Tragado por la oscuridad ha sido llevado a otro lugar, un mundo donde se a librado una Guerra entre humanos y seres temibles.
¿Como podrá liberarse de esto?
Mientras tanto...
El Rey a desaparecido y no saben dónde está, los guardianes comenzaron un...
Con los pies firmes en el suelo, el panorama detrás de él solo era destrucción. Había escuchado el alboroto que se hizo en el lugar, los humanos comandados por Ainz redujeron en más de un cincuenta por ciento las tropas enemigas, los vampiros de Millenium: El Último Batallón, fueron atacados por sus propias creaciones los ghouls mismos que fueron sometidos por el Rey.
Lo había visto todo desde las alturas y la lejanía, ante sus ojos era un ser impresionante.
'Seria un digno oponente' pero su mente solo tenía a una persona para ello, una sola persona a quien con gusto y gozo le arrancaría cada extremidad.
Escuchar la voz de Walter después de tantos años le era un sonido nuevo, aquella voz de niño puberto ahora era la de un adulto joven, la cual debería ser un anciano para los años que habían pasado.
¿Que te has hecho?
Era la pregunta que circulaba en su mente.
Pero el conocía la respuesta, ¡si, la conocía muy bien! Ese maldito bastardo había vendido su alma.
Lamentable, eso decía su muerto corazón.
Sentía respeto por ese niño que había peleado a lado de él hace cincuenta años, hubiese sentido respeto por el anciano que estaría delante de él por tener la dicha de crecer, envejecer y morir.
Pero no... delante de él ahora estaba un bastardo mal agradecido a su casa, a sus amos y a la...
Movió ligeramente la cabeza para despejarse de aquellos sentimentalismo.
Él era un muerto viviente, un no-muerto y no-vivo, limitado al limbo del infierno y el cielo.
Como último Guardian de la casa, debía cumplir con aquella promesa que hizo hace tiempo.
"Walter... viejo amigo, veo que tu apariencia se ve bien a comparación de los años que tienes."
En su cara se formó esa sonrisa lobuna.
"Déjame... apreciar ese rostro tuya, tanto como para arrancarlo de ti."
Al decir aquellas palabras su apariencia cambió, su cabello largo alborotado cambia uno liso y perfectamente peinado, su enorme cuerpo se redujo en tamaño así como en apariencia. De ser un hombre que media dos metros y varonil, su forma se adoptó a una de casi los uno sesenta y femenil e incluso su ropa había cambiado.
"Ahora ven... y hablemos como lo viejos amigos que somos."
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Aquel ex mayordomo solo sonrió al ver la imagen de su viejo camarada, aquella niña con cara de loca maniática que había masacrado a tantos del ejército alemán en el pasado.
Las palabras de Alucard llegaron a ex mayordomo como una suave declaración de acusación, si bien, el vampiro tenia todo el derecho y deber de hacerlo. Hace diez años la avaricia y el orgullo, sobre todo este ultimo , le empujaron a cometer algo inimaginable. algo que incluso el mismísimo Sir Arthur no lo creería ni siquiera al verlo.
