Maratón 5/?
¡Que disfruten! 🔥
-Estamos solos en un ascensor- corrigió el- Pero seré bueno y no te desnudare, por ahora - le paso el dedo por la cremallera del vestido- Estoy impaciente por quitarte esto y besarte la espalda desnuda. Y luego...- le extendió las manos por el vientre y las subió hasta sus pechos- te tocaré así-le froto suavemente los pezones y sintio como se ponían duros- y asi- bajo una mano y la apretó contra la entrepierna- Voy a tocarte, y lamerte, y hacerte de todo hasta que te mueras de placer.
Camila lo miraba con la boca entreabierta, las mejillas coloradas y los ojos ardiendo de deseo.
Justo como el la quería. Las puertas del ascensor se abrieron y Michael la llevó de la mano hasta la habitación. Introdujo la tarjeta en la ranura y se inclinó para levantar a Camila en brazos.
-Es la tradición- le dijo mientras cruzaba el umbral.
Camila miró con asombro la cama de columnas
-No me esperaba algo así.
-Es lo propio para una noche de bodas. Y para continuar con la tradición, voy a hacerle el amor a mi esposa. Muy, muy despacio.
Le quitó la estola de los hombros y la dejó caer en la cama. A continuación le dio la vuelta a Camila y le bajó lentamente la cremallera, prolongando el momento. La beso en la nuca y la espalda y le quito el vestido y los tirantes del sujetador para descubrirle los hombros. Dejo que el vestido cayera al suelo y lo agarro para colgarlo en el respaldo de una silla. Camila quedó tan solo con el sujetador a medio quitar, el liguero azul y las medias y unas diminutas braguitas de seda. Estaba de espalda a el, y era la visión más excitante que Michael había visto en su vida.
Le quito las horquillas y entrelazo los dedos en sus suaves cabellos.
-Hueles muy bien...- la voz le salió ligeramente ronca- Otra vez a azahar.
Ella se dio la vuelta.
-Y tu llevas demasiada ropa- también su voz sonaba ronca. Lo deseaba tanto como el a ella.
-¿Quieres que me desnude?
-Si.
-Muy bien- se quito la chaqueta y la dejó en la misma silla que el vestido. Lo siguiente fue el chaleco, que se desabrocho intentando ocultar el temblor de sus manos. Se detuvo tras quitarse la corbata y arqueo una ceja- Me duelen los dedos.
Ella sonrió.
-¿Me estas pidiendo que te eche una mano?
El también sonrió.
-Te estoy pidiendo que me desnudez.
Se acercó contoneandose sensualmente y a Michael se le desboco el corazón. Incapaz de resistirse, le agarró las nalgas y la apretó contra el, y ella esbozó una pícara sonrisa al sentir su erección. Le desabotono la camisa y Michael no perdió tiempo en quitársela y arrojarla al suelo. No quería separarse de ella ni un segundo.
Ella le desabrocho el pantalón, le bajó la cremallera tan lentamente como había hecho el con el vestido y le pasó un dedo por la erección.
-Ah, ¿con qué esas tenemos?- dijo el. Se quito rápidamente el pantalón y los calcetines y le desabrocho el sujetador con una mano.
Agacho la cabeza y atrapó un pezon con la boca. Ella pronunció su nombre con voz ahogada y lo agarro por el pelo para acuciarlo a seguir.
Michael no necesito más indicaciones. La levanto en brazos y la llevo a la cama de columnas para tumbarla de espaldas y arrodillarse entre sus muslos. Su piel era exquisitamente suave, y el se moría por tocarla íntimamente. Le recorrió la curva de las caderas y los muslos, como si estuviera descubriendo sus formas por primera vez.
-Me gusta que lleves medias- engancho un dedo en el liguero azul. Era increíblemente sexy- Me encanta el contraste con tu piel. Aspero contra suave- le agarro una mano y se la pego a la mandíbula-Aspero contra suave-repitio, y agacho la cabeza para prodigarle un reguero de besos por la clavícula, bajo las perlas negras que rodeaban el cuello. Descendió por los pechos y le lamió el ombligo, sintiendo sus ansiosos temblores.
-¿No te parece que esto es una barrera innecesariamente? -le pregunto, presionandole la vagina a través de las braguitas.
-Si.
-Permiteme un arrebato salvaje-sin dejar de mirarla a los ojos, le arranco las braguitas por los costados.
-¡Me has roto las braguitas! ¡Y son de seda!
-Ya te compraré otras- repuso el- Aunque no vas a necesitarlas durante la próxima semana...- volvió a acariciarle las medias- Estas puedes dejarlas puestas. Y las perlas también.
-Te olvidas de algo.
- ¿De qué?
-De esto- apuntó con la cabeza a sus boxers.
-¿Quieres arrancarmelos?-le sugirió, riendo, se los quietos y se tumbó junto a ella- Estoy en tus manos.
-¿ En serio? -le acaricio con la punta del dedo el esternón y la línea del vello que le descendía por el abdomen, pero al llegar a la erección mantuvo el dedo a escasos milímetros del miembro.
Lo estaba volviendo loco.
- Dejate de juegos- le advirtió.
- Has dicho que estabas en mis manos.
-¿ Y dónde tendrán que estar?
El se la coloco encima, sentada a horcajadas, y la movió hasta que la punta del pene rozó la entrada de su vagina. Solo entonces entrelazo las manos con las suyas.
-Aqui estarán muy bien.
- Lo...
-Camz...-movio la pelvis y se introdujo lentamente dentro de ella- Mejor. Mucho mejor...
Ella empezó a mecerse encima de él, tan despacio que cada movimiento era una tortura para Michael. Y justo cuando pensó que iba a explotar, ella pareció perder el control y le agarro con fuerza las manos para cabalgarlo enloquecidamente.
Un placer sublime lo invadió.
-Camz... Eres increíble. Te...
De alguna manera consiguió detenerse a tiempo y no decir las palabras prohibidas. En vez de eso se incorporó, apretandola contra el, y la beso con frenesí para que su traicionera boca no tuviera ocasión de delatarlo. Sintio el preciso instante en el que el cuerpo de Camila se quedaba suspendido al borde del clímax, y también el se dejó arrastrar por la incontenible marea orgásmica.
Después, se aferró desesperadamente a ella con todas sus fuerzas, como si se estuviera ahogando y ella fuese lo único que pudiera mantenerlo a flote.
Y ella se abrazó a él de igual manera.
-Ahora- le dijo en voz baja y suave cuando pudo volver a hablar- estamos de verdad casados.
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Un Brote De Esperanza (Camren Gip)
DiversosLJ Gip Michael Jauregui era el típico mujeriego al que solo le interesaban las relaciones pasajeras con mujeres despampanantes, por eso su amiga Camila se quedó de piedra cuando le propuso matrimonio. ¿Que podía ver en ella, bajita y aburrida, un ho...