Lo siento. Soy una tonta.
-No, no lo eres. Son las hormonas. Cuando Dinah estaba embarazada no hacía más que llamarme para ponerse a llorar por teléfono. La única forma de tranquilizarla era enviarle chocolate cada tres días. Y entonces volvía a llamarme para llorar por ser tan bueno con ella.
La ridícula anécdota tuvo el efecto deseado y la hizo sonreír.
-Estas loco, Lo.
-Loco no, excéntrico-corrigio el, y la beso en los labios- Vamos a tener un hijo. Y te prometo que cuidar de ti y de él.
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Un Brote De Esperanza (Camren Gip)
RandomLJ Gip Michael Jauregui era el típico mujeriego al que solo le interesaban las relaciones pasajeras con mujeres despampanantes, por eso su amiga Camila se quedó de piedra cuando le propuso matrimonio. ¿Que podía ver en ella, bajita y aburrida, un ho...