Tragado por la oscuridad ha sido llevado a otro lugar, un mundo donde se a librado una Guerra entre humanos y seres temibles.
¿Como podrá liberarse de esto?
Mientras tanto...
El Rey a desaparecido y no saben dónde está, los guardianes comenzaron un...
Esto ya era una danza, el Major bailaba desde su lugar de un lado a otro yendo con los brazos extendidos.
La aniquilación mutua, sus soldados caían cada pero lo hacían con gloria.
--II--II--
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aniquilar aquella cosa muerta le fue fácil, lo había azotado contra todo lo que fuese posible y al final contra el suelo cercas de aquella figura esquelética que lo miraba con aquellas pupilas rojas.
Pero... allí estaba, allí se encontraba el ser que anhelaba, que deseaba aniquilar con sus propias manos.
Una guerra para una pelea.
Una vida para vivir solo un momento.
No sentía ningún arrepentimiento, no sentía que lo que estaba o lo que hizo fuera malo.
En cambio, se sentía vivo.
Aquel cuerpo viejo se fue, su juventud estaba de vuelta y con ello el poder para tener el enfrentamiento que más deseaba.
"Alucard"
Sin quitar la vista del mencionado, de su oponente jurado que aplasto con brutalidad a la tiradora Rip Van Winkle, ella que había sido una vampiresa con una habilidad asombrosa había sido reducida a solo una masa de carne y hueso.
Con una ligera sonrisa en los labios, mismos que sostenían un cigarrillo que estaba apunto de terminar.
Aquel esqueleto se había ido y dejado a los dos solos, al parecer no le importaba esta pelea y estaba bien, este era un enfrentamiento entre ellos dos.
Por otro lado estaba Zorin quien aún no se quitaba de encima aquellos dos integrantes de Iscariote, incluso Hans aún no terminaba con aquel Paladín.
"Ah~ que recuerdos ¿No lo crees, Akado-Kun?"
El mencionado no mostró ni un ápice de respuesta, solo miraba con aquellos ojos rojos al ex-mayordomo. Por la intensidad de su mirada se podía mediar la ira y furia que hervía en su interior."
"¡MALDITO BASTARDO!"
Grito con furia. Ambos eran sirvientes de la casa Hellsing, habían peleado lado a lado contra ese loco maníaco y habían jurado en nombre dé para proteger a la familia, el faltar a una palabra había sido un crimen atroz.
Si bien, solo uno de ellos era un jurado de sangre pero el ser compañeros de guerra y el jurarse a si mismo el pelear en nombre de su amo como los perros que son.
¡y más aún! ¿Como había podido permitir que la linea de sangre se extinguiera?
"Estas tan acostumbrado a ser un perro"
Al escuchar aquello su mirada se hizo dura, sus dientes rechinaron ante la fuerza de su quijada.
