Cap. 57 Ultimo Beso

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POV Daniela:


¿Nunca han sentido la necesidad de salir corriendo de un lugar en el que se sienten desesperados?

Yo sí, solo que ese lugar era mi mente y ¿Cómo se supone que corremos de nuestra propia mente?

Mi mente trata aun de enumerar lo que ha sucedido, necesitaba despejarme, necesitaba alejarme e irme a algún lugar donde quería que nadie más me hiciera daño, no quería que mi corazón volviera a sentirse arruinado y si para eso tenía que huir de mi misma, lo haría.

89 kilómetros restantes, 250 dólares y una mente revuelta es lo que pasa en este momento, una carretera junto a una magnifica vista del sol saliendo me acompañaba, podría ser una escena muy romántica pero desgraciadamente no es así, no sería mi caso.

No tenía algún rumbo en específico, solo sabía que quería alejarme, que necesitaba mi tiempo pero también sabía que si estaba sola lo más probable es que terminaría rompiéndome y entrando a un lugar de mi mente que no me gusta cuando estoy triste.

En algún lugar de mi subconsciente aun imaginaba que esto era solo un mal momento, que nuestra relación había sido muchísimo más fuerte y que todo sería una puta broma, pero tampoco es así, recordar esa noche solo lograba ponerme mucho peor.

No sabía si ella ya había leído aquella nota, no sabía su reacción, no sabía si de alguna manera intentara averiguar dónde estaría o si simplemente se preocuparía por mí, no tenía idea de nada en este momento, solo estaba segura de huir.

Había tomado un camino al que solía gustarme cuando papá estaba un poco más de tiempo conmigo, un lugar que ambos habíamos jurado seria nuestro escondite después de las peleas que mamá pudiese decir, le llamábamos "La cabaña prohibida" misma que el decidió comprar para nosotros como ya lo había mencionado.


Voltee ligeramente al asiento de atrás y revise de reojo la pequeña mochila que contenía algo de ropa, dinero, comida y una pequeña frazada que usaba cuando tenía frió.


No sabía cuánto tiempo me iría, ni siquiera me preocupe por la universidad, no me importo desaparecer y que nadie supiera de mi aunque también admito que fue una mala idea ya que si me sucedía algo probablemente nadie sabría de mí.

"Nadie ha sabido de mí en meses, estoy mejor que nunca"

Vino a mi mente esa frase en mi mente de alguna canción que me gusta mientras pensaba en que si lo que estaba haciendo estaba mal o bien a lo cual solo pensaba en mi bienestar.

Una persona cruzo en mi mente ya que probablemente sería la única que entendería que necesitaba este descanso, dándole únicamente las coordenadas al lugar al que iría.


Alex se había convertido increíblemente en una persona que jamás habría imaginado a pesar de la forma en que nos vimos por primera vez y era realmente grato tenerla de amiga, rápidamente estacione en una gasolinera y saque mi celular para darle aviso de donde me encontraría, obviamente indicando que no dijera nada dudando que alguien le llegase a preguntar a ella por mí.


Baje y compre algunas cosas más que creería necesitar, un hombre de unos 60 años se acercó y curiosamente mi vista se centraba en lo que hacía, cuando note que el venia hacia mi auto, baje los seguros.

-Señorita.- escuche que dijo a lo que baje muy poco el vidrio.- Tenga cuidado en esta carretera, más si está sola.- asentí y me despedí de él.

Strangers CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora