Provocación

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Los días posteriores el tema de conversación en el pueblo fue el supuesto levantón que le dieron al "Betillo", es decir a Roberto, el incómodo ex novio de María, afortunadamente los recién casados no le tomaban importancia a los rumores de vecindad que circulaban en torno al incidente pues querían que eso quedara en el olvido sobre todo por el contratista. Una tarde tranquila recibieron la ya habitual visita de Eddie y Max para seguir con sus asuntos solo que en esa ocasión decidieron tomarse un breve descanso y disfrutar de su estancia en el pueblo; mientras los dos mejores amigos en silencio jugaban una partida de ajedrez en la sala María y el joven mercenario cenaban en la barra de la cocina mientras conversaban amistosamente.

— En serio, María, cocinas de maravilla —le dijo el chico mientras degustaba el platillo.

— Muchas gracias —le sonrió— me gusta que te guste mi comida.

— Me encanta —agregó— pero cuéntame; ¿Qué tal te trata Alejandro?

— Eh... —titubeó un poco nerviosa— muy bien, es muy callado, casi ni noto que está aquí.

— ¡Vamos, señorita, no tienes que negármelo! Ya sabemos que le gustas.

— ¿Quién te dijo eso? —preguntó con nerviosismo.

— Él se delató la noche del club nocturno, Max lo interrogó y le sacó toda la información.

— ¡Qué chismoso! —masculló molesta— ¿Y tu amigo se enojó?

— ¿Quién? ¿Benson? ¡Para nada! Él sabe que Alex quiere rehacer su vida y no se mete en eso.

— Ajá, se nota... Pensé que se molestaría.

— No, él prefiere separar el trabajo de la vida personal.

— Max a veces es insoportable —agregó mientras lo veía a unos cuantos metros.

— ¡¿Qué rayos me ves, mocosa?! —vociferó el contratista sin voltear a verla.

— ¡Sí, casi siempre! —rio Eddie contestándole a la chica— es buen amigo pero debo aceptar que tiene un carácter terrible.

Ella continuó mirándolo sin importar lo mucho que se molestara y la pudiera insultar, no había tenido la oportunidad de escudriñar su apariencia y ese era el momento indicado para grabarse bien el aspecto de la persona que la había metido en el más grande problema de su vida; hombre de piel clara evidentemente enrojecida por el sol, de complexión atlética y no más alto que Alejandro. Sus brazos estaban adornados por algunos tatuajes y siempre portaba un reloj inteligente que se veía muy costoso, su porte militar era mucho más marcado que el de sus amigos y se acrecentaba por el corte de su cabello castaño oscuro del mismo estilo. Veía cómo arrugaba su nariz grande y recta mientras su amigo hacía una jugada, sus delgados labios parecía que siempre estaban listos para esbozar una sonrisa burlona y sus juzgones ojos azul claro estaban ligeramente rasgados haciéndolos ver pequeños. Su rostro redondo hacía que sus mejillas se abultaran un poco cuando reía y mostraba su dentadura natural que se notaba había pagado mucho dinero para dejarla casi perfecta porque era muy notoria la obsesión que tenía con su físico.

— Hoy me llamó Abel —interrumpió el colombiano dirigiéndose a la joven en voz alta— se disculpó por los contratiempos que nos pudo haber causado Roberto.

— ¡¿Quién?! —exclamó ella casi escupiendo su comida.

— ¿Roberto? ¿El ex novio de María? —preguntó Max intrigado.

— ¡No! —vociferó ella.

— Sí —respondió Alex con tranquilidad.

— ¡Mierda! —dijo Eddie sorprendido— ¿Qué fue lo que pasó?

Una Segunda Oportunidad (Editada y extendida) +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora