Cap. 35 Real, siempre fue real.

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POV Poché: (+18)



El día había terminado de la mejor manera, Dani y yo completamente felices, entre la tarde tan relajante que tuvimos, el amor que nos juramos y la llamada de Brad avisando que todo iba en aumento en relación a la prueba de mi amor.

¿Cómo quieren que explique la felicidad que sentí por ella al ver su cara con una emoción total?

Rápidamente puso esa llamada en altavoz indicándole a Brad que yo también escuchaba, nos puso al corriente indicándole a ella que pronto tendría que dar una entrevista y ahí es donde entraba como posible nueva artista, ¿Ella? La más feliz del mundo ¿Yo? Su novia más orgullosa del mundo.

Mi cabeza aun pensaba en cómo debía presentarme ante German, según Dani, él es un hombre que por fuera puede verse como alguien duro pero que en su interior es una de la personas más lindas que vas a poder conocer, alguien responsable, amable y que quiere a todos, según la descripción de ella.

El que ella me quisiera presentar como su novia fue algo que me lleno de nostalgia, nostalgia de la bonita, nostalgia que no quieres dejar ir porque sabes que es lo más bonito.

Ella es mi todo.

Le sugerí que se quedara a dormir conmigo y que fuera únicamente por su ropa de mañana para la universidad, ella no lo pensó dos veces y acepto enseguida, tardo menos de 15 minutos en regresar, Ramón por su parte ladraba en el pequeño balcón que conectaba nuestras habitaciones, esperando a que ella saliera.

Ella regreso para mi sorpresa no solo con su ropa si no también con un bote de helado gigante, poniendo su mirada de cachorrito me pidió que durmiéramos.

Mi mirada se centró en ella cuando observaba que se desvestía, descaradamente veía esas largas piernas que tenía que, en conjunto de la ropa interior que usaba no me ayudaba en lo más mínimo, ella pareció notar cuando la observaba.

Ella, con una mirada que ya no podía explicar se acercaba lentamente, moviendo sus caderas, mientras caminaba ella se sacaba aquella camisa que ahora solo estorbaba, ¿Yo? Poco a poco mis piernas comenzaban a sentirse débiles, mientras ella se acercaba yo me sentaba en la cama, ella por fin estaba frente a mí.

-Parece que alguien no estaba pensando en dormir- dijo y yo únicamente trague saliva. -¿Qué pasa? ¿Jugamos con aquel bote de helado?- señalo el bote de vainilla que descansaba a un lado de mi armario. -¿Qué pasa, acabas de acobardarte Garzón?- retándome con esa mirada que solo logro prender fuego en mi interior.

Rápidamente la acosté en mi cama, mis piernas abrazaban su cintura y mis caderas comenzaban a moverse haciendo fricción, una fricción que logro prendernos a las dos.

Me acerque a su cuello, comencé mordiendo el lóbulo de su oreja mientras que con una de mis manos se aventuraba a tomar el sostén que a estas alturas solo lograba molestar, molestarme a mi realmente.

Ella soltó un gemido al sentir el apenas toque de uno de mis dedos en uno de sus pezones, un contacto que logro erizarme la piel, ella comenzó a mover sus caderas haciendo de esta manera que ambas siguiéramos una correcta sincronización, ella me encanta.

Mi mente voló a aquel primer día donde ambas habíamos estado juntas y ese primer momento en el que me había enamorado de ella.

Logro sacarme de ese pensamiento cuando quito mi braga lanzándola a algún lugar que sinceramente no me importo donde fuera.

¿Yo? Termine por quitar también sus bragas dejándome a una Daniela Calle completamente desnuda ante mis ojos, trague en seco al detenerme y poder observarla, como aquel monumento al que únicamente yo tenía acceso, y eso me hacía realmente feliz.

Strangers CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora