La alarma la despertó con su estridente pitido. Camila se giró de costado para apagarla y chocó con un cuerpo.
Un cuerpo cálido, duro y muy masculino.
-Beunos días, Camz.
Se habían pasado casi toda la noche haciendo el amor, habían explorado tan exhaustivamente sus cuerpos que no quedaba nada por descubrir.
Lo que más deseaba en esos momentos era acurrucarse bajo la manta, envolverse con los brazos de Michael y seguir durmiendo.
-¿Hola? Llamando a Camila. ¿Hay alguien en casa debido de apagar el la alarma , porque está había dejado de sonar. Se giro hacia ella y la abrazo- Siempre te había tomando por una persona madrugadora.
-Lo soy- murmuro ella- Si duermo lo suficiente.
-Ah, sí, la verdad es que ha sido una noche un poco movida- la acaricio alrededor del ombligo-¿Algún remordimiento?
-No.
-Bien. Entonces vas a casarte conmigo.
No era una pregunta. Ni siquiera se lo había pedido la noche anterior. No había sido la típica declaración de amor, de rodillas, con anillo.
Sofocó una punzada de dolor. Si que se lo había pedido, días antes, y ella lo había rechazado. Por eso no debía extrañarle que no se lo pidiera de nuevo.
-¿Camz?
-Depende- respondió con el tono más despreocupado que pudo.
-¿De que?
-Necesito un café.
-Capto la indirecta-rio- Ve a ducharte mientras yo preparo el desayuno- le acaricio el pelo- Me gustaría ducharme contigo, pero entonces llegarías tarde al trabajo y no quiero crearte problemas.
-¿Problemas?
-Por pasar la mañana en la ducha conmigo en vez de hacer lo que tengas que hacer.
Después de ducharse y vestirse se encontro con el café recién hecho y las tostadas untadas de mantequilla.
-El desayuno- le ofreció Michael con una sonrisa. Llevaba únicamente el boxer y su aspecto era irresistible.
Se sentó y trató de controlar sus deseos. No podía enamorarse de Michael.
-¿Que vas a hacer hoy?-le pregunto tras tomar un sorbo de café. Estaba justo como le gustaba: hirviendo, cargado y con leche.
-Un poco de investigación. ¿Y tu?
-Unos folletos para una exposición.
-¿Quieres que comamos juntos?
-Lo siento, no puedo. Tengo que asistir a varias reuniones que se alargarán bastante.
-Trabajo administrativo, ¡puaj!-exclamo con una mueca de desagrado- Lo que menos me gusta de cualquier trabajo.
- Y eso lo dice el que está pensando en aceptar un trabajo de oficina.
-Ayudante de administración-protesto el.
-Claro, claro- dijo ella, riendo.-No quiero dedicarme al papeleo cuando podría estar haciendo algo más interesante-le sonrio- Te veré esta noche. Puede que te haga la cena y todo.
-¿La cena?-se mofó ella- Siempre que vas a los archivos te tienen que echar a patadas a la hora de cerrar.
-Igual que a ti.
-Me encanta mi trabajo.
-Lo sé. Y por eso me entiendes tan bien.
Camila acabo su tostada.
-Sera mejor que me vaya. Te veo después.
-¿Tengo que ser yo quien lave los platos? ¡ No es justo! Yo he preparado el desayuno.
-Te lo recompensare esta noche.
El arqueo una ceja.
-Te tomo la palabra.
Durante los próximos días todo fue cada vez mejor. Michael tenía razón al afirmar que una aventura no afectaría su amistad. Seguían hablando, discutiendo y bromeando como siempre habían hecho, pero al mismo tiempo el sexo añadía una nueva faceta a la relación.
Camila no recordaba haberse sentido nunca tan feliz, ni siquiera en los primeros días con Shawn, antes de que empezaran a buscar un hijo y el la acusaba de anteponer su trabajo a la familia. Camila deseaba un hijo tanto como el. Y si hubiera tenido que guardar cama durante todo su embarazo por el bien de su hijo, lo habría hecho sin dudarlo.
Michael había dejado el tema de los hijos en el aire. Pero ¿qué pasaría cuando descubriera sus dificultades para concebir? Y luego estaba su nuevo trabajo. Tendría su base en Inglaterra, pero se vería obligado a viajar con frecuencia y su estilo de vida no encajaría mucho con el de un padre.
Tenia que hablar seriamente con el. Antes de que el compromiso y los planes de boda fueran demasiado lejos. Solo tenía que encontrar el momento adecuado.
El jueves por la mañana Michael se levantó al amanecer y se puso un traje.
-Vas a causar sensación en la entrevista-le dijo Camila.
-Quiero dar la imagen de un asesor
, de alguien que pueda hablar con la gente importante. Ya saben que puedo hacer perfectamente la otra parte del trabajo.-La última vez que te vi con un traje fue en el bautizo de Ariana.
-Es el mismo traje-dijo el con una sonrisa- Solo tengo este. Y lo uso para bodas y bautizos.
-Pues te queda muy bien, pero mira en los bolsillos por si llevas confeti.
-Tienes razon- se comprobó los bolsillos- No, no hay nada.
-Bien- le dio un ligero beso en los labios- Esta noche te invitare a cenar para celebrarlo.
-¿De verdad crees que van a darme el trabajo?
-Claro que si. Eres el candidato ideal.
-No conoces a los otros candidatos-observo el.
-Ni falta me hace.
-Gracias por tu voto de confianza- le sonrio- ¿Que vas a hacer hoy?
-Hacer de Flavia.
El se rio.
-Te encanta disfrazarte, ¿verdad? Como cuando tu y Dinah eran pequeñas y jugaban a ser novias o princesas.
-Es muy divertido -admitio ella con una sonrisa- Ya se que ustedes los arqueólogos no le gusta la historia viva, pero a los niños les encanta.
-La historia viva esta muy bien siempre y cuando no se te suba a la cabeza, y sabes muy bien a lo que me refiero. ¿De qué se trata hoy? ¿La comida romana?
-La belleza y la higiene corporal.
-Entiendo. Pues si necesitas a alguien que te junte aceite y te rasque con el estrigil.
-Ni se te ocurra-dijo ella, riendo- Echarias a perder tu traje. ¿Te dirán hoy la respuesta?
-Si, en cuanto hayan acabado las entrevistas.
me enviaras un mensaje cuando lo sepas?
-Por supuesto-miro el reloj- Tengo que irme. Te veo esta noche.
-No voy a desearte buena suerte. Se tu mismo y conseguirás ese trabajo.
-Sobre todo siendo un hombre encantador y a punto de contraer matrimonio.-le dio un beso- Gracias, Camz. Te debo una.
-Ve y demuéstrales de lo que estás hecho.
Michael se marchó e Camila recogió la cocina antes de irse a trabajar.
ESTÁS LEYENDO
Un Brote De Esperanza (Camren Gip)
De TodoLJ Gip Michael Jauregui era el típico mujeriego al que solo le interesaban las relaciones pasajeras con mujeres despampanantes, por eso su amiga Camila se quedó de piedra cuando le propuso matrimonio. ¿Que podía ver en ella, bajita y aburrida, un ho...